DJ Jigüe terminó en los laboratorios de Guámpara Music un experimento que puede expandir los caminos de la escena electrónica cubana. Jigüe se adentró en los fragores de la Conga Santiaguera para unir la riqueza de sus elementos sonoros a su diálogo con las máquinas, un estilo que ha llamado “afrofoturismo tropical”. De ahí nacieron las seis canciones de su nuevo material Ekelekuá, que podría servir de adelanto a su primer fonograma, con fecha de salida para el próximo año.
“El Ep mantiene la esencia del concepto musical que creamos hace 5 años. Lo llamo ‘afrofoturismo tropical’. Se nutre de la música electrónica como base general, pero tiene la influencia de la música del Caribe, por toda mi experiencia en Santiago de Cuba, y de la música afrocubana y estadounidense, por mi trayectoria dentro de la escena del rap”.
Jigüe acumula una amplia hoja de servicios en la escena electrónica y del movimiento de hip hop. Desde sus inicios ha estado interesado en promover los exponentes del circuito electrónico y del rap. Para cumplir con ese destino que se impuso en su carrera creó el sello independiente Guámpara Music, luego de trabajar en la Agencia Cubana de Rap. Bajo ese sello ha publicado originales producciones de jóvenes artistas de la Isla y bajo sus premisas estrenó ahora su nuevo Ep, con seis canciones entre las que figuran “Vamo’ a Gozar”, “Rumba Completa”, “Evolución”, “Gulabanza” y la que da nombre al material, “Ekelekuá”.
“El Ep mantiene esa conexión entre los diferentes géneros que he cultivado pero esta vez pienso que tiene un nivel mucho más elaborado, comparado a producciones anteriores que he lanzado. Este nuevo material mantiene la misma línea, pero hay un crecimiento y una evolución, dados también por las colaboraciones con el trompetista Julio Rigal y el saxofonista Víctor Benítez”, comentó a OnCuba el DJ y productor nacido en Santiago de Cuba.
¿Qué nuevos ritmos incorporas con este nuevo Ep?
Sumo nuevos elementos, como la Conga Santiaguera, que hasta el momento no había en mi música como DJ Jigüe. No había experimentado con esos elementos antes y son muy importantes para mí. Había trabajado antes con la tumba francesa en un tema que saqué en una compilación realizada con una disquera independiente de Estados Unidos. Me faltaba la Conga Santiaguera, un elemento imprescindible dentro de la cultura popular de Cuba y de Santiago de Cuba. Lo agregué en el tema “Gulabanza ”, el primer single para la campaña del Ep.
Introdujimos la galleta o bombo, que es el tambor más grande del formato de la conga. Es el que lleva el bajo de la conga, su corazón. Además sumamos al quinto, tocado no a la manera de la rumba, sino como se toca dentro de la conga santiaguera”.
¿Cuáles son los principales aportes que puede entregar la Conga Santiaguera a la música electrónica?
La conga tiene que ver con mi ADN. Nací y me crié en Santiago. El paso de la conga es algo que los santiagueros llevamos dentro, y en mi caso además por mi experiencia dentro de la música. En el documental Bakoso tuve mi primera experiencia de trabajo directa con los músicos de la conga. Nos metimos en el estudio de la EGREM y grabamos. En ese proceso aprendí mucho. No es lo mismo estar “arrollando” con los músicos de la conga que en un estudio de grabación. En el Ep trabajé esa experiencia. La Conga Santiaguera parece simple, pero no lo es. Lo notas cuando logras separar cada uno de los instrumentos que tiene y su propia ritmática. Hay elementos muy ricos sobre todo en la parte percutiva y eso tiene que ver mucho con la música que hago. Es música electrónica, pero la percusión tiene un protagonismo muy importante. Eso ha marcado mi estilo. La percusión no es un “copia y pega”, sino que tiene un papel protagónico, como lo tienen los sintetizadores y otros elementos electrónicos digitales.
La estructura de la Conga de los Hoyos me aporta mucho. Ojalá los DJs interesados en experimentar con la percusión afrocubana pudieran conocer un poco más la Conga Santiaguera. Su ritmo le aporta mucho a la electrónica desde el punto de vista de la cadencia. Es como el flow en el rap. Los elementos musicales de la conga pueden dar un flow muy diferente a lo que se conoce. Si un DJ cubano le introduce ese elemento le estaría aportando mucho a la electrónica.
¿Los temas de este Ep serían parte de tu primer disco?
Una de las pocas cosas positivas que me ha aportado la pandemia es que llevo mucho tiempo trabajando en el estudio. Me han llegado ideas y se me ha dado la posibilidad de trabajar un material inédito bien grande. Ahora puedo darme el lujo, gracias a eso, de sacar este Ep. Ya estoy trabajando en mi primer disco completo. Nunca había lanzado un CD en toda regla, por lo que estoy trabajando con mucha calma mi primer disco para el próximo año. No creo que estas canciones del Ep puedan pasar al disco, pero eso no lo sabe nadie. Lo lanzo bajo mi propio sello Guámpara Music y los instrumentos fueron grabados por “El menor”, mi compañero de lucha todo el tiempo.
¿Cómo se inscribe esta producción dentro del ya notable trabajo de Guámpara?
A través de Guámpara Music siempre tratamos de visibilizar y amplificar las producción de Cuba. Esa ha sido nuestra premisa porque creemos que es importante que se conozca no solo el trabajo de los músicos cubanos en Cuba sino también en otros países. Hemos dirigido la estrategia de comunicación hacia México porque es una plaza importante para mi trabajo. He tocado allí varias veces en festivales y eventos.
¿De qué forma has podido llevar adelante Guámpara Music en medio de un contexto de regulaciones oficiales que complican la creación independiente?
Si se ha avanzado en el tema de cooperativas para el transporte o la agricultura, pienso que el país ha sido muy lento en cuanto a este tipo de ámbitos culturales. Nosotros somos un sello totalmente independiente. No tenemos dentro de Cuba ningún tipo de carácter legal, jurídico. Se nos hace muy difícil realizar acciones internas de promoción con los artistas del sello y los productos que somos capaces de crear. No tenemos la posibilidad legal de ir a la radio y entregar nuestros materiales, porque existen leyes que no permiten que en los medios de difusión del país se promueva a artistas que no forman parte de una institución del Estado. Hace 6 años estamos produciendo. Esas regulaciones son una de las mayores dificultades para nuestro trabajo y afectan también nuestra credibilidad, porque los artistas necesitan resultados. Independientemente del resultado internacional que hemos alcanzado, los artistas también quieren presencia nacional. Esas medidas del Estado han sido un problema grave porque impiden que se reconozca en Cuba nuestro trabajo.
¿Cómo han limitado esas regulaciones la creación y expansión de la música independiente en Cuba?
Yo tengo la experiencia institucional y la independiente. No cabe duda que esas medidas son un error garrafal. Hacer música, y arte en general, no es lo mismo que producir jabones o ladrillos. En su mayoría, las personas que trabajan en las instituciones no tienen esa sensibilidad y compromiso en cuanto al arte. Eso ha frenado el desarrollo general de la música. Ha limitado en gran parte el proceso creativo. Las instrucciones que orientan definen qué artista joven o que acaba de surgir tiene o no la calidad para estar en los medios o tocar en un club o un teatro. La mayoría de las veces, los que dirigen desconocen totalmente las escenas. El mayor problema es que las personas que trabajan en las instituciones culturales se han quedado detenidas en el tiempo. No conocen la música electrónica, sin embargo hay miles de jóvenes produciendo música electrónica en Cuba, por poner un ejemplo. Si todo se mantiene controlado únicamente por instituciones seguiremos mal, como ha pasado históricamente. La música cubana no se ha desarrollado todo lo que hubiese podido por esas trabas y se ha quedado detenida en el tiempo. Por eso, es importante el trabajo de los estudios y productores independientes, que sí saben lo que hacen y están sacando música.
A partir del fenómeno de “Patria y Vida” y de otros temas se ha criticado desde las instituciones oficiales que los raperos se han subido a esa ola para promover y obtener ganancias, sin embargo, esas voces obvian que los cultores del rap apenas tienen posibilidad de darse a conocer desde Cuba…
Lo que ha pasado con el rap no es casual. Si hacemos una cronología desde los finales de los años 90, cuando el movimiento tuvo su época de oro, hasta lo que ha pasado en la actualidad, vemos que no hubo una intención lógica, sana, real, por desarrollar el rap en Cuba. Todos sabemos por qué. El rap es contestatario. Sus letras tienen un punto de vista crítico hacia los problemas más importantes de la sociedad y el contexto donde se realizan. Por un problema claro y evidentemente político no ha tenido plataformas en Cuba para lograr el desarrollo que pudo haber alcanzado. Cuando trabajé en la Agencia Cubana de Rap intentamos encontrar espacios para las presentaciones de los artistas de la Agencia. En muchos de los espacios nos decían que había una regulación que decía que el rap no estaba permitido en dichas instalaciones. Si eso pasaba con los artistas de la institución, ¿qué podía esperarse para los que eran totalmente independientes?
¿Te ha sido difícil insertarte dentro de la escena electrónica cubana por manejar conceptos rítmicos que se alejan un poco de la preferencia del público, sobre todo más joven?
Realmente he tenido más aceptación en el escenario internacional que en el cubano. En Cuba, lo que consume la mayoría es la música electrónica importada. Tengo otros puntos de vista creativos que marcan una diferencia. Por eso dentro de la escena electrónica mi música no clasifica, en gran medida porque están más interesados en el techno o el house importados. Depende de los DJs productores cubanos que encontremos nuestra propia voz dentro de la escena electrónica, algo que no tiene que ver necesariamente con poner un tambor, un batá o una clave. Es importante encontrar un sello que nos identifique como parte del circuito electrónico cubano. Siempre abogo por eso porque es el camino que me gusta recorrer. Quizá por eso soy un exponente a contracorriente en la electrónica. Pero ya se están viendo trabajos interesantes en ese sentido, como la unión de Lejardi y David Casas. Hay muchos artistas que están creciendo dentro de la escena. Acabamos de fundar un colectivo llamado Islamovement, que agrupa a DJs y productores de la escena electrónica de diferentes géneros y estilos. Hay quien está dentro del techno y el house o el progressive. Integran el proyecto Alexis de la O, Ryan, Reitt, Danny G, House Republic, Xander Black. Nos estamos uniendo para ir construyendo la voz de la música electrónica cubana, algo que también he tratado de hacer con Guámpara y con mi trabajo como DJ Jigüe.