Guámpara music integra, desde febrero, la lista de productoras independientes en la isla que desde inicios de los 2000 constituyen una alternativa mucho más accesible para grabar y promocionar la música de artistas que se inician. Aunque también resulta más accesible para nombres reconocidos, sobre todo de géneros como rap o el reggae, por ejemplo.
Isnay Rodríguez (Dj Jigüe), coordinador general de Guámpara music (GM), lo sabe muy bien. Sobre todo porque a finales de los 90 fue rapero y luego promotor cultural dentro de esta escena en Santiago de Cuba y, más tarde, subdirector de la Agencia Cubana de Rap, donde atendió el sello discográfico Asere Producciones. Allí aprendió cómo funcionaba en el ámbito profesional el grabar un disco, producirlo, comercializarlo y promocionarlo, y comenzó a desarrollar una idea:
“Crear mi propio proyecto donde pudiera soñar un disco, crearlo de la manera que quería hacerlo. Como yo venía de la escena artística, muchas veces sabía qué era lo que la gente quería consumir, porque muchas veces las instituciones están desligadas de la escena, sobre todo de este tipo de movimiento, que son movimientos alternativos que surgen del underground, fuera del amparo de las instituciones de la música”, explicó a OnCuba.
Durante los seis o siete años que Isnay trabajó para la Agencia Cubana de Rap, esta produjo solamente tres discos: el álbum de Papo Record, una compilación de mujeres raperas y el de Ogguere. Los artistas han recurrido a los home studios, para hacer sus demos, sus pequeñas producciones y mantener viva la escena rapera nacional.
“Era una desventaja que teníamos como movimiento musical, porque en Latinoamérica el rap cubano es un movimiento muy respetado, por el talento y la calidad que tiene. A los festivales venían muchos artistas de casi todos los países de Latinoamérica a nutrirse de lo que estaban haciendo los raperos cubanos. Quiere decir que la escena cubana estaba fuerte, pero no había discos en el mercado, ni fuera ni dentro de Cuba”, cuenta.
Este fue otro empujón que llevó a que en febrero de este año, un grupo de santiagueros decidieran crear GM, una productora musical independiente que no se limita –según Isnay– a grabar la letra sobre un background, sino que se dedica a producir un disco con todas las de la ley: con asesoría musical, con un estudio de mercado, con músicos, para lograr al final un producto que pueda ser competitivo.
Buscando el sonido de Guámpara
Centro Habana. Subimos a un segundo piso por una escalera de mármol entre paredes despintadas y pasamos a un cuarto mediano. En una esquina, un pequeño cubículo con un micrófono y cartones de huevo en las paredes para ayudar con la acústica. Algunos equipos de sonido y dos laptops. En este, el estudio de GM, converso con Isnay Rodríguez.
“Primero hay que decir que GM es una productora independiente centrada en la producción de música urbana, pero con la característica de que trabajamos con lo que se genera en el oriente del país, fundamentalmente en Santiago de Cuba. Sobre todo porque ha sido un movimiento que ha aportado mucho a la cultura urbana en Cuba y que además tiene características muy específicas que están dadas fundamentalmente por su posición geográfica y la influencia que tiene del Caribe, que no la tiene La Habana.
“Entonces la idea de GM es mostrar también esa otra cara de la música urbana cubana que no se conoce, de la que ni siquiera se ha hablado desde los 90, cuando empezó este movimiento de manera más fuerte, y ya Santiago de Cuba tenía agrupaciones que eran fundamentales y que participaban en los festivales de Habana hip hop”, explica.
Pero no es solo eso. GM se propone crear su propio sonido, su propia marca, a partir de la mezcla o la fusión de géneros urbanos como el rap, el reggae y la música electrónica, con la música cubana más tradicional que ha nacido en el oriente de la isla como el changüí, más el argot popular y los sonidos y ruidos característicos del contexto cubano. Son los elementos que definen el “sonido Guámpara”.
“Buscamos con ello una diferencia con el mercado internacional, para que el producto sea competitivo. Queremos hacer música urbana cubana, no pretendemos hacer reggae como los jamaicanos ni rap como los estadounidenses”, dice Isnay.
El catálogo de la productora está integrado por cinco proyectos: Kamerum el Akadémico, Niño foni, la banda Sangre de reggae, el dúo Golpe seko y Dj Jigüe como dj productor. Actualmente trabajan en el disco de Golpe seko, que debe salir a principios del 2016 bajo el nombre de Golpe seko brothers. Pero a la hora de producir a los artistas de su catálogo, GM no se contenta con el pequeño estudio donde ahora nos encontramos.
Una productora cuesta
“El disco de Golpe seko comenzó en un estudio casero, pero la producción general se hizo en un estudio semiprofesional y se grabó con músicos, aunque muchos fueron amigos y los costos no fueron elevados”.
Aun así, los integrantes de GM –cinco santiagueros–, deben recurrir a estrategias para conseguir los fondos que requiere la producción de un fonograma. En su estudio de Centro Habana han grabado a otros músicos que nada tienen que ver con el proyecto, ni siquiera con los géneros que defienden. Pero el dinero obtenido de esas grabaciones es luego invertido en los artistas de su catálogo.
Porque crear y sostener una productora musical no es nada sencillo. Solamente la tecnología que se requiere –en micrófonos, condensadores, tarjetas de sonido, aislantes de ruido, computadoras, etc.– es extremadamente cara y la mayoría de las veces deben comprarla fuera del país.
“Estamos hablando de una escena musical que no es tan comercial en Cubasi la comparamos con el reguetón, el pop o la timba, donde cualquier persona invierte dinero porque sabe que lo va a recuperar rápidamente, porque son fenómenos más comerciales. Pero es difícil encontrar gente que se arriesgue e invierta en estos proyectos, tienen que ser personas que sientan un compromiso o se identifiquen con lo que estamos haciendo y encontrar a esas personas no es fácil. Para llegar ahí primero hay que generar proyectos para poder mostrar qué estamos haciendo”.
Y en eso andan, tratando de impulsar el sonido urbano de la región oriental, desde el barrio mismo, en Centro Habana, “porque la capital es la ventana, la puerta a las oportunidades”, pero con la mirada y el corazón en Santiago de Cuba, en el compromiso con sus raíces.
No solo porque Isnay es mi hermano apoyo su proyecto, sino porque amen de todo el comercio existente con las productoras, él se está elevando sobre ese materialismo global y en su vuelo sacrificado sueña con hacer algo desde el corazón, con raices, un poco desconocido pero potente, interesante, vincualnte y transformador de la cultura actual. Él sencillamente está revolucionando la escena actual, y como toda evolución, evaluación y revolución tiene mucho camino que recorrer y un poco mas que enfrentar, pero con el amor de los que lo llevamos bien adentro él superará y triunfará aun más. te queremos hermano.