Esta carta está en tus labios (1935), así se titula un libro singular que muestra las imágenes de algunas de las misivas enviadas por el joven Octavio Paz a quien se convirtiera luego en su primera esposa, Elena Garro. Sus obsesiones literarias y filosóficas se mezclan con declaraciones de amor que testimonian una relación contada por el escritor mexicano desde la epístola. Fechadas entre junio y octubre de 1935, las cartas reflejan parte de la vida cotidiana de la Ciudad de México de entonces, amén de que es el tema amoroso lo más relevante de esta correspondencia, en la que se filtran otros aspectos como el amor filial, el amor como pedagogía y el amor como signo ontológico.
Así lo señala la escritora, crítica literaria y profesora Eva Castañeda, quien en el prólogo del libro también destaca el tono exaltado e impetuoso de muchas de las cartas, toda vez que fueron escritas por un muy joven Paz, que tenía solo 21 años: «…si bien en muchos momentos mantiene una posición mesurada y casi racional respecto a diversos hechos amorosos, también es cierto que en otros, los más, gana la emoción, el arrebato y la desesperación. Además de lo anterior, considero que estas cartas deben ser interpretadas a la luz de la época en las que fueron escritas; la década de 1930 es todavía un momento en el que las mujeres permanecían sujetas a una serie de convenciones sociales en las que el hombre dominaba prácticamente todas las esferas de la vida pública, por lo que la visión masculina del amor será la prototípica».
En estas cartas se vislumbra al escritor en ciernes y los orígenes de futuros poemas. Es cierto que se extrañan las respuestas de la Garro (aún no se conocen), pero en este volumen nos acercamos a un Paz, «…joven aspirante a poeta que piensa y experimenta el amor con una desmesurada mayúscula». Palabras estas últimas del ensayista José María Espinasa, autor de la introducción de este título que lleva el sello de Ediciones del Lirio y de la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP). Completan el hermoso volumen un “Estudio y notas en torno a las cartas de amor”, realizado por el Dr. Alberto Enríquez Perea; y una Hemerobibliografía, que anteceden a las imágenes de las cartas reproducidas en el libro, pertenecientes al Archivo Elena Garro. Por último, aparecen una selección de fotografías y la transcripción de las cartas.
Entre tanta literatura que inundó recientemente a La Habana, sede de la 30. Feria Internacional del Libro, encontrar este título sobre el Premio Nobel de Literatura reconforta a quienes seguimos la obra de quien es uno de los intelectuales más importantes del siglo XX mexicano. De alguna manera, con este volumen, Octavio Paz ha estado en Cuba y eso también es motivo de agradecimiento, pues no es de los autores más promocionados en la Isla. Uno de sus estudiosos, el Dr. Rafael Acosta de Arriba, lo reverenció en el contexto de la Feria, unos días antes de las dos presentaciones de Esta carta está en tus labios (1935), que tuvieron lugar el 29 de abril, en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, y 30 de abril en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
En una conferencia en la Casa del Benemérito de las Américas “Benito Juárez”, celebrada el viernes 22 de abril, el ensayista cubano recordó un panel sobre la figura y la obra de Octavio Paz, realizado en la Feria del Libro de 2012. « Fue realmente una suerte de rareza en medio del pesado silencio que rodea a Paz en nuestro país. Algo realmente injusto y fuera de toda lógica cultural. Muy pocas han sido las ocasiones en que se le dedicara un panel o una conferencia, y no se le publica, los medios no hablan de él ni de su obra, es como si no existiera». De Paz solo se ha editado en Cuba un libro sobre su obra, Los signos mutantes del laberinto, del propio Acosta de Arriba y publicado por el Instituto Juan Marinello en 2010. Tres años después vio la luz la Valoración múltiple, con el sello de Casa de las Américas.
La charla impartida por Acosta de Arriba, en esta edición 30 de la Feria del Libro, dedicada a México, estuvo relacionada con la crítica de arte de Paz, probablemente la zona de su escritura menos analizada. Para el escritor mexicano el ejercicio de la crítica significó siempre una posición ética; un ejercicio difícil y comprometido, que resultaba un reto intelectual apasionante. El intelectual cubano destacó la intervención ensayística de Paz con relación a las artes visuales, tanto las de su país, como las universales ,y su análisis de la obra del gran artista francés Marcel Duchamp. Vale señalar que el mexicano nunca fue y estaba consciente de ello, ni teórico, ni historiador del arte estricto sensu. «Su tentativa de pensar los temas artísticos se basó pues en el pensamiento poético crítico que lo asistía, en su curiosidad infinita y en la herramienta eficaz de la hibridez del ensayo. Pero, también, en una certidumbre: todas las artes fluyen de la fuente común que el propio Paz llamó “el instante poético”».
Acosta de Arriba repasó en aquella presentación la crítica de arte gestada en las letras latinoamericanas con Luis Cardoza y Aragón, José Lezama Lima y Octavio Paz. A la vez que destacó los juicios acérrimos del poeta mexicano sobre el tema del mercado, «a la conversión del arte en mercancía y a la indetenible lógica comercial que ha engullido por completo el universo del arte, un mercado donde los bienes de consumo simbólicos están siendo ofrecidos al mejor postor».
De los vasos comunicantes que estableció Paz entre la cultura occidental y orientales, entre el México prehispánico y el moderno, entre romanticismo y contemporaneidad, y de cuanta zona de conocimiento, que fueron múltiples, supo conectar con sus lúcidos ensayos; habló el intelectual cubano en esta charla que, junto a la presentación del libro Esta carta está en tus labios (1935), han traído a La Habana el espíritu universal de Octavio Paz.