Declarado en 2018 Patrimonio Cultural de la Nación, el changüí nació en la región oriental de Cuba, en Guantánamo, en el siglo XIX. Es un ritmo ancestral y uno de los más auténticos en el repertorio de la música cubana.
Admiradas personalidades como Chito Latamblet (1916-1993) y Elio Revé (1930-1997) popularizaron el género en el país y otras naciones.
Hoy algunas agrupaciones incluyen en su repertorio temas changüiseros o le dedican producciones discográficas enteras. Es el caso de Juan de la Cruz Antomarchi, quien presentó el álbum Cotó y su fiesta changüisera, nominado a los Premios Cubadisco 2023 en la categoría “De la tradición sonera y campesina”.
Es además el de la flautista, arreglista y directora musical guantanamera Grettel Pozo Ubals, conocida en sus redes sociales como “La Herencia del Changüí”.
Para indagar un poco sobre el género desde una perspectiva actual, OnCuba conversó con la artista, quien integra el grupo Robertico y su Síncopa Uno, formación musical que, a juicio de algunos críticos, ha renovado el formato instrumental del changüí y el género en sentido general.
Un viaje a la raíz
Cómo música y ferviente defensora del changüí, ¿crees que el género se difunde y promociona lo necesario?
Por la jerarquía que debe ocupar dentro de la música cubana, es insuficiente su promoción. A raíz de la primera nominación del género a los Latin Grammys (2019) con el guantanamero radicado en España Yelsi Heredia y coterráneos como el maestro Celso Fernández, El Guajiro de Yateras, el changüí comenzó a ganar más notoriedad a nivel nacional e internacional.
Un año después, en 2020, el primer grupo profesional dentro de ese género, Changüí Guantánamo, alcanza su primera nominación al mencionado premio. Ahí comienza la explosión de esta expresión músico-danzaria; pues antes se conocía, pero superficialmente.
¿En Guantánamo se toca? ¿Todavía despierta interés entre músicos jóvenes? O, por el contrario, ¿ha pasado a un segundo plano?
¡En Guantánamo se toca changüí todo el tiempo! Todos los días, pero pocos jóvenes se interesan por el género o por continuar la tradición. Generalmente son personas mayores las que prefieren el changüí.
Aunque la tendencia ha ido cambiando un poco a partir del trabajo del grupo Robertico y su Síncopa Uno y sus peñas domingueras en la Casa del Changüí.
Poco a poco y gracias a un trabajo de años, el grupo ha logrado atraer más público, renovando el género en conceptos de formato instrumental y de arreglos.
Cada día se nos suman más jóvenes interesados por la sonoridad; pero aún son pocos. Algunos llegan acompañando a sus abuelos y como ven un ambiente sano y un arreglo más contemporáneo en la musicalidad, repiten la visita, que a veces se vuelve habitual. Otros llegan por las ofertas gastronómicas y para desconectar un rato y les pasa como al primer grupo de personas: casi siempre repiten.
Coméntanos un poco más sobre Robertico y su Síncopa Uno…
La particularidad del grupo, aparte de renovar el sonido y la estructura del formato tradicional del changüí (añadiendo una flauta y un violín), es que dentro de su nómina existen maestros vivientes del género que sucedieron a los fundadores de este arte.
Nuestro grupo cuenta con el mejor trío de voces que ha dado el changüí y, según expertos, el más longevo es José Antonio Moreaux Jardines, conocido como La Voz de Oro del Changüí, quien durante veinte años paseó el género por todos los continentes junto al grupo Changüí Guantánamo.
José Antonio Moreaux y Andrés Rodríguez “El Sinsonte” crearon un modelo vocal que hasta hoy se aplica dentro del género. Cuando la jubilación de ese insigne grupo le llegó a José Antonio, decidió comenzar una nueva etapa junto a Síncopa Uno. Ha sido una experiencia maravillosa.
Nos presentamos todos los domingos en la Casa del Changüí y, si fuera por el público, lo haríamos todos los días (risas). Aunque ya las presentaciones domingueras, por cuestiones ajenas a nosotros, están decayendo.
¿Han grabado algún disco?
Aún no tenemos discos; sí grabaciones aisladas. Pretendemos grabar próximamente con la EGREM. Sería nuestra primera producción con una disquera nacional, lo cual nos tiene motivados porque la producción discográfica changüisera está bastante deprimida.
No obstante, ya se comienza a grabar a los maestros del género (mayores todos) para que queden registrados los modos ejecutorios de cada grupo.
Hasta hace unos años, los únicos grupos changüiseros que habían podido grabar la tradición con una disquera nacional eran Changüí Guantánamo y Changüí Santiago. Otros pudieron hacerlo mediante grabaciones radiales, caseras o con discográficas independientes o extranjeras.
Desde finales de 2022 y mediante al reclamo de sus cultores, han comenzado a grabarse poco a poco a otros grupos que también tienen una historia y trabajo mantenido dentro del género. Sucede que cada grupo changüisero tiene un “deje” (un estilo) característico que merece ser conocido.
Para ti, ¿dónde radica el éxito del changüí?
En que no se ha mezclado tanto, aunque se comienza a notar una marcada contaminación inter-géneros. Su sabor es innegable y en su célula se encuentran los elementos primigenios de la música cubana y ¿a quién no le gusta? Su “redescubrimiento” ha sido un viaje a la raíz.