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Del 25 al 31 de agosto, Cuba acogerá la edición 17 del Festival Internacional de la Rumba Timbalaye 2025, dedicado esta vez a resaltar el legado congoleño en la identidad cultural cubana.
A través de la siembra simbólica de la mata siguaraya y un amplio programa cultural, el festival enfatizará la influencia de la oralidad, danzas, cantos y tambores congoleños en la rumba, promoviendo la herencia africana en Cuba, el Caribe y América Latina, señala la Agencia Cubana de Noticias.
Irma Castillo, vicepresidenta de Timbalaye, destacó que el evento se centrará en visibilizar sitios emblemáticos que preservan la cultura congoleña, con actividades presenciales en La Habana, Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara, mientras otras provincias participarán con propuestas virtuales.
El programa incluye conciertos, espectáculos, lecciones de danza, visitas a sitios históricos, coloquios y encuentros comunitarios con cultores destacados.
Una novedad este año será la siembra de la mata siguaraya (Trichilia havanensis), un árbol sagrado en las religiones afrocubanas, como símbolo de unidad y conexión con el medio ambiente.
De acuerdo con Ulises Mora Valiña, presidente del festival, los congos lo consideran “un árbol sagrado, mítico, poderoso y protector dentro de la herencia y las religiones afrocubanas”.
Por ello, agrega, en esta ocasión, “queremos hacer una siembra simbólica en cada rincón adonde llegue la Ruta de la Rumba”.
También resaltó su vínculo con la canción “Mata siguaraya” de Benny Moré, que refleja la identidad cubana.
En cuanto los participantes internacionales, se espera la asistencia de México, Italia y posiblemente Panamá.
El Proyecto “Viviendo en los Barrios” reforzará la conciencia sobre el legado africano, aunque no se detallaron los artistas invitados ni el impacto esperado en las comunidades.
En 2016, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró la rumba cubana Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Entonces, el acta del Comité intergubernamental, reunido en Adis Abeba, la capital etíope, consideró que la rumba es “una expresión de autoestima y resistencia” que contribuye a la formación de la identidad nacional.
Formado por representantes de 24 países firmantes de la Convención de la Unesco, el Comité decidió incluir esa manifestación cubana en la lista de bienes protegidos porque es un símbolo de toda la isla y “defiende el derecho a la diversidad cultural basada en el respeto mutuo”.
Surgida en barrios marginales de ciudades como La Habana y Matanzas, así como en las proximidades de algunos puertos y en las zonas rurales habitadas por comunidades de esclavos africanos, la rumba está vinculada, también posee elementos característicos de la cultura antillana y el flamenco español.