Réquiem por Yarini, en el Teatro Avellaneda, inaugura oficialmente este lunes la edición decimonovena del Festival de Teatro de Camagüey, que regresa luego de seis años de ausencia a esa ciudad patrimonial de Cuba en medio de la severa crisis energética que vive la isla.
En una jornada vespertina, se presentó la obra Escenas de Teatro Cubano, del grupo de Estudiantes de Actuación de la Facultad de Arte Teatral, de la Universidad de las Artes, en su filial camagüeyana.
El evento, recortado a solo una semana, está dedicado a la vida y obra de René Fernández, Premio Nacional de Teatro 2007, y a la trayectoria artística de Maribel López, directora del Guiñol Guantánamo y fundadora de la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa.
René Fernández es uno de los dramaturgos más representados en el contexto latinoamericano, maestro de varias generaciones de teatristas, director de Teatro Papalote, fundador de La Calle de los Títeres y del Festitaller Internacional de Títeres de Matanzas.
Por su parte, la gestión de la docente y directora del Guiñol Guantánamo, Maribel López, reconocida una de las maestras del teatro guiñol cubano, ha llevado desde los años 90 y mediante la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, el arte escénico a los lugares más intrincados de la serranía oriental de Cuba.
El organizador del festival, Freddy Nuñez, explicó a la prensa sobre lo complejo e incluso contradictorio de hacer este Festival en tiempos difíciles, “sin embargo allá afuera hay un público que late”.
“Hacer el Festival en semejante circunstancia –con una profunda crisis económica, déficit energético y el impacto reciente de dos huracanes en el territorio cubano– es una demostración del poder de resistencia del teatro”, manifestó Nuñez.
El directivo calificó al certamen dramatúrgico como “el encuentro más importante de los teatristas cubanos”, que acoge “un espacio para el diálogo” y proyecta el futuro de la escena teatral de la isla.
Protección energética
Por su parte Kenny Ortigas Guerrero, actual director provincial de Cultura, aseguró que las sedes estarán protegidas con servicio eléctrico en el circuito C-128, que a la Calle de los Cines suma el Teatro Principal y el Centro de Convenciones Santa Cecilia.
“En un momento en que en el país tendemos a perder tantas cosas como el civismo, sería imperdonable perder el Festival. Posponerlo otra vez sería seguir en deuda con el público camagüeyano y con el movimiento teatral cubano que cada dos años lo espera”, dijo Ortigas Guerrero en declaraciones recogidas por el periódico local Adelante.
El funcionario recordó que la edición fundacional del evento en 1983 y a los intelectuales Rómulo Loredo y Manuel Villabella, “los irreverentes de aquella época que soñaron Camagüey como la mejor plaza para la mejor obra”.
Entre las puestas programadas se encuentran Flores de Carolina y Ajonjolí, de Teatro de Las Estaciones; La noche de Tebas, por Estudio Teatral; Asesinato en la mansión Haversham, asumido por Nave Oficio de Isla y CPH, además de Frijoles colorados, a cargo del grupo Trotamundo; De Moliere y otros demonios, por Estudio Teatral Macubá y Secretos bajo la Luna, que será interpretado por el colectivo La Chimenea.
Más de 250 creadores y artistas participan en el foro escénico camagüeyano que además cuenta con un apartado teórico que sesionará en el Salón de Convenciones Santa Cecilia con una mirada al quehacer del arte de las tablas en Cuba, y sobre “cómo los artistas nos hemos apropiado de las obras clásicas”, según adelantó Núñez.