Cien años después de su nacimiento, la obra del Nobel portugués José Saramago sigue “viva” y es “necesaria”, sostiene su viuda, la escritora y periodista española Pilar del Río, que afirma que algunos de sus libros parecen un retrato de sucesos contemporáneos como la pandemia o la guerra.
En una entrevista con Efe en vísperas del centenario del autor (este 16 de noviembre), Del Río no tiene dudas: “Hay obras de José Saramago que parece que están retratando este momento”, porque, “al fin y al cabo, es un escritor totalmente contemporáneo”.
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— A CASA JOSÉ SARAMAGO (@MuseoJSaramago) November 16, 2022
Saramago nació en Azinhaga, Portugal, y pasó a la historia como el único Nobel de Literatura luso hasta la fecha, con obras como Memorial del convento (1982), El Evangelio según Jesucristo (1991), El año de la muerte de Ricardo Reis (1984) o Ensayo sobre la ceguera (1995).
De esta última podría decirse, asegura su viuda, que “está reflejando de forma brutal la pandemia” del coronavirus, a pesar de que ocurrió 25 años después de la publicación de la novela: “José Saramago decía: ‘Parecemos ciegos que, viendo, no vemos’”.
Pero no es el único acontecimiento actual para el que se pueden sacar lecciones de las palabras que hace décadas escribió el autor portugués, fallecido en 2010. Saramago también habló de la guerra.
“En Alabardas -la novela en la que trabajaba cuando murió, de la que se publicaron tres capítulos en 2014- decía: ‘Si hay fábrica de armas, habrá fábrica de conflictos. Así que no se preocupen, habrá conflictos porque hay que consumir muchas armas’”, cuenta Del Río.
Por ello, la obra de Saramago “no sólo es vigente, como diría él, sino necesaria”.
“Las empresas editoras no deben ser muy tontas cuando continúan reeditando, en los colegios se sigue estudiando, se siguen leyendo obras completas”, resume la periodista española, que vivió con él las últimas décadas de su vida.
¿Pero cómo encaran los adolescentes de hoy en día la lectura de una obra del Nobel?
“Lo que tendría que decirles es ‘no tengáis miedo’. José, los escritores, no muerden. Los fotógrafos tampoco muerden. El arte no muerde”, defiende Del Río, que asegura que los alumnos “ya saben que la inteligencia sirve para moverse en la vida”.
Saramago sigue muy vivo también en las librerías y se acaban de publicar ediciones completas de sus obras, con diseño propio, en muchos países. En Portugal se publica esta misma semana una edición ilustrada de El viaje del elefante.
“Es una obra bella y afortunadamente viva”, resume la traductora, que considera que no se puede extraer un mensaje único del legado que dejó. “No me atrevo a responderte, porque cada lector tiene su propia idea, tiene su propio autor. Cada lector tiene su obra”, dice.
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El legado que deja el autor luso también se refleja en iniciativas como el Premio Literario José Saramago, un homenaje que reconoce a jóvenes escritores -de hasta 40 años- en lengua portuguesa.
El último galardón fue entregado este lunes al brasileño Rafael Gallo por Dor fantasma (Dolor fantasma) en el Gran Auditorio del Centro Cultural de Belém, la misma sala donde Portugal recibió y homenajeó a Saramago en 1998 por su Nobel de Literatura.
Pilar del Río, presente en la ceremonia, destaca la importancia de este tipo de reconocimientos para los autores noveles.
“Están construyendo su vida y nos están construyendo a los lectores. Es mutuo. Ellos construyen y nos ayudan a nosotros a construirnos”, señala.
Portugal conmemora este miércoles el centenario del nacimiento de Saramago con un extenso programa de actividades, que arranca con lecturas de fragmentos de sus novelas en un centenar de escuelas por todo el país.
En la sede de su Fundación, en Lisboa, se leerá de forma íntegra “Las Pequeñas Memorias” y habrá visitas guiadas y momentos musicales; se plantará un árbol en su pueblo natal, Azinhaga, y se estrenará la ópera Blimunda en el Teatro São Carlos de la capital lusa.
Paula Fernández/Efe/OnCuba.