En un artículo sobre el espectáculo Vamos Cuba en 2017, un crítico habló de la potente voz, el impresionante desenvolvimiento escénico y carisma de la cantante cubana Geidy Chapman.
“Cuba vuelve a estar en el negocio y estalla para mostrarte un buen momento. Irresistible”, dijo entonces Sunday Express sobre un espectáculo movido que sacudió la capital británica y que cuenta, con música y baile, el caos del aeropuerto de La Habana.
El talento de Geidy llamó la atención en medio de esa mezcla de baile tradicionales y modernos (salsa, rumba, cha-cha-cha y reggaeton); de una banda que actuó en vivo y de bailarines, en una puesta en escena vibrante
“En ese espectáculo musical baile y cante; también interpreté temas con alta complejidad que me ayudaron vocalmente. Y compartir escena con profesionales bailarines y directores de la Compañía Rakatan, es siempre, una grata experiencia”, dijo a OnCuba.
Pero su historia comenzó, a edad temprana, por una de sus grandes pasiones: la danza.
“Empecé bailando en la compañía del Teatro América, en el Cabaret Nacional y recibí clases en la Escuela del Cabaret Tropicana. En esa escuela donde se formaban bailarines para Tropicana, tuve el placer de conocer al maestro Santiago Alfonso, un auténtico profesional del espectáculo danzario en Cuba. Con la autorización de mis padres, a los 17 años, comencé a trabajar profesionalmente en el espectáculo Sabor Caribe de la Empresa Carnaval”, dice.
Su debut como cantante fue una sorpresa, inclusive para ella misma. “Un buen día faltó la cantante principal del show y una amiga mía le dijo al director que yo me sabía todas las canciones. Después me vi en medio del escenario cantando. Ese salto, de bailarina a cantante, se lo agradezco a Jorge Alí Solares, director del cuarteto Génesis, pues él me descubrió como cantante y confió en mí”, cuenta.
Es licenciada en Contabilidad y Finanzas, pero dejó las matemáticas para dedicarse al arte. En su carrera ha actuado en escenarios de Europa, Asia y América como la Opera Sidney de Australia, el Teatro Peacock de Londres (por 7 temporadas consecutivas), o el Teatro de la Ópera de Oslo Noruega, dirigida por maestros como Santiago Alfonso, Nilda Guerra, Isaac Delgado y Litz Alfonso.
Geidy tiene ya varios premios en su palmarés, como el premio de Interpretación en el concurso Cubadisco (2005) y en el XX Festival Habaneras en la Habana. También ganó el tercer lugar y el premio de composición en la XXVIII Edición del Festival Juan Arrondo (2007). Pero para ella “el mejor premio es el aplauso sincero del público, porque esa ovación es la que me llena y me impulsa a hacer más”.
¿Cómo fue tu paso por la agrupación Las Chicas del Sol?
Influyó mucho en mi preparación como cantante profesional, en cuanto a pista, escenarios, proyección escénica y a cantar en vivo ante el exigente público cubano. Como vocalista en un grupo musical te debes ir creando un sello, un estilo e ir creciendo en cada presentación. Gracias a los buenos compañeros que tuve en Las Chicas del Sol pude convertirme en la cantante líder del grupo. Mi tránsito por esta orquesta fue fructífero y significó para mí una escuela, donde me preparé vocal y escénicamente.
¿Pasó de moda el Bolero?
No ha pasado de moda. En Festivales de Boleros en Colombia es impresionante ver al público deleitarse escuchando dos horas de boleros, mientras que en Cuba, en algunos sitios nocturnos las personas aprecian este género. Santiago de Cuba es una provincia que celebra todos los años el Festival de Boleros de Oro, que tiene buena aceptación del público. Este género musical cubano sigue siendo degustado e interpretado, por jóvenes de todo el país.
¿Qué significa Cucurucho Valdés en tú carrera?
Con él aprendí a tener mayor seguridad, confianza en mí y en el control de mi voz. El acompañamiento del maestro con el piano me permite desdoblarme, darle nuevos matices a mi voz, ecuanimidad y dulzura. Estoy muy contenta, porque grabé un tema musical en el CD Con los pies en la tierra de Cucurucho, que sale al mercado en enero de 2018.
En el 2016 él me invitó al Festival Tobago Jazz Experience, en Trinidad y Tobago. Allí canté dos boleros y la Danza Ñáñiga, con sus arreglos y aa acogida del público fue impresionante. El festival tenía talentos de todo el mundo y la novedad éramos nosotros los músicos cubanos.
Cómo ha sido tu participación en el programa Sonando en Cuba, en las audiciones.
Seguiré enseñando a los nuevos aspirantes de este emocionante concurso, en la cuarta temporada. Estuve en las primeras audiciones en Santiago de Cuba y me sentía identificada con los jóvenes, pues en los inicios de mi carrera pase por eso. Es impresionante el talento musical que hay en nuestro país.
El equipo de trabajo era una familia: Niurka trabajaba con los jóvenes la parte vocal, y yo la escénica. Los muchachos llegaron al concurso muy bien preparados y con deseos de aprender. Era impresionante verlos como se crecían en el escenario interpretando un son, bolero o salsa.
Todos los jóvenes que participaron en la tercera temporada de Sonando en Cuba son ganadores por la superación, vivencias y conocimientos; y porque Cuba entera y el mundo conoció las nuevas promesas de la música cubana.
¿Qué inspira a Geidy?
Me inspira mi pequeña hija Kelly Nicole, que llegó a mi vida hace dos para llenarla de luz. Si antes de tenerla era una mujer fuerte, atrevida y ambiciosa, ahora ella es el centro de todo y mí fuente inagotable de energía positiva.
No me sentí limitada en mi embarazo y estuve trabajando los nueve meses. Participé con mi pancita en el espectáculo Salsa Mambo y Chachachá, liderado por el popular músico Isaac Delgado, con ensayos hasta la una de la madrugada. El director artístico, Santiago Alfonso, me decía jocosamente que iba a parir en el escenario y que era una cubana de estos tiempos.
¿Cómo triunfar en el mundo del arte?
Es un mundo complejo y precioso a la vez. Soy una mujer perseverante, atrevida y ambiciosa musicalmente hablando. Disfruto ponerme retos y superar ese peldaño que poco a poco te posiciona en el gusto de la gente. Estudio mucho y trato de que mi repertorio sea variado, con música cubana y algunas pinceladas de temas clásicos amados por el público.
Creo que una buena selección de repertorio te salva o te hunde. Escucho mucha música, de todos los lugares, sin perder mis raíces y así le muestro al público cosas ricas. He aprendido con los altos y bajos de mi carrera que todo llega paso a paso.
¿Cómo fue el espectáculo Amigas y trabajar con Litz Alfonso?
Fue una inolvidable experiencia. El reto más duro fue actuar, interpretar el personaje de una de las protagonistas del show; además, hacerlo lo más natural posible. Le doy gracias a ese excelente actor que es Osvaldo Doimeadiós, pues trabajó mucho con las cantantes. Los miembros de la Compañía Litz Alfonso son muy disciplinados, diariamente se preparan y es por eso que sus puestas en escena se convierten en auténticas obras de arte. Trabajar con Litz fue una escuela, y con ella aprendí que “lo que no se ensaya, no sale en vivo”.
¿Qué planes tienes para 2018?
El 2017 fue bueno año y el venidero será mejor, porque trabajaré en mi primer concierto, con un repertorio bien variado. Será algo íntimo y romántico donde no faltarán temas conocidos por el público cubano. También tengo otros proyectos de los que no daré detalles, hasta materializarlos.