“Viajera peninsular, ¡cómo te has aplatanado!”. Así le cantó a la décima espinela su más reconocido cultor en Cuba el pasado siglo XX: Jesús Orta Ruiz, “El Indio Naborí”. Llegada desde España en los lejanos tiempos de la colonia, esta expresión cultural —más que literaria— caló hondo en el alma cubana al punto de llegar a ser considerada con toda justicia la estrofa nacional.
La décima, y en particular la forma estrófica creada siglos atrás por el escritor español Vicente Espinel, se enraizó profundo en la Isla, como en buena parte de Iberoamérica, y enrumbó pronto por dos caminos que han marcado su devenir hasta la actualidad: la décima oral, improvisada, ágil y espontánea, y la décima escrita, más reposada, reflexiva y pretenciosa en términos literarios e intelectuales.
La primera floreció en los campos y los pueblos, se popularizó en guateques y canturías en los que los repentistas lucían, y lucen, su habilidad para engarzar palabras y plasmar con ellas las más diversas ideas en el formato de diez versos octosílabos. La segunda ha enriquecido la tradición escritural cubana desde el siglo XIX, con una figura cumbre como Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, “El Cucalambé”, y ha estado presente en la obra de muchos de los más grandes poetas cubanos, desde Martí a Lezama, si bien ha tenido un fiel grupo de cultores que la ha defendido, y la sigue defendiendo, con perseverancia e hidalguía, por encima de los demás formatos poéticos.
Estos caminos, sin embargo, no han sido demarcaciones cerradas, y no pocos poetas han saltado de la oralidad a la escritura, o viceversa, e, incluso, han brillado lo mismo pluma en mano que improvisando versos al compás de una tonada. El más fulgurante ejemplo de lo anterior es el Indio Naborí, no por gusto Premio Nacional de Literatura con la décima escrita como uno de sus estandartes —aunque no ciertamente el único—, y quien fue, a la vez, un improvisador superlativo, capaz de salir airoso ante los más ingeniosos repentistas de su tiempo y hacer época con sus versos, junto al no menos sobresaliente Angelito Valiente, en la llamada “Controversia del Siglo”.
Parecería que con tan robusta tradición el lugar de la décima en la cultura cubana está asegurado, pero lo cierto es que sus derroteros no han escapado a prejuicios y subestimaciones, a miradas reduccionistas y estereotipadas, como no escapan hoy a los retos y complejidades que entraña la contemporaneidad. Una sociedad global, interconectada, con una creciente virtualidad comunicativa —espoleada, por demás, por la pandemia— y con sobreabundancia de información, supone cambios drásticos en los escenarios y entornos tradicionales de una manifestación como la décima, los cuales plantean desafíos insoslayables, pero abren también nuevas oportunidades.
Un congreso y un centenario
A debatir sobre la tradición, pero también sobre el presente y el futuro de la décima espinela en Cuba y más allá de sus fronteras, sobre esos desafíos y oportunidades que se avivan para ella en el mundo contemporáneo, estará dedicado el Primer Congreso Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, cuya convocatoria fue lanzada oficialmente esta semana.
El evento, programado entre el 28 y el 30 de septiembre próximos, a propósito de celebrarse este último día el centenario del natalicio del Indio Naborí, tiene también como contexto otras conmemoraciones que hacen del 2022 “un año especial para la décima”, a decir del poeta y repentista cubano Luis Paz, “Papillo”. Ellas son, el décimo aniversario de la declaración del Repentismo como patrimonio cultural inmaterial de Cuba, y el quinto aniversario de la declaración por la Unesco del Punto Cubano como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Con este telón de fondo, la cita buscará promover el diálogo entre cultores e investigadores de la décima, tanto cubanos como extranjeros, y fomentar el intercambio de experiencias sobre el desarrollo, consolidación y actualidad de esta expresión literaria y cultural, tanto en su variante oral como escrita, según explicó a la prensa Papillo, director del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (CIDVI), institución que convoca al congreso.
La sede prevista es el Hotel Acuario de la Marina Hemingway, en La Habana, y, de acuerdo con lo explicado por Paz, debido a la difícil situación económica que atraviesa el país, el evento será financiado a través de donaciones y patrocinios. Se trata de una modalidad prevista por el gobierno de la Isla que pone en mano de los organizadores la gestión financiera y de otros recursos necesarios para el congreso, en lugar de ser asumidos por el presupuesto estatal.
Convocan al Primer Congreso Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado
Desde el punto de vista temático, el encuentro contará con tres comisiones. Una primera estará dedicada a la décima y el verso improvisado, en la que se abordarán temas como la enseñanza de esta manifestación, el registro y conservación del patrimonio asociado a ella, el humorismo y el discurso femenino en ella, y los moldes melódicos y musicales para el canto de la décima. Mientras, una segunda comisión se enfocará en la décima escrita y privilegiará miradas históricas y análisis literarios sobre este género poético, así como el abordaje de otros aspectos asociados al mismo, como su presencia editorial y los concursos y demás acciones de promoción.
Finalmente, una tercera comisión estará centrada exclusivamente en el Indio Naborí, una figura catalogada por Papillo como “paradigmática de las dos vertientes de la décima, escrita y oral, y no solamente en Cuba, sino en toda Iberoamérica”. En su opinión, “pocas figuras del arte y de la literatura consiguen esa amplia convocatoria que él tuvo, y son capaces de atraer lo mismo a las clases más populares como a los sectores más cultos, más especializados, y tener una alta recepción y valoración de su obra”. Ello, en el contexto de su centenario, resulta motivo más que suficiente para homenajearle durante el congreso y dedicarle, de manera particular, un espacio propio en la cita, para acercarse a su vida y su obra, su legado y aportes a la décima.
El momento servirá también para dar vida a la primera edición del Premio Iberoamericano “Indio Naborí” de Décima y Verso Improvisado, que a partir de 2022 será entregado cada año a una figura representativa de esta expresión por la obra de la vida. El lauro, según detalló el director del CIDVI, podrá ser otorgado tanto a repentistas y escritores, como a investigadores e intérpretes de tonadas de la Isla, y también lo recibirá el extranjero que se destaque en cualquiera de estas vertientes.
La contemporaneidad como pie forzado
Además de los análisis académicos, el intercambio entre cultores y especialistas, y el tributo a Naborí, el congreso pretende ser también un momento propicio para la reflexión acerca de la décima y sus pautas tradicionales ante las dinámicas comunicativas y prácticas culturales del mundo contemporáneo. Por ello, aseguró Papillo, el encuentro persigue enfocarse “desde el punto de vista de la actualidad, de los retos que enfrenta actualmente como una tradición que, si bien es de origen y de pervivencia campesina, también está presente en la ciudad”. Al respecto, el poeta y directivo estimó necesario considerar durante los debates del evento “todo lo que enfrentamos cada día con las comunicaciones, las nuevas tecnologías, las redes sociales y la avalancha de información que existe hoy en el mundo. A todo ello tiene que enfrentarse también esta tradición, que es de familia, de amigos, de pueblo, y que necesita del intercambio interpersonal, de la presencia tanto del poeta como del público para tener un buen desarrollo, un buen desempeño en la creación artística”.
Preguntado por OnCuba sobre el alcance y significado de estos desafíos para el cuerpo de la tradición decimista, Paz comentó que “la décima surgió y se arraigó en una época de carencia comunicativa casi total, cuando no había medios masivos y el que vivía a un kilómetro de ti no se enteraba de que tú estabas cantando en tu casa. Ahora es todo lo contrario, por el exceso de información y de comunicación que existe, pero ese exceso puede ser un vehículo para que la décima llegue entonces a un público superior. En su momento, la llegada de la radio y la televisión significó un boom para la tradición, porque los improvisadores, los poetas, que apenas eran conocidos en su comarca, pasaron entonces a conocerse en un ámbito nacional e incluso internacional. Pero ahora, con los nuevos medios, el público es mucho mayor”.
¿Sobre qué llamar entonces la atención en el congreso ante estas circunstancias?
“Pues sobre cómo mantener la esencia de la tradición en estas nuevas condiciones, con ese público mucho mayor, e incluso virtual y multinacional, —y que no está precisamente en esos nuevos medios y en las redes—, convocado por la décima. Es un público que sencillamente está ahí y si tú logras seducirlo, pues puedes convertirlo en un público fiel, seguidor de lo que le propones. Es ese público el que selecciona lo que consume y entonces tienes que hacer atractivo a sus ojos tu mensaje, la presentación de tu propuesta, para poder atraparlo y traerlo de tu lado”, valoró el director del CIDVI.
“Este es un desafío grande que enfrenta hoy la décima y sobre el que pretendemos llamar la atención en el congreso, desde diferentes ópticas y pensamientos, y desde diferentes situaciones y posiciones sociales también, porque Iberoamérica no tiene un panorama homogéneo en ese sentido. Y también queremos hacerlo sobre la perspectiva de género, un tema que anteriormente era deficitario, pero en el que ahora existe una creciente presencia femenina enriqueciendo la tradición, de mujeres que están aportando al desarrollo de un discurso femenino que marque el movimiento y la creación de la décima en Cuba y en toda Iberoamérica”, añadió.
Frente a estas y otras realidades de esta expresión cultural, y también ante sus distintos desafíos actuales, Papillo afirma tener razones para el optimismo.
“Creo que, aun cuando se le ha achacado mucho a la décima el ser una manifestación de personas mayores y de gente del campo, eso no es así, y hoy existe sin duda el germen para que la décima siga teniendo un importante calado cultural en toda la sociedad cubana. Hay que participar en los guateques y en otros eventos que se hacen en Cuba sobre la décima y el repentismo, y ver la afluencia de público, la presencia de los jóvenes entre quienes asisten y también entre quienes cultivan el género. La décima siempre ha sido intergeneracional y actualmente lo es más todavía con la presencia de un amplio movimiento infantil, gracias al trabajo de los talleres de formación, y también de un movimiento juvenil, que es el que está descollando ahora en los eventos y competencias, tanto de improvisación como de décima escrita, dentro y también fuera del país. Así que claro que me siento optimista”, concluye.