La memoria de Ringo Starr es una fábrica de recuerdos. Recuerdos que pertenecen inexorablemente al núcleo duro de la historia del rock y el pop y de la música en general. El ex Beatle cumple hoy 80 años, pero desde hace mucho tiempo, sus festejos dejaron de pertenecerle para convertirse en una celebración total de la música y de los seguidores de la banda más grande en la historia el rock y la música popular.
Richard Starkey no la tuvo fácil antes de convertirse en Ringo Starr. Fue un niño con una salud precaria (padeció tuberculosis, entre otras enfermedades), repitió continuamente sus estancias en el hospital y fue abandonado por su padre biológico durante la niñez. El joven Starkey se sobrepuso con las reservas de un corredor de fondo a todo ese oscuro panorama que amenazaba con cercarle la vida desde temprano. Todo cambió cuando en una de esas recaídas de salud le llegaron a las manos unas baquetas. Desde ese instante, transformaría en un instrumento de percusión cualquier cosa que se pareciera.
Su completa devoción por el instrumento lo convirtió en un baterista más o menos conocido en el circuito de la ciudad británica de Liverpool. Su formación autodictada lo obligó a aplicarse mucho más a fondo en el estudio y la práctica de la batería. Alcanzó un estilo muy peculiar debido a su manera de tocar las baquetas siendo zurdo, cuando comenzaba a darle duro a ese instrumento que lo colocaría en la cima del mundo.
En el ambiente de postguerra, muchos grupos de la ciudad lo querían fichar para sus combos, pues su nombre ya pasaba de boca en boca por su destreza y, sobre todo, por el torrente de energía y pasión que desplegaba desde la batería.
Ringo se enroló en las filas de Rory Storm y sus Hurricanes, una banda de primera línea en el circuito de la época en la ciudad de Liverpool. El batero se robaba todas las miradas en los conciertos y en las giras de la formación, mientras comenzaba a tocar una incipiente gloria en la escena rockera local, que de a poco comenzaba a enseñar músculo.
Ringo ya conocía a Lennon y Paul antes de formar su propia banda e integrar The Hurricanes. Era casi imposible que no se identificara con la compleja e irreverente personalidad de sus futuros compañeros en The Beatles.
Ringo duró poco en los trabajos con los que su buscaba la vida. No prestó demasiada atención a los estudios y venció, entre su infancia y adolescencia, ráfagas turbulentas que cayeron en su vida como un rayo. Con Los Beatles coincidió por primera vez durante un concierto en Hamburgo, durante una gira en la que su banda cobraba más que la futura leyenda del rock. Lennon, Paul y George ya habían dado indicios de admiración por el batero debido a su peculiar manera de interpretar el instrumento.
El momento definitivo que cambió la vida de Ringo y, ¿por qué no?, de Los Beatles, llegó el 14 de agosto de 1962. Fue la fecha en que bajaron de sus filas a Pete Best, quien fue sustituido por Ringo. Best, que pecaba de ser un tipo demasiado correcto, nunca pudo acoplarse completamente al espíritu y al sonido de la alineación. Sin embargo, Ringo, nada más entró, encendió ese fuego definitivo que marcaría el estilo y la historia de Los Beatles.
Lennon, Paul y George, cuando lo vieron desempeñarse durante su primer concierto juntos en The Cavern, sintieron que era el fichaje exacto, que Ringo le aportaba a la banda el sonido que buscaban desde el inicio. Con el nuevo baterista en la retaguardia, nunca perdieron la rueda del impulso que los llevó a rendir multitudes enfebrecidas, a grabar discos de culto, que revolucionaron la música popular y a convertirse en la banda más influyente de la historia.
Ringo era un factor de unión entre los músicos de la banda en los momentos de mayor desavenencia, que finalmente condujeron a su desintegración. Él mismo se fue de la banda en una ocasión, cansado de las confrontaciones entre sus colegas, que respondían a una lógica que nunca pudo comprender y que marcó un punto de ruptura definitivo en una de las etapas cumbres de la formación.
Uno de los momentos en que el resto de Los Beatles le mostraron su total admiración fue precisamente cuando dejó el estudio de grabación espantado por las actitudes de sus colegas durante la grabación del icónico White Album. Sus compañeros, entre ruegos, le pidieron que volviera e hicieron todo lo posible porque no los abandonara definitivamente. El batero regresó quizá con la certeza de que a su buque insignia le quedaba poco, pero él no podía ser el punto de quiebre.
Lo hizo con ese pragmatismo que muchos reconocieron en él desde que entró a la música y que respondía de alguna forma a los mismos orígenes de la formación de su personalidad, esa que le permitió enfrentar los destinos inciertos de sus primeros años.
Cada Beatle tenía una personalidad muy distinta entre sí. Ringo, por el carisma de su carácter, era quizá el que más se divertía dentro de la formación. Incorporó a los conciertos esa alegría que podemos sentir hasta en los discos y ver en las grabaciones, sobre todo en aquellas en vivo.
Ya en la etapa de mayor calma y pasadas las tensiones que llevaron a la disolución de la banda, Lennon y McCartney alguna vez aludieron a la posibilidad de una reunión de Los Beatles. El sueño quedó inconcluso tras los disparos que acabaron con el autor de “Imagine” en el corazón de Nueva York.
Ringo no pudo escapar de la maldición que acompañó al resto de los músicos tras la muerte de su líder. Hubo un momento de su vida que se debatía entre esos conflictos, a caballo entre el amor y el odio por haber sido un Beatle. Nunca llegó al renunciamiento total por haber integrado la banda. Todo lo contrario; hoy lleva con el orgullo de una medalla el haber sido uno de los cuatro de Liverpool que renovaron para siempre la música popular.
Ringo, el mayor de los Beatles, sigue en plena actividad a sus 80 años, con conciertos y grabaciones con músicos de diferentes frentes sonoros, luego de sobrevivir a una etapa en la que los excesos y las drogas lo tuvieron al borde del abismo. En su carrera como solista, ha publicado discos como el notable álbum Ringo, en 1974, y otros fonogramas como Sentimental Journey y Beaucoups of Blues, por solo mencionar algunos.
En su memoria siguen habitando los recuerdos que comparte con Paul y con otros músicos de su generación. En esas ráfagas posiblemente vea a Lennon, Paul y George frente a multitudes, como testimonio de una época radical y efervescente, mientras él, desde la batería, le sigue dando duro a la construcción de un sueño.