Haciendo detonar la explosión contenida, / por más de 20 años de una pseudo-vida/ defino otro sentido y busco más arriba/ (…) Acepto tu propuesta de apartar los dardos, con los ojos cargados de amor/ No importa el riesgo, busco mi sentido, derribo las paredes de lo prohibido
Dúo Cofradía
Lía y Pachi decidieron casarse cuando su dúo cumplió 15 años para celebrar, entre otras cosas, haber cantado con Silvio Rodríguez y conocer la nieve.
Lía es parlanchina por naturaleza e hilarante hasta la médula. Llega al punto de interrumpir a Pachi en pleno escenario. Cuentan ambos, entre risas, que en un concierto en Argentina, alguien del público le dijo: ¡Cállate pues, déjalo hablar!
No escogieron a la ligera el nombre con que se bautizaron después de años cantando juntos. Cofradía define su esencia. Hacen trova y son un dúo, pero alrededor de ellos siempre hay un séquito, una multitud, una familia. Hay desde rumba hasta pop. Hay, por si fuera poco, un montón de hijos por obra y gracia de los proyectos comunitarios con niños, que le han dado cuantiosas generaciones de músicos a Trinidad, la ciudad donde viven.
Ella desde Moa y él desde Florida, llegaron a Trinidad en 2001 con la certeza de que encontrarían un nicho creativo. Y lo consiguieron. Desde entonces le han cantado al amor, a las malas lenguas, a la felicidad, a la situación: Vamos a comerno´ el cable negra / porque es lo único que hay / El cable está muy duro, / pero es lo único que hay.
Líamer Llorente (Lía) y Eusebio Ruiz (Pachi) llegan a los 20 años de su proyecto personal y musical bajo la máxima de que “esto comienza ahora”, con varios ideas para continuar su trabajo como cantautores y un disco en plena concepción.
Quizás se deban a ustedes un álbum con todas las de la ley, después de veinte años…
Ese es nuestro sueño y nos proyectamos en ese sentido. Vamos a frenar cada proyecto que tengamos, desde los comunitarios hasta los personales, con tal de dejar registrado nuestro trabajo en un disco oficial. Algo que resuma lo que es Cofradía en estos 20 años. Tenemos una primera grabación que no funcionó; un disco en vivo grabado en el Centro Pablo; otras cosas a dúo y hasta un demo hecho en nuestra propia casa. Pero es tiempo de superar todo eso.
Estamos en la fase de sentarnos a revisar toda nuestra obra y volver a crear. Queremos ver qué nuevo sonido le insertamos a este disco que queremos grabar entre octubre y noviembre de 2017. Una vez hecho –sea donde sea– le pondremos el sello de Bis Music.
¿De dónde surge su vínculo con el grupo local llamado + Nuevo?
Es un proyecto musical de Trinidad, liderado por la joven Lucimila Rodríguez del Rey quien saliera del dúo Aire y Madera, muy reconocido en su tiempo. Casi todos los integrantes son instructores de arte. Tenemos la inquietud de ampliar el formato del dúo para enriquecer nuestras propias canciones con los arreglos y las armonías de otros instrumentos. Desde una gira que hicimos juntos por Francia vimos que podíamos trabajar a la par. Por eso los seleccionamos para darle sonido a nuestro disco. De entrada, el arreglista es Rainer Pérez, el bajista.
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Si + Nuevo es el apoyo ahora, quizás sea por esa vocación educativa de ambos. Tienen como una virtud innata el magisterio y el espíritu paternal. En Trinidad, recién llegados aún, ya se comprometían con la creación de un proyecto para enseñarles música a los niños de la ciudad. Auspiciado por la Oficina del Conservador, le han puesto nombres trinitarios a los premios del festival infantil Cantándole al Sol y el proyecto se ufana de impulsar la tradición musical de la villa.
“Me atrevo a decir que cada agrupación musical de Trinidad tiene al menos alguien que pasó por aquí”, asegura Lía.
Tal parece, por momentos, que limitan su creación personal para ayudar a los jóvenes músicos…
Algunas personas nos han dicho que mientras los otros ensayan, hace discos y giras, nosotros preparamos festivales y programas con niños. Pero esa es nuestra esencia también, porque somos educadores de corazón y de profesión. El fruto está aquí, por ejemplo, en Aixa, la niña que hemos invitado a cantar porque tiene un vozarrón hermoso. Cofradía no puede crear música si no hace estas cosas también.
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La celebración de los veinte años comenzará con una serie de conciertos. El primero tuvo lugar en Trinidad, en el patio del Museo de Historia. Que fuese allí no era cosa de azar, porque en ese lugar dieron su primer concierto cuando llegaron a Trinidad.
Trinidad es para ellos una elección de convicciones. Cuando otros músicos hubiesen escogido esta ciudad como lugar de tránsito para mejorar económicamente y después marcharse, ellos se quedaron.
“No somos los primeros ni mucho menos. Desde aquí fue el dúo Escambray. Desde Cienfuegos triunfó Lázaro García, de quien aprendí mucho. Cuando vine por primera vez supe que este era nuestro lugar, porque aquí estaban las puertas justas donde debíamos tocar para recibir ayuda. Una ayuda que vino al instante. Yo no podía traicionar la acogida que tuvimos”, dice Pachi.
Sonríe mientras habla, pausado y bajito. Proyecta una imagen de profesor de cátedra por la delicadeza de su trato. Como si en cada conversación quisiera enseñar algo. Es, además, guitarrista hábil y compositor de gran parte del repertorio del dúo.
¿Qué expectativas tenían con sus visitas a Estados Unidos?
Fuimos a abrir caminos en el estado de Minnessota, en las ciudades de Minneapolis y Saint Paul. Los últimos días los pasamos en Miami y allí fuimos invitados por Vanito Caballero a cantar un tema antológico de su autoría, que para Trinidad tiene bastante significado: Aixa, la bella historia de una niña, como se llama también una de las muchachas que hoy canta con nosotros.
Yo iba medio escéptico sobre qué encontrar en los EE.UU., específicamente en Miami. Vi fue mucha gente joven queriendo hacer cosas en favor de lo que empezó a hacer Obama y una comunidad deseosa de acercarse a Cuba. Había muchos trinitarios. Vi muchos amigos míos que no veía hacía 41 años. La política nunca fue tema de conversación y sí el deseo del reencuentro.
Excelente dúo de personas que la vida sin equivocarse como normalmente acostumbra, decidió unir en la vida y en la música, Lía y Pachi son como familia, a ellos le debemos mi esposa y yo la mejor parte de nuestra Luna de Miel, a ellos y a su hijo que es como un hermano: Alejo, el intrépido Alejo que decidió recorrer el mundo, a todos los queremos con profunda ternura, recordamos con añoranza los días su cálida morada de la cautivadora villa de Trinidad de la cual son ya parte indisoluble, un abrazo desde Guardalavaca de George & Anabell