En diciembre del 2021, el deporte cubano bajaba entre signos de admiración las cortinas de una temporada imponente, después de ganar siete coronas y 15 medallas en los Juegos Olímpicos de Tokio. Aquel resultado, visto a modo grandilocuente como uno de los mejores en la historia de la isla en el concierto estival, supuso un éxtasis y pospuso cualquier posibilidad de debate sobre la salud y el estado real del movimiento atlético nacional.
Solo un año después, las sensaciones son radicalmente opuestas. Tras una vuelta completa al calendario plagada de derrotas y bajas, el balance del 2022 es negativo y casi roza la tragedia, no solo por el impacto inmediato de los resultados y la pérdida del material humano, sino por las consecuencias que esto puede traer para el deporte cubano en el futuro, a corto y mediano plazo.
En lo estrictamente competitivo, los Mundiales de judo, lucha y atletismo, tres de los bastiones tradicionales de Cuba en citas múltiples, dejaron en evidencia la crisis de resultados que afronta el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), al quebrarse rachas medallistas que se extendían por más de tres décadas en cada caso.
Por ejemplo, en la cita del orbe de campo y pista celebrada en Oregon, Estados Unidos, la armada antillana se fue sin un podio por primera vez en la historia del evento desde su surgimiento oficial en 1983. Tan caótico fue el desempeño, que solo cuatro atletas lograron incluirse entre los finalistas de sus respectivas pruebas: Maikel Massó (cuarto en la longitud), Leyanis Pérez (cuarta en el triple), Luis Enrique Zayas (sexto en el salto de altura) y Yaimé Pérez (séptima en el disco).
Más allá de estas pinceladas, no hubo otras notas positivas en una delegación que vio caer estrepitosamente a su flamante campeón mundial bajo techo, el triplista Lázaro Martínez, quien cometió tres fauls en la final y bajó hasta el sótano de la clasificación general, liderada por el cubano nacionalizado portugués Pedro Pablo Pichardo. Duro contraste.
En la lucha, el único cubano que se colgó una presea en el certamen global de Belgrado, Serbia, fue Frank Chamizo (bronce), quien compite por Italia desde el 2013. La delegación antillana, compuesta por 12 exponentes, regresó a casa sin sin medallas, aunque es válido recordar que figuras de peso como Oscar Pino y Daniel Gregorich no pudieron asistir a la cita por estar contagiados con dengue, mientras el prometedor Gabriel Rosillo continúa su rehabilitación tras una cirugía en la rodilla.
De cualquier manera, esto no justifica que Cuba, a nivel colectivo, ni siquiera haya logrado incluirse entre los diez primeros países del escalafón por puntos en ninguno de los tres estilos. Desde el 2005, cuando comenzaron los Mundiales combinados (lucha libre, greco y femenina), la comitiva caribeña no se había quedado nunca sin podios, y siempre sumaron como mínimo dos preseas en cada una de las últimas 12 ediciones en las que intervinieron.
Si separamos por estilos, esta es solo la segunda vez (2013 fue la anterior) en cuatro décadas que la grecorromana no consigue al menos una medalla. La libre, por su parte, vivió su segundo Mundial seguido sin preseas, algo que no sucedía desde hace más de 30 años, y ya suma cuatro citas globales en blanco en el período 2009-2022.
En el judo, Andy Granda salvó los honores de la comitiva caribeña en el Mundial de Tashkent, Uzbekistán, con un sorpresivo asalto a la cima de la división mayor (+100 kilogramos), aunque después perdió sus dos primeros combates frente a Ucrania en la lid mixta por equipos. Sin embargo, la escuadra femenina volvió a pasar inadvertida por segundo torneo del orbe consecutivo, un hecho tan extraño que debemos remontarnos hasta los años 80 del siglo pasado, antes del despegue definitivo de las mujeres cubanas en los tatamis bajo la dirección de Ronaldo Veitía.
La tragedia de Tashkent tiene un precedente muy cercano, hace un año en la cita de Budapest, donde solo Idalys Ortiz y Maylin del Toro lograron incluirse entre las siete mejores de sus respectivas categorías. Ahora, Melissa Hurtado, Kaliema Antomarchi y del Toro no pasaron de su primer combate, Arnaes Odelín fue eliminada en su segundo cotejo, mientras Idalys perdió en cuartos de final y tampoco pudo acceder al podio por la vía del repechaje.
Antes del Mundial del 2021, el judo femenino cubano estableció una cadena de 19 torneos globales con al menos una medalla entre 1989 y 2019. En ese lapso, cosecharon 16 coronas, igual cantidad de subtítulos y 31 bronces. Por desgracia, estos tiempos ahora se ven muy lejanos.
También utópica parece la resurrección del béisbol, patrimonio y deporte nacional. En el 2022, Cuba no logró ganar ninguno de los nueve torneos internacionales en los que participó en todas las categorías, sin incluir en esta lista el Mundial de Baseball 5.
Los mayores culminaron quintos en la tradicional Semana de Harlem, Holanda, y fueron plata en la reciente Copa del Caribe celebrada en Bahamas, mientras los del Sub-23, tras terminar segundos en el Premundial de México, anclaron en la décima posición de la lid del orbe, el peor resultado que se recuerde de un equipo antillano en un evento de máxima envergadura.
Por su parte, el plantel de la categoría juvenil no pudo conseguir su boleto mundialista en el torneo clasificatorio celebrado en tierras aztecas al finalizar en el séptimo escaño. En el Campeonato Internacional para menores de 10 años, los chicos de Cuba fueron segundos, y en las Pequeñas Ligas, el equipo villaclareño que nos representó en el certamen regional quedó a un paso de lograr el boleto a la final de Williamsport, Pennsylvania, pero cayó en la discusión del único cupo frente a Curazao.
Mucho más decorosas fueron las actuaciones del Sub-15, que estuvo a punto de lograr el oro en el Premundial de Venezuela, pero tuvieron que conformarse con el bronce tras una imperdonable equivocación de la dirección del equipo al alinear a un jugador indebido. Ese error les costó el puesto a los entrenadores y se designó un nuevo staff liderado por Alexander Urquiola, quien condujo al plantel al subcampeonato mundial en México.
El éxodo, la otra cara del 2022
Independientemente de los resultados, el deporte cubano ha sufrido en el 2022 por una notable disminución de su capital humano. Más de 60 atletas de distintas disciplinas abandonaron delegaciones o contratos en el extranjero, y muchos otros exponentes del alto rendimiento, entrenadores, glorias o talentos en formación también decidieron salir de la isla en busca de nuevos horizontes como parte de la ola migratoria que ha marcado la realidad de la nación en los últimos meses.
En el béisbol, por ejemplo, hemos confirmado la salida del país por diversas vías de al menos 70 jugadores, pero la cifra podría ascender a más de 100 desde que arrancó el año, según los reportes del periodista Francys Romero, quien lleva un estudio detallado del éxodo en el deporte de las bolas y los strikes. La gran mayoría de este grupo son prospectos menores de 20 años que persiguen el sueño de crecer profesionalmente y firmar con alguna organización de Grandes Ligas, aunque también podemos encontrar peloteros de la Serie Nacional y hasta estelares retirados como Norge Luis Vera, Ciro Silvino Licea o Yoelvis Fiss.
El boxeo es otra disciplina muy golpeada en este sentido, pues hasta ocho hombres de la selección nacional abandonaron delegaciones o salieron del país por otras vías. Albert González, Carlos Castillo, Kevin Brown, Herich Ruiz, Billy Rodríguez, Osvel Caballero, Dainier Peró y Andy Cruz son los nombres más relevantes que ya no forman parte de la armada antillana en el deporte de los puños, que deberá buscar alternativas para los principales eventos del 2023 (Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Campeonato Mundial) en muchas categorías de peso.
Por supuesto, el caso de Andy Cruz es el más notable de la lista. El titular olímpico y considerado el mejor boxeador cubano en la actualidad, causó baja de cara al debut profesional de los Domadores en mayo pasado por unos supuestos “problemas de actitud”. Posteriormente, no se presentó al torneo doméstico Playa Girón, fue sorprendido en un intento de salida ilegal y expulsado del movimiento deportivo nacional, hasta que logró salir rumbo a República Dominicana hace solo unas semanas.
Pero Andy no es el único medallista olímpico y mundial que dejó atrás la tierra que lo vio nacer durante el 2022. Fernando Dayán Jorge (canotaje), monarca de Tokio 2020, e Ismael Borrero (lucha), campeón de Río 2016 abandonaron sus delegaciones en distintas concentraciones en México en el primer semestre del año, mientras la discóbola Yaimé Pérez (bronce en la capital japonesa y titular del orbe en el 2019) se quedó en Estados Unidos tras la lid global de Oregon.
Otros atletas de peso para Cuba como el badmintonista Osleni Guerrero y el arquero Adrián Puentes, medallistas continentales y regionales, abandonaron sus delegaciones en sendos compromisos en México, por lo que esos deportes ya no contarán con dos de sus principales figuras para el intenso calendario competitivo del 2023.
Pero la lista, como ya decíamos, se va por encima de 60 deportistas que han abandonado delegaciones o contratos, sin obviar a los que han decidido pedir la baja del movimiento deportivo. A continuación les mostramos un listado —por disciplina— de estos atletas conformada por informaciones publicadas en OnCuba durante el 2022 y reportes de otros medios como JIT, Swing Completo, Play-Off Magazine, Cubalite y Boxeo Cubano.
Canotaje: Fidel Vargas (Base de entrenamiento en México); Reinier Carrera y Yoel David García (Campeonato Panamericano en Canadá).
Atletismo: Lester Lescay (Mitin en Belgrado); Jenns Fernández (gira en España); Yiselena Ballar (escala en Miami rumbo al Mundial de atletismo de Oregon); Lázaro Taylor Fernández (Campeonato NACAC en Bahamas).
Lucha: Leonardo Herrera, Amanda Hernández, Cristian Solenzal y Yolanda Cordero (Campeonato Panamericano en México); Reineri Andreu (Escala en México tras concluir el Torneo Clasificatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe).
Baloncesto: Lianyi Bécquer y Lisdeivis Martínez (abandonaron contratos en la Liga Mexicana); Neslier Abreu (Ventana clasificatoria premundialista en México); Yusleidis Miranda y Anay García (abandonaron contrato en la Liga de El Salvador); Daymaris Millet y Yixit Martínez (Campeonato Centrobásquet en México).
Kárate: Darian Díaz, Yaidel Hernández, Sunilda Ventosa y Gerardo Almenares (Base de entrenamiento en Guatemala).
Fútbol sala: Mario Planchet, Christian Temprano y Leonardo Acevedo (Torneo Sub-20 UNCAF FIFA Forward en Guatemala).
Voleibol: Yamisleidis Viltres (Copa Panamericana en México).
Badminton: Leodannis Martínez y Thalía Mengana (Mexico Future Series en México).
Patinaje artístico: Néstor Ulises González (Campeonato Panamericano de Clubes y Naciones en México).
Ajedrez: William Hernández, Liordis Quesada y Augusto César Campos (Copa Quintana Roo Cámara y Asociados en México).
Pentatlón moderno: Melissa Garlobo (Campeonato Panamericano en Brasil).
Baseball 5: Elianis Castellanos (Campeonato Mundial en México).
Taekwondo: Yamitsi Carbonel y Yarobis Castañeda (Campeonato Mundial en México).
Remo: Boris Luis Guerra, Ernier Tamayo, Alexei Carballosa, Nayadeleine Torres, Jorge Félix Patterson y Yudisleidys Rodríguez (Base de entrenamiento previa al Campeonato Centroamericano y del Caribe en México).
Béisbol: Miguel Alejandro Flores (Campeonato Panamericano juvenil en México).
Hockey sobre césped: Wilfredo Sánchez, Wilmer Verrier, Maikel Tritzán y Alain Bardají (Entrenador) abandonaron contrato en México.
Deportistas discapacitados: Dalidaivis Rodríguez (Judo-Campeonato Panamericano de la Federación Internacional de Deportes para Ciegos en Canadá); Christian Guillén, Elvis Nules y Lázaro Yarlo Rodríguez (competencia de Paratletismo en México).