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Cinco exitosas ediciones completas ya cuenta el Festival Varadero Josone “Rumba, jazz y son”, luego de que casi al amanecer de este lunes cerrara su edición de 2025.
Más de 30 artistas, agrupaciones y DJs conformaron el cartel del evento. La música cubana tuvo el protagonismo, matizada por la presencia de exponentes de Estados Unidos, España y Colombia, cuya presencia mezcla la oportunidad de disfrutar y, en muchos casos, descubrir su arte, pero también de medir estándares de calidades entre lo nacional y lo foráneo.
Josone este año asumió varios retos: crecer a siete días de presentaciones; dar mayor presencia a la música urbana, específicamente al reparto; cambió de compañía y por primera vez fue acompañado y respaldado por el Centro Nacional de Música Popular.
Además, en el camino de una cita tan grande siempre surgen otros escollos, desde aquellas pequeñas que solo su equipo de producción (en las manos magistrales de Four Wives) asume y resuelve, hasta las menos manejables como la lluvia que en tres ocasiones causó estragos en esta semana.
Justamente las inclemencias del clima crearon la noche más inolvidable del Festival. El pasado viernes más de 7 horas de lluvia hicieron pensar que no sería posible realizar las actividades que estaban previstas.
Pero el público tuvo la última palabra y, sin temor al agua, sin problemas con el fango, con toda la paciencia y disciplina a veces impensable, sobre todo para un público tan joven, más de tres mil personas hicieron posible que tres de los cinco conciertos previstos fueran realizados, y se viviera la experiencia inolvidable de ver amanecer en la euforia de la música.

“Yo pensé que por el clima todo se iba a ver afectado, pero fue todo lo contrario, fue todo ssuperespecial Estoy muy feliz con la oportunidad de estar por segunda vez en Josone y contar con el cariño y el apoyo de un público que me esperó hasta las 5 de la mañana y amanecimos en Josone, pero la pasamos bien y eso es lo que vale”, dijo Wampi, quien tuvo a su cargo el cierre de las presentaciones de ese día, antecedido por Formell y Los Van Van y el cantante español Big Lois.
Más allá de la excelencia musical que se disfruta en escena con la calidad del elenco que cuidadosamente escogen cada año Issac Delgado y su equipo, el público es la estrella fundamental del Varadero Josone.
“Lo más significativo es ccómoconecta el público de este Festival con todo lo que sucede en la escena. Aquí no hay un termómetro ni una balanza en la que ttúpuedas decir que esto puede gustar más que aaquello,porque el público tiene una facilidad para tomar para sí todo lo que regala la escena. Incluso cuando vamos a empezar a lo mejor no está la suficiente cantidad, pero cuando dices el primer ‘buenas noches’ empiezan a aparecer de todos los sitios, de todos los espacios del parque y de repente ya está todo un ambiente en el que la energía que tienen doscientas personas es igual pero multiplicada que cuando hay las tres mil o cuatro mil personas que llegan a llenar el parque”, dice Edith Massola, directora artística del Festival y quien junto a Marlon Pijuán y Barbaro Marín asumió este año la conducción en escena cada noche.

Para su cierre, el Festival apostó por un cartel que miró en muchas direcciones musicales. La rumba de Muñequitos de Matanzas abrió la noche, seguidos de la salsa colombiana de Manyoma Brothers, una de las agrupaciones pioneras del desarrollo del género en ese país que ya va por su segunda generación de una familia dedicada a la música.
La ttríadade clausura estuvo en la voz, energía y fuerza de la rapera Telmary, la timba cubana de Alexander Abreu y Havana D´Primera y la música urbana con Charly y Johayron.
“La fusión con la juventud es lo más importante de este Festival, poder darle la oportunidad a la juventud, que se lo han ganado”, dijo Alexander Abreu en exclusiva para OnCuba.
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Justamente cuando le preguntamos a Johayron cómo definiría este evento, lo llamó “oportunidad”.
“Todo el mundo no tiene el mejor criterio y la mejor opinión del género urbano, entonces me parece que es superimportante esta participación de nosotros y, a la vez, poder compartir con otros géneros nos permite ganarnos el público de otras edades que consumen la timba, la rumba, y que aquí pueden escuchar lo que nosotros hacemos y pienso que también puede ser de su agrado”, dice el cantante.

Esa es una idea inversamente proporcional para los creadores de otros estilos. Telmary, por ejemplo, nos decía que le encanta “la mezcla de todos los géneros y el alcance que tiene para públicos tan diversos porque es importante que la nueva generación escuche rumba, escuche son, que no se pierda la esencia de la timba”.

En Cuba, donde la mayoría de los eventos musicales tienen un corte dedicado a un género o espacio de la música específico, el Festival Varadero Josone ha venido a llenar un vacío, el de hacer convivir todos los estilos de la música cubana sin crear entre ellos discriminaciones, sino entendiendo y mostrando lo que cada uno tiene para aportar, y aportarse entre sí.
El logro está entonces realmente en ofrecer una imagen musical cubana amplia y completa, de la cual se habla mucho, pero que realmente en casi todos los escenarios aparece de forma segmentada.
Basta revisar las imágenes que han circulado en redes sociales durante toda la semana para saber que el público ya espera y se prepara para participar de este Festival a toda costa, como ya lo probó este año.
Aún no despertamos de todo lo vivido este 2025 en Josone, y ya nos estamos preguntando por una nueva cita con la rumba, el jazz, el son y todo lo demás que pueda traernos la experiencia extraordinaria de hacer converger el verano, una de las mejores playas del mundo y las mejores músicas de esta isla.