Con una música sui géneris, un estilo desenfadado y canciones para sanar el espíritu en tiempos de desesperación, irrumpe en la música cubana un jóven vanguardista.
El “Parque G” de su añeja Habana lo vio dar los primeros pasos en el arte del rap, las plataformas digitales le sirvieron de soporte para compartir su “musiquita para el alma” con sus seguidores y en la tarima aprendió el flow para seducir al público.
Jotabarrioz es un cronista, un actor irreverente de sus canciones y del arte genuino.
¿Cuándo comenzaste a hacer canciones?
En mi época de estudiante de secundaria había una ola eufórica con el Clan 537. Yo era fan del Insurrecto y de vez en cuando me ponía a jugar a improvisar en el aula. Mis compañeros me decían “Jesurrecto”, porque me llamo Jesús.
A hacer música en serio comencé en 2015 con la banda Kill the Party, como vocalista; pero Jotabarrioz como proyecto en solitario empieza en 2020, en plena pandemia.
¿Cuáles son los ingredientes musicales que hacen tu estilo singular?
Soy una persona bastante inquieta y un poco intuitiva. No tengo prejuicios con ningún género musical y hago lo que me suene bien. Intento ser lo más sincero conmigo mismo y buscar lo que me gusta y me hace feliz.
¿Qué buscas con tu música?
He intentado proyectar una imagen distinta de lo que es un rapero, usar este género de una manera desenfadada y con una estética distinta. Creo que a la gente le ha llamado la atención mi música, la proyección de mi lírica ante el micrófono.
Mi música comienza a escucharse en la pandemia en un momento en el que la gente necesitaba melodías para el alma y la paz espiritual. Regalar un poquito de luz, alegría, felicidad y cosas bonitas es el objetivo de mi arte.
¿Superó tus expectativas Habana 4:00 am?
Sin duda. Este EP (mini álbum), el primero que hago, contiene canciones que la gente ha recibido con mucho amor, como “Fantasma“, featuring con David Blanco; “Mala canción de amor“, una de las melodías que más alcance han tenido en el público; y otros temas. Es mi primer EP compilatorio con un concepto de disco.
¿Has evolucionado desde tu comienzo en 2020?
Estoy muy feliz con lo que ha sucedido; aunque no haya sido un artista que se haya colocado en el #1 del hit parade. Incluso agradezco que haya sido así. Cuando uno da un batazo musicalmente hablando y se vuelve famoso, se está saltando varios pasos lógicos en esta carrera.
Que existan en la vida momentos altos y bajos te va construyendo como persona y artista. Si alguna vez logras llegar a la cima, te sientes más preparado.
¿En qué proyectos estás inmerso?
Continúo dando conciertos, tratando de moverme por toda Cuba y fuera de ella. Estoy grabando temas nuevos que saldrán próximamente en mis redes sociales. Me siento contento con el proceso de masterización de mis nuevas composiciones y todo lo que está ocurriendo en mi vida.
Como artista, ¿cómo ves Cuba?
Visualizo mi isla más desinfectada de odio. Estamos arrastrando una tradición de odio que está rompiéndonos como sociedad. Vislumbro una Cuba que logre entender que la solución real a sus problemas es el amor.