Se conocieron hace dos años en Viena. Cada uno había escuchado de la obra del otro. Se habían estudiado tanto las maneras personales de ejecutar el piano como la complejidad de sus composiciones. Dos pesos pesados del instrumento: el cubano Chucho Valdés y el chino Lang Lang quedaron en marzo de 2013 prendados del modo en que ambos se acercaban a las partituras. Son dos genios que necesitaban tocar juntos y han escogido la Plaza de la Catedral de La Habana para compartir tal sueño con el público cubano.
Lang Lang prefiere la música clásica. La crítica le reconoce esa capacidad suya, ese talento natural y también enriquecido con la práctica diaria de interpretar a clásicos como Beethoven, Chopin o Mozart, por solo citar algunos autores. Chucho Valdés, un ícono de la música cubana, tiene un estilo propio de llegar al jazz y también ha marcado la sonoridad popular de la Isla con Irakere, orquesta referencia para géneros como el son y el jazz. Pero cuidado, el autor de “Misa negra” es capaz de hacer sonar como nadie un pentagrama de los compositores clásicos.
Esta noche, justo a las diez, ambos se darán un gusto enorme al juntarse en la escena y ser acompañados por la Sinfónica Nacional y la directora estadounidense Marin Alsop.
Fascinado con Cuba
Aunque solo estará 48 horas en la Isla, Lang Lang sintió que La Habana le causó sensación. Su colorido le hizo recordar aquellas canciones que su madre solía cantarle cuando pequeño. El pianista chino se declaró, a su llegada al Hotel Parque Central de la capital antillana, “fans” de la música nuestra, y precisamente de ella le atrajo esa manera sincrética con que Chucho Valdés adereza sus piezas o esa maestría de Ernesto Lecuona al crear sus obras.
Con una sencillez enorme, Lang Lang aseguró a OnCuba que su concierto es un intercambio de amor. “Es un placer para mí siempre quise venir a Cuba”, dijo.
Del artista asiático asombra esa combinación entre su jovial lozanía y la carrera vertiginosa que ha desarrollado en su corta existencia. “Tengo buenos genes de mi madre, aunque ya tengo 33 años y no soy tan joven”, señaló, al tiempo que manifestó sus ansias de ya llegar al ensayo general del concierto –que tuvo lugar este jueves en la noche en la Plaza de la Catedral-, momento en el que se encontraría con unas cien personas, entre estudiantes de música y profesores de las academias artísticas de la capital.
Sobre el programa de esta noche adelantó que trabajará obras de compositores cubanos. Todo un desafío para él. “Siempre que puedo, cuando visito un país, interpreto parte de su música, porque me parece más interesante que hacer lo que siempre hago. Es un desafío llegar y tocar esas melodías.
“Al comparar la música cubana con la de España u otras partes de Latinoamérica, la de ustedes es completamente diferente. Ver a Chucho Valdés tocar me deja siempre con la boca abierta. Llevo las últimas semanas estudiando las obras que interpretaremos en el concierto porque espero que todo funcione bien. Es un reto para mí”, puntualizó.
Lang Lang tocará en un piano Steinway nuevo que llegó este jueves a La Habana. Su valor es de 170 000 euros y la compañía que lo fabrica lo ha donado al Instituto Cubano de la Música.
Un cumpleaños de altura
En el escenario armado en la Plaza de la Catedral habrá mucha buena vibra esta noche. Un choque de tres entre dos astros de la pianística mundial hará que las buenas energías graviten, gracias al virtuosismo de estos hombres.
Para Chucho Valdés que todo pase justamente el día de su cumpleaños 74. “Todos lo vamos a pasar muy bien. El ambiente que estamos respirando es muy musical y todos estamos bien motivados”, dijo a un grupo de periodistas el músico cubano.
Valdés resaltó que estaba honrado de actuar con Lang Lang, a quien ha admirado por mucho tiempo. Antes de que se conocieran en marzo de 2013, sabía de su trabajo gracias grabaciones en formato DVD y CD.
“Hicimos algo juntos con la sonata “Claro de luna”, de Beethoven. Eso fue como una conversación, un juego para los dos”, recordó Chucho.
Interrogado por OnCuba sobre si ya piensan futuros proyectos de conjunto, Valdés subrayó: “Vamos a hacer el concierto y lo que suceda es lo que va a venir después. Siempre esperamos buenos resultados, pero no sabría decir si repetimos o si se grabará algo. Eso está por ver”.
Por su parte, Lang Lang fue un poco más revelador: “De momento no, pero estoy seguro que después del concierto quizá surja algo. Conocí a Chucho en Viena y él me enseñó algo de su música y de los ritmos cubanos. Fue fascinante, como caminar en Marte. Realmente es otro tipo de arte”. Con todas esas motivaciones, solo nos queda aguardar por un momento único e irrepetible.
Le doy gracias a onCuba por la noticia, otros medios de prensas nacionales en la web (como cubadebate) ni lo mencionan.