La inminente cita en el Festival Nacional de Teatro de Camagüey, sirve de ideal punto de arrancada a este espacio. No solo porque el evento agramontino es la muestra bienal más amplia del teatro cubano, sino porque durante esta décimo quinta edición tendrá lugar un encuentro que focaliza la zona de atención de nuestra sección “Pasos de Gato”.
El miércoles 8 de octubre, justo en el fiel de la balanza de la convocatoria principeña, enmarcada entre el viernes 3 y el sábado 11 del décimo mes de 2014, acontecerá el panel Una isla, el teatro: Veinte años de intercambios culturales entre Cuba y su diáspora norteamericana.
Se trata de una “importación” desde Estados Unidos de América, ya que allí sesionó por primera vezen un pequeño salón del impresionante Hotel Palmer House, de Chicago, donde en junio pasado tuvo lugar el más reciente congreso internacional de LASA, sigla en inglés de la estadounidense Asociación de Estudios Latinoamericanos.
Al término del panel, de entre el público, el teatrólogo Jaime Gómez Triana se brindó para proponer su repetición en el Festival de Camagüey al Consejo Nacional de las Artes Escénicas, de Cuba, ente organizador del evento. El propio Gómez Triana debe moderar la nueva sesión en el cine Casablanca, de la ciudad del río Tínima.
Responsable de la propuesta ante LASA 2014, la profesora Lillian Manzor, de la Universidad de Miami y directora del Archivo Digital de Teatro Cubano (www.teatrocubano.org), fungirá nuevamente como conductora de la sesión en Camagüey. También repetirán el director cubano fundador de La Ma Teodora en Miami, Alberto Sarraín, por Akuara Teatro, la agrupación liderada por Yvonne López-Arenal con la que Sarraín ha trabajado en los últimos años y con la cual acaba de estrenar El día que me quieras, del venezolano José Ignacio Cabrujas.
Igualmente, la periodista y crítico teatral Maité Hernández-Lorenzo, de Casa de las Américas, así como la maestrante Yohayna Hernández y este columnista, ambos teatrólogos de la Casa Editorial Tablas-Alarcos, del CNAE.
No podrán acudir por diversas razones el dramaturgo cubano-americano Pedro Monge Rafuls, director en New York de la revista Ollantay, ni el gestor cultural y productor Ever Chávez, al frente de la agencia FUNDArte, en Miami.
Se añade, sin embargo, la profesora de la Universidad de Tulane, en New Orleans, Carolina Caballero, nacida en Estados Unidos de padres camagüeyanos, precisamente.
Como su nombre explicita, el panel versa sobre las diversas iniciativas que, a lo largo de dos décadas, han tendido sólidos puentes de intercambio entre el teatro cubano y su diáspora asentada en Estados Unidos.
Volverlo a hacer, con su visión histórica e integradora, en el Festival Nacional de la escena cubana adquiere un especial relieve ante el conjunto más representativo del Teatro al que todas las partes pertenecemos por derecho y voluntad propia. Significativo espaldarazo público e institucional a una política, a un hermoso resultado y, sobre todo, a quienes han permitido llegar hasta aquí.
El aviso está dado. De lo que allí acontezca, comentaremos en una próxima entrega.
Ahora basta saber que conversaciones, cartas, proyectos, visitas, lecturas, eventos, publicaciones, sesiones académicas, exposiciones, espectáculos, producciones conjuntas… se han constituido en los peldaños de un paso de gato, ese peligroso colgadizo en el techo de las salas teatrales para ubicar luces y mecanismos escénicos sobre las tablas.
No ha sido un proceso fácil ni ocurrió de un tirón. Se ha desarrollado poco a poco, como obligatoriamente se desplazan los técnicos por los estrechos pasos de gato, de ahí el nombre de esta sección, que me inspira a por la isla y el teatro.