La soprano estadounidense de origen cubano Lisette Oropesa, considerada la mejor cantante de ópera del mundo en 2024, se confiesa “orgullosa” de haber crecido en una cultura hispana y espera visitar algún día la isla, “pero sé que me va a cambiar la vida”.
“Yo nunca he visitado Cuba porque mis padres huyeron y los que se fueron no podían regresar. Hoy es un poco más fácil ir y espero hacerlo algún día, pero sé que me va a cambiar la vida. Tengo familiares y muchísima gente allí que en cuarenta años he visto solo en fotos y para mí sería algo profundo ir a visitarles”, confesó la soprano.
Sus padres se establecieron en los años sesenta en EE.UU., y ella dice sentirse afortunada de “haber podido aprender un poco el idioma desde chiquita”, que aunque nunca estudió formalmente en la escuela habla prácticamente a la perfección.
“Me siento orgullosa de haber tenido esa historia con mi familia, en nuestra casa se hablaba español, veíamos televisión en español, las telenovelas, oíamos música, ellos mantuvieron en casa su cultura lo más posible”, aseguró Oropesa, que fue la primera cantante femenina en hacer un bis en solitario en el Teatro Real de Madrid en 2021.
Nacida en Nueva Orleans en 1983 y ganadora el pasado octubre en los Premios Internacionales de la Ópera que se concedieron en Múnich, va a interpretar desde este sábado en el Teatro Real a la reina católica Maria Stuarda en la ópera homónima con la que Gaetano Donizetti (1797-1848) completó la trilogía de las reinas Tudor (junto a Roberto Devereux y Anna Bolena).
Además de poseer una deslumbrante voz de soprano lírica de coloratura, por la que abandonó una incipiente carrera de flautista, la soprano aprendió a tener actitud de valentía en su oficio artístico que le ayuda a mantenerse en lo más alto.
“En este mundo hay muchísima discusión, te van a criticar y no le vas a gustar a todos, ni todo el mundo va a escribir que eres su favorita”, un miedo que en una profesión especialmente sensible “ha parado a muchísimos artistas, ha bloqueado muchísimo talento”, advierte.
Por eso, prefiere fijarse en intérpretes con personalidad y carisma “que salen al escenario y cantan como si fueran un matador”, ejemplifica. “Eso me inspira, yo quiero ser así, no quiero entrar tímida, con vergüenza”, confiesa Oropesa, para quien “aunque tengas que fingirla, tienes que buscar la seguridad en ti y mostrarla”.
“Puedes estudiar todo lo que quieras, pero nunca llegarás a ser una Victoria de los Ángeles, una Montserrat Caballé”, recuerda en alusión a las dos grandes divas españolas.
Aunque sí puedes “dar lo mejor de ti”, y esa generosidad como artista es la que un público “exigente” como del Teatro Real agradece. “Sé que me consideran una de las nuestras, y eso me da muchísima felicidad”, dijo.
Autora: Marina Estévez Torreblanca.