Armando Lucas Correa presenta su novela “La viajera nocturna”

El libro narra una historia multigeneracional en la que cuatro mujeres, integrantes de una misma familia, se enfrentan a situaciones políticas, económicas y sociales que las obligan a emigrar a diferentes países en busca de seguridad.

Sus tres novelas históricas han surgido de elementos que fueron apareciendo en la investigación de casi diez años que llevó a cabo para La niña alemana, un éxito traducido a 14 idiomas. Foto: Armando Lucas Correa/Facebook.

El escritor de origen cubano Armando Lucas Correa, editor jefe de la revista People en Español durante 14 años, presenta La viajera nocturna, la última entrega de una trilogía iniciada con La niña alemana.

Nacido en Cuba en 1959, el año del triunfo de la revolución, y exiliado en Estados Unidos desde que tenía 30 años, Correa declaró a Efe que La viajera nocturna, que saldrá a la venta a comienzos de enero, es su novela “más cubana” hasta ahora.

Como La niña alemana (2016) y La hija olvidada (2019) fue escrita originalmente en español y traducida paralelamente al inglés con su participación. Narra una historia multigeneracional en la que cuatro mujeres, integrantes de una misma familia, se enfrentan a situaciones políticas, económicas y sociales que las obligan a emigrar a diferentes países en busca de seguridad.

Una de ellas es Lilith, que siendo niña fue enviada por su madre a América para salvarla del nazismo y acabó en Cuba. 20 años después repite la historia al enviar a EEUU a su hija Nadine, de dos años, a través de la Operación Peter Pan, que involucró a 14000 niños cubanos.

EL ABANDONO, ÚNICA SALVACIÓN

En los años 30 del siglo XX unos 10 000 niños judíos fueron enviados a Reino Unido para evitar que fueran víctimas del nazismo, recuerda Correa, quien señala que al tiempo que escribía La viajera nocturna en la frontera con México se producía la crisis de los menores centroamericanos que llegaban a EEUU no acompañados.

“A veces el abandono es la única vía de salvación”, dice el escritor para señalar que no se debe cuestionar a los padres que en circunstancias extremas deciden separarse de sus hijos.

La viajera nocturna tiene como nexo con las dos anteriores novelas de la trilogía el “Saint Louis”, el barco con más de 900 judíos huidos del nazismo al que Canadá, Cuba y Estados Unidos no dejaron tocar en sus puertos en 1939. Solo 28 pasajeros pudieron desembarcar en La Habana y el resto tuvo que regresar a Europa en el mismo barco y muchos acabaron en los campos de exterminio nazis.

Correa es un especialista en la tragedia del “Saint Louis” e incluso cuenta con una colección de objetos del barco, como el diario del capitán.

Sus tres novelas históricas han surgido de elementos que fueron apareciendo en la investigación de casi diez años que llevó a cabo para La niña alemana, un éxito traducido a 14 idiomas.

No habrá otra vergüenza como la del St. Louis

“Esencialmente soy un periodista. Yo comencé mi carrera como periodista y creo que el periodista siempre está ahí”, dice sobre el celo que pone en la investigación previa a sus obras.

Al igual que en sus anteriores obras, incluida la primera, En busca de Emma (2015), los personajes centrales de La viajera nocturna son mujeres. La novela en la que Correa está trabajando ahora, Lo que fuimos ayer, está inspirada en su abuela, que era hija de inmigrantes  españoles y fue una mujer muy importante para él.

Otra historia en vías de publicación, cuyos derechos para el cine ya están comprados, es un “thriller” protagonizado por una mujer de 28 años que vive en un apartamento en Manhattan en nuestros días.

Cuando se le pregunta cuándo escribirá una novela con protagonista masculino, Correa, un “escritor a tiempo completo” desde que en febrero de 2022 dejó su puesto en People en Español, anuncia que ya está en camino.

LA INSULARIDAD COMO MARCA

“Las islas de nunca jamás”, aún no publicada, es una historia de tres niños que viven cada uno en una isla, en Alemania, Estados Unidos y Cuba, y una repuesta al reclamo de su hijo Lucas.

La insularidad le toca muy directamente a Correa, quien cuando vivía en Cuba se sentía “claustrofóbico” y a la vez obsesionado por acceder a la información que no llegaba por “la dictadura”: “Cuba es un tormento” dice quien, a pesar de tener familia que ayudó a que la revolución triunfara, entendió que no podía vivir en un país donde podía acabar en una cárcel o en un campo de concentración para homosexuales.

Cuando el deshielo de las relaciones bilaterales durante la Presidencia de Barack Obama, Correa estuvo en Cuba y llevo 300 ejemplares de La niña alemana que iba a regalar y le fueron decomisados, según relata a Efe. “Cuando vas allí te das cuenta de que Cuba todavía te duele”, señala este escritor exiliado que considera “triste” que el mundo rechace con facilidad a las dictaduras de derecha, pero no actúe igual con las de izquierda, que “son terribles y duran más”.

Ana Mengotti/Efe/OnCuba.

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