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El actor, dramaturgo, productor y director cubano Jazz Vilá (La Habana, 21 de agosto de 1984) debutó en la telenovela Las huérfanas de la Obra Pía (2000). Sin embargo, desde los 14 años formaba parte de un taller de actuación con sede en el Teatro Nacional.
Graduado de la Escuela Nacional de Arte (ENA) en 2004, Jazz posee una trayectoria que abarca desde la pantalla chica hasta el teatro y el cine. Con trabajos a nivel internacional como la película The Mick and the Trick (2024) y su participación especial —un cameo— en el filme El Cautivo (2025), de Alejandro Amenábar, el actor cubano despliega su talento en escena y continúa construyendo su carrera.
¿Un recorrido nacional y extranjero de mérito le garantiza a un actor que no le falte trabajo?
Los méritos ciertamente pueden abrir muchas puertas, pero no garantizan que un actor siempre tenga trabajo. La industria del entretenimiento es altamente competitiva y volátil, donde entran en juego factores como las tendencias del mercado, las decisiones de los productores y directores, así como la conexión del actor con el público en un momento dado.
Aunque una sólida trayectoria puede otorgar más oportunidades y reconocimiento, la constancia en el trabajo depende también de la adaptabilidad del actor, su habilidad para reinventarse y estar al tanto de los nuevos proyectos que surgen tanto en su país como a nivel global.
Tu interpretación en el filme Juan de los muertos (2011) marcó un antes y un después en tu carrera. ¿Qué significó ese papel y cómo impactó tu desarrollo como actor?
Juan… fue un hito en mi carrera porque me permitió explorar un personaje LGTBIQ+ en un contexto único en el cine cubano: el género zombi. Ese papel me acercó a una audiencia más amplia, brindándome la oportunidad de mostrar la cubanía a través de sus frases y su estilo.
La experiencia me enseñó sobre la importancia de la autenticidad en la actuación y el poder del humor como herramienta para abordar temas profundos. Fue un trabajo que dejó una huella imborrable en mi trayectoria profesional.

¿Cómo decides qué proyectos aceptar? ¿Qué factores influyen en tu elección?
Influyen varios factores. Primero, la historia y su resonancia emocional son fundamentales; busco guiones que me inspiren y que tengan un mensaje poderoso. También evalúo el equipo detrás del proyecto, incluidos los directores y otros actores, ya que trabajar con gente apasionada marca la calidad del producto. Finalmente, la conexión que siento con el personaje y la oportunidad de explorar sus diferentes matices son determinantes.
Como fundador de Jazz Vilá Projects, ¿qué desafíos has enfrentado al liderar una compañía teatral? ¿Cómo defines el éxito que ha tenido?
Ha sido una odisea, con etapas muy alegres y otras de mucho aprendizaje. Reunir un equipo comprometido que comparta una visión artística del éxito es siempre una empresa difícil, que en los últimos tiempos —y dadas las condiciones actuales de Cuba— se ha vuelto más compleja.
Ante eso, mi estrategia ha sido la adaptación. Eso ha definido el éxito de la compañía, junto a la capacidad de conectar con el público y generar un impacto emocional en ellos.
¿Qué representa Jazz Vilá Projects para tu carrera?
Representa el compromiso de un creador con su obra. Los artistas quizás no cambiamos el mundo —esa es una utopía—, pero sí alimentamos el alma.

¿Cuál es el mayor reto de producir teatro en el contexto actual tanto de Cuba como internacional?
Hacer teatro en sí mismo es un reto, marcado actualmente por las limitaciones económicas y de recursos en Cuba. La situación internacional, atravesada por cambios geopolíticos, tampoco facilita el desarrollo de los espacios creativos. Pero el teatro también se alimenta de eso, es parte de su razón de ser. El desafío radica en mantener la autenticidad de nuestras voces y tradiciones, a la vez que nos adaptamos a nuevas formas de expresión que resuenen con el público.
Has trabajado en producciones cubanas y extranjeras. ¿Qué diferencias encuentras entre ambas experiencias y cómo han enriquecido tu perspectiva artística?
Trabajar en producciones cubanas me ha brindado una profunda conexión con mis raíces y una comprensión del contexto cultural de mi país. Suelen ser historias muy localistas en su mensaje y concepción, y eso contrasta con las producciones extranjeras en las que he participado. Ambas experiencias, aunque distintas, han sido enriquecedoras, ya que me han permitido combinar las particularidades de nuestra cultura con influencias globales. Eso ha fortalecido mi perspectiva artística y me ha ayudado a expresarme de manera más universal.
¿Qué papel consideras que tienen la actuación y el arte en general en las diferentes sociedades como reflejo de la realidad?
Creo firmemente que la actuación y el arte son herramientas poderosas de reflexión y transformación social. Estas disciplinas no solo entretienen, sino que también generan conciencia, iluminan problemáticas y celebran la diversidad cultural.
A través de la interpretación podemos conectar con las emociones y experiencias de otros, lo que nos ayuda a entender mejor nuestras realidades compartidas. La actuación tiene el poder de cuestionar normas y ofrecer nuevas perspectivas, convirtiéndose en un espejo que refleja cada etapa de una sociedad.

Tu versatilidad como actor, director y productor es una de las características a destacar a lo largo de tu trayectoria profesional. ¿Cómo logras equilibrar estas facetas y mantener la creatividad fresca?
El equilibrio se logra a través de la pasión y la dedicación que siento por cada una de ellas. Cada rol me nutre y ofrece perspectivas distintas que enriquecen mi creatividad. La versatilidad es fundamental, y siempre busco nuevos desafíos y colaboraciones que me permitan explorar diferentes narrativas. Mantener la mente abierta y estar receptivo a nuevas ideas es clave; así puedo adaptar mis enfoques y seguir innovando en mis proyectos, permitiendo que cada disciplina se retroalimente.
¿Qué personaje consideras que ha sido el más desafiante en tu carrera y qué aprendiste de él?
Cada personaje ofrece un desafío único porque representa un mensaje para los espectadores. Por eso, dadas las circunstancias del proyecto y el contexto histórico de la película, siempre me viene a la mente Betty, de Hotel Coppelia (2021). Entender una época, una sexualidad y una sociedad distinta debía asumirse con el mayor respeto. Eso se sumaba a la carga emocional de construir ese papel; me marcó profundamente.
¿Hay algún tema o historia que sientas que aún no has abordado y que te gustaría llevar a escena o a la pantalla?
Siempre hay historias que tocan profundamente y que siento que aún no he abordado. Me gustaría explorar temas que reflejen soluciones, tanto en el teatro como en el cine, y espero poder llevar esas voces a escena y a la pantalla como intérprete y como director.
Fuiste parte del elenco de la comedia musical española Mariliendre (2025), producida por Javier Calvo y Javier Ambrossi (Los Javis) y dirigida por Javier Ferreiro. Coméntanos cómo viviste la experiencia de actuar en esta producción para Atresplayer.
Actuar en Mariliendre fue una experiencia enriquecedora y transformadora para mí. La obra combina humor, música y una profunda reflexión sobre la identidad y la diversidad, lo que conecta con el público de una manera única.
La serie me relaciona mucho con la década en que viví y crecí en España, en el propio Madrid. Por lo tanto, me reunió con muchos momentos, melodías y personas de mi vida, como los propios Javis.
Ha sido otro de esos regalos por los que cada día digo —y ahora musicalmente, para estar a tono con la serie—: “Gracias a la vida, que me ha dado tanto…”.
¿Cómo describirías la representación de los actores cubanos en la industria global?
A pesar de las barreras que pueden existir, muchos actores cubanos han logrado abrirse camino y destacarse en proyectos internacionales. Desde Sian Chiong en México o Jacqueline Arenal en Colombia, hasta mi gran amiga Ana de Armas, quien hizo historia en los Oscar y acaba de recibir el premio Estrella de Acción del Año en el CinemaCon.
Ellos y otros ejemplos demuestran hasta dónde podemos llegar. Aunque todavía hay un gran camino por recorrer para que nuestra presencia sea más prominente y diversa en todos los géneros y plataformas.