El disco Blue Cha Cha de Manuel Galván

El mejor regalo que nos dejara el guitarrista cubano Manuel Galván antes de  marcharse para siempre fue su disco “Blue Cha Cha”. Este fonograma brilla dentro de la producción de este músico y del panorama musical cubano por su logrado eclecticismo. En él Galván asume junto a destacados músicos cubanos y extranjeros la universalidad de la música y se apropia con su maestría de siempre de diversos géneros, estilos y sonidos que logran dialogar para edificar una conversación diáfana y de largo aliento entre el pasado y el presente.  

Todo lo anterior queda expuesto de manera orgánica en el DVD promocional Blue Cha Cha realizado para el disco. Este material dirigido por Ernesto Daranas recrea la  presentación de los temas a través de imágenes contemporáneas de la Habana y sus habitantes, sus historias y maneras de acoger la música porque Blue Cha Cha es eso, una reinterpretación de sonoridades de siempre, la mezcla quizás increíble de unos ritmos con otros, como la presencia impensada de un bandoneón en la ejecución de un danzón.  

Con el pretexto de una historia de amor desfilan ante nosotros las sesiones de trabajo junto a Magda Rosa Galván y Juan Antonio Leyva, las grabaciones en los estudios, las interpretaciones, las improvisaciones, la alegría con la que Manuel Galván intervenía en el mundo y que no era más que su manera de entender la música y regalarla.

En Blue Cha Cha lo acompañan desde la producción musical su hija Magda Rosa Galván y Juan Antonio Leyva, quienes lo ayudaron en la ardua tarea  de escoger los 12 temas del disco entre todas las canciones que interpretara en su larga y fructífera carrera musical.

De esta manera quedaron reconvertidas dos de las canciones que interpretara junto a Los Zafiros “Y deja” y “Bossa cubana”. En esta última lo acompañan de manera magistral el Trío Esperanca de Brasil. Omara Portuondo también se suma a este recorrido musical y regala  una prístina interpretación de la canción Duele de Piloto y Vera.

Otros de los músicos venidos desde lejos y aunados en el propósito de hacer de Blue Cha Cha un disco singular fueron Eric Bibb que interpreta el número compuesto por Juan Antonio Leyva que le da nombre al disco, Rossa Passos que deja a la posteridad un interpretación cristalina de Alma mía, así como el virtuosismo en la kora del artista Ballaké Sissoko, proveniente de Mali, quién se adueña de la mezcla de jazz con ritmos tropicales que es la pieza Batuca, compuesta por Magda Rosa Galván y que por sus características rompe ex profeso con la sonoridad del disco.

En esta propuesta Galván crece en la interpretación del blues, la música tropical, el cha cha cha, el danzón, la rumba, el son, junto a su guitarra roja, compañera de tantos viajes. Con ella nos demuestra que no hay género que se le resista y que a todos supo seducir desde que se decidió por la música allá en su Gibara natal.

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