Como mismo nuestra rumba, el tango argentino nació en los barrios pobres, hijo del desarraigo, de la tristeza y la alegría, de la presencia y la nostalgia. Desde entonces, se ha mantenido como uno de los géneros musicales internacionales más potentes del mundo, aunque hoy en Cuba, quizás por su complejidad, raras veces lo vemos en escena.
Sin embargo, la joven compañía Neotango defiende la presencia del baile gaucho en la Isla e intenta modernizarlo a través de la fusión con ritmos y danzas como la habanera, el son, el bolero, el flamenco, el ballet clásico y la danza contemporánea.
Bajo la dirección general de la profesora Rosa Elena Álvarez, la dirección artística de su hija Carolina Balmaseda y la asesoría teatral de su esposo, el reconocido actor Mario Blamaseda, la agrupación combina la frescura de lo nuevo con la experiencia.
Para estar al corriente sobre el trabajo de esta sugestiva compañía, OnCuba conversó con la maestra Rosa Elena durante los ensayos previos a su más reciente presentación en el Teatro Mella.
“Neotango fue resultado del anhelo de mi hija Carolina, quien estudió teatro, pero le apasionó tanto el tango que lo dejó. Tomó clases un tiempo en un grupo de aficionados, y resultó que era buena. Estando allí, fue invitada con su pareja de baile a un festival en Bariloche, Argentina.
“Aquellos cubanitos impactaron en aquel festival. La gente no podía creer que en Cuba se bailara tango y que se bailara bien. Entonces la Embajada de Argentina apoyó a Carolina para que se quedara seis meses estudiando el baile. Allá conoció las verdaderas milongas (espacios donde se baila tango) y aprendió los movimientos del hombre y la mujer, lo cual es fundamental a la hora de enseñar pues es el hombre quien guía. A su regreso, comenzó a impartir un taller de formación para los interesados en aprender el ritmo. Luego decidimos formar el grupo con una selección de seis parejas entre los 60 muchachos que habían participado en el taller. Como mi hija era muy joven en aquel momento (tenía solo 20 años), y yo soy especialista en danza, asumí la dirección de la compañía para apoyarlos”.
De formación autodidacta, ya que en la Isla no existen escuelas dedicadas al ritmo porteño, este grupo de muchachos, mayormente tangueros de la calle, se fue perfeccionando. “Les dimos clases de ballet, danza contemporánea, y bailes populares. Estuvimos un año trabajando en galas, sin compromisos, sin pagarnos nada, con el objetivo de darnos a conocer. Al ver que a la gente le interesaba lo que hacíamos, le pedimos a la agencia Caricatos, que en ese momento pertenecía a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, que nos hiciera una audición. Fue así que en febrero del 2007 se profesionalizó la compañía”.
EL TANGO NO TIENE EDAD
Tras haber enseñado a importantes figuras de la danza como José Manuel Carreño, primer bailarín del American Ballet Theatre o Aurora Vásquez, primera bailarina de la Compañía de Ballet Nacional de México, Rosa Elena Álvarez posee en la actualidad su propia escuela de ballet para niños de 3 a 9 años en el Centro Cultural Juan Marinello.
En este mismo sitio, continúan los talleres para los amantes del tango de todas las edades, al cual recientemente se han incorporado sus pequeños alumnos. “Tanguiños les pusimos, y ya se han presentado en eventos como el Encuentro Internacional de Danza en Paisajes Urbanos que recién concluyó. Ahora intentamos completarlo con varoncitos porque solo tenemos uno”.
Para quienes han estereotipado al género como algo que solo atrae a lo viejo, la profesora Rosa Elena aclara: “El tango no es cosa de gente mayor y resulta muy interesante cómo cada vez atrae a más jóvenes, porque además, es un género que crea relaciones muy bonitas entre la gente”.
BAILARON EN CASA DEL TROMPO
En diciembre del 2008, Neotango fue invitada a participar en el Festival Cambalache, uno de los más importantes de Buenos Aires, donde se presentaron con el performance “La vida es sueño”.
Si te invitan a bailar a casa del trompo, como dicen algunos por ahí, es normal que surjan los nervios, pero a pesar del reto que significa para cualquiera tanguear en la cuna del tango, “la acogida del público argentino fue espectacular por lo novedoso y diferente de sus movimientos”, cuenta Rosa Elena.
Al año siguiente fue estrenado en la Isla el espectáculo Barrio Tango, el primero de este género presentado en las escenas del teatro cubano. “Creo que fue el que marcó a la agrupación. Allí fuimos catalogados como “la compañía de la elegancia”, por el vestuario, por la forma de movernos. Luego ha habido otros como Tanguendo, Miradas, Todo Tango, entre otros. Mi máxima aspiración es que podamos volver a hacer algo así”.
“También han venido a Cuba profesores argentinos de primer nivel a impartirnos clases gratuitamente. Incluso en 2007 Neotango recibió un seminario intensivo del cuatro veces campeón mundial de tango, Laszlo Budai. Todos coinciden en que el nivel de los cubanos es increíble”.
MILONGAS ARGENTINAS ¿EN EL PASEO DEL PRADO?
Es la milonga el lugar donde habitualmente se baila tango. En los clubes populares argentinos, hombres y mujeres se sientan alrededor de la pista, y al comienzo de la música, seleccionan una pareja que los acompañe. Pero resulta que en Cuba, las milongas se celebran en el Paseo del Prado.
Todos los domingos de 5 a 7 de la tarde Neotango se reúne en al parque capitalino para bailar el género rioplatense. Algunos solo observan, mientras los más atrevidos se suman a los movimientos. Asiste la gente del barrio y también los visitantes foráneos que muchas veces van pasando y se ponen a bailar, tratando de imitar a los muchachos de la compañía.
MÁS ALLÁ DEL TANGO, UNA FAMILIA
Tras los primeros pasos de Neotango, hay una familia que los ayuda a caminar. Carolina, Mario y Rosa Elena han decidido compartir el arte, el trabajo y al amor. “Siempre hemos estado los tres muy unidos, conversamos mucho e intentamos acompañarnos. Cuando yo me casé con Mario, él estaba en el boom y yo incluso dejé en segundo plano mi trabajo para apoyarlo”.
“Al comenzar mi escuela taller de niños, que es algo independiente, se invirtieron los papeles y Mario, que ya no era tan joven, me apoyó incondicionalmente, como mismo lo hace también mi hija Carolina.”
Puede que algunos se pregunten cómo el actor de En silencio ha tenido que ser, Baraguá o El hombre de Maisinicú, se ha convertido en el asesor de la compañía. “Mario se convirtió en asesor de Neotango porque además de las diferentes manifestaciones musicales y danzarias, fusionamos con el teatro. Eso es algo que caracteriza a nuestros espectáculos, que tienen una dramaturgia. No bailamos por bailar, sino que contamos una historia a través del movimiento”.
En estos momentos Carolina Balmaseda se halla en los Estados Unidos promocionando el trabajo de la compañía. “Fue invitada al TEM Festival, evento teatral que se hace en Miami todos los años, donde fue muy bien recibida. Ha impartido muchos talleres y está dando clases particulares. Pero sobre todo, está divulgando lo que hacemos para a su regreso seguir ofreciendo una idea renovadora de nuestro baile”.
Por Elcira Martínez Adán