Con un corto animado de menos de un minuto, se supo hace algunas semanas que Mafalda, la más inquieta y perspicaz de todas las niñas, volvería a las pantallas.
“¡Paren el mundo! Netflix anuncia la serie animada de Mafalda, de Juan José Campanella. El director ganador del Óscar se encuentra trabajando en la adaptación audiovisual de la icónica historieta, del consagrado maestro del humor gráfico argentino, Quino”, publicó la plataforma de streaming, cuya sede en Buenos Aires tiene en la entrada, sentada en un banco, a la mismísima Mafalda, la niña que desafió los límites del humor gráfico y dejó una huella imborrable en lectores de todo el mundo.
Por su parte, Campanella, quien se encuentra en Nueva York desde hace meses dirigiendo las grabaciones de nuevos capítulos de la reconocida serie policiaca “La ley y el orden: Unidad de víctimas especiales”, compartió una emotiva carta en la que confiesa que el proyecto de Mafalda será “sin duda, y por lejos”, el desafío más grande de su vida.
En la misiva el director argentino recuerda cuando, hace una década, en plena producción de Metegol, el propio Quino fue a visitarlo a los estudios. “Para todos nosotros había entrado Dios”, confiesa en el texto.
“Nos fueron apareciendo preguntas. ¿Cómo podemos reconectar a las nuevas generaciones que no crecieron con Mafalda con esta gran obra? ¿Cómo podemos llevar su ingenio, su mordacidad, a los chicos que hoy crecen en plataformas digitales? ¿Cómo se puede, en fin, trasladar una de las obras más grandes de la historia del Humor Gráfico al lenguaje audiovisual?”.
Además de dirigir la serie de Mafalda, el experimentado director será su responsable creativo y tendrá a cargo la escritura del guión de todos los capítulos. Al equipo se suman Gastón Gorali como co-guionista y productor general y Sergio Fernández como director de producción. El productor musical Guillermo Lavado, sobrino de Quino e inspiración del personaje de Guille, es uno de los músicos involucrados en la banda sonora.
Hasta ahora se sabe poco más. Algo adelantó Campanella en un par de entrevistas con medios argentinos. En Clarín habló sobre uno de los mayores desafíos: la animación.
Cuenta que han probado muchos estilos. “Yo no quería hacer CGI volumétrico, no quería sentir como cuando hicieron a Bugs Bunny en CGI, en la película Space Jam, que se sentía como traicionado. Es la clave, entonces, encontrar alguna cosa un poco más moderna que la animación chata. Y creo que encontramos algo muy lindo trabajando con luces”.
En conversación con La Nación el ganador del Oscar por El secreto de sus ojos (2009), adelantó que “son capítulos de 22 minutos cada uno con su respectivo argumento más la interacción de los personajes”. Añadió que serán diez episodios en la primera temporada y que la fecha más próxima a estrenarse será en algún momento de 2025.
Otro dato revelador es que la serie estaría ubicada en el presente pero “manteniendo todas esas cosas que los fanáticos no largamos [dejamos ir] ni locos, como el auto Citroen 2CV que tenía el padre de Mafalda”, contó Campanella, con gran respeto por la obra original.
Traer a Mafalda a la actualidad no es descabellado. Más bien el presente parece siempre recordarla. Las preguntas existenciales de la niña que más odia la sopa siguen resonando con fuerza. Ella trasciende generaciones. “¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que, al fin de cuentas, la mejor edad de la vida es estar vivo”, dice el personaje, que se publicó por primera vez en la revista Primera Plana en 1964.
En cuanto a la estructura, la serie de Campanella tendrá un formato similar al de las sitcoms clásicas al estilo Los Simpson, “pero con los personajes y el humor de Quino, más algunos agregados de cosecha propia”, dijo.
En noviembre próximo comenzaría una parte clave: la grabación de las voces. “Vamos a grabar toda la temporada junta, calculo para eso un mes y medio. Quiero hacerlo como en Metegol, no a la manera usual de la animación con un actor que llega, graba todas sus líneas solo y se va. Yo quiero poner todas las voces en un mismo lugar y registrarlas como si estuvieran haciendo la escena en vivo”, dijo Campanella a La Nación.
No es la primera vez que Mafalda va a la pantalla. Los primeros cortos animados se realizaron en 1972. Luego se hizo una película. Aunque Quino había dado el sí para ambas iniciativas, prefirió no participar en nada.
En diciembre de 1984, durante el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinomericano en La Habana, el insigne dibujante argentino conoció a su par cubano, Juan Padrón, el padre de Elpidio Valdés y Vampiros en La Habana. Entre ambos se forjó una amistad entrañable, de gran admiración mutua. Tanto, que Quino accedió nuevamente a llevar sus personajes a la pantalla.
Así nacieron los “Quinoscopios”. “Ganaron mucho con la animación que hizo Juan. Yo participé en la selección del material y en la resolución de los gags, pero no mucho más allá de eso. En realidad, Juan es un equipo de animación en sí mismo. Me hacía las voces, los ruidos y actuaba todos los dibujos. La hicimos con mucho ron encima y nos divertimos mucho”, contó en una entrevista el propio Quino.
Tan buena experiencia lo convenció de darle una nueva oportunidad a Mafalda en el cine, de la mano del propio Padrón. Eso sí, en algo Quino sería contundente: Mafalda no tendría voz. De esta forma, en 1994 la dupla realizó 108 cortos de un minuto de duración cada uno.
Ahora, 60 años después de su primera aparición, el personaje sigue siendo tan relevante como siempre, invitándonos a darle la vuelta al mundo que habitamos. El regreso de Mafalda a la pantalla, de la mano de un equipo tan prestigioso, promete ser un hito en la animación latinoamericana. El nuevo proyecto no solo tiene la misión de mantener viva la esencia del personaje de Quino, sino además de presentarla a nuevas generaciones, en una realidad que ha cambiado mucho y, a la vez, muy poco.