Aroldis Chapman y Yuli Gurriel, dos peloteros que han marcado una época para el béisbol cubano, están a punto de compartir una realidad. Me refiero a inminente visita al mercado de agentes libres, el cual –para ellos– estará marcado por la incertidumbre dados sus resultados inestables.
Chapman tiene 34 años y por segunda campaña seguida ha estado lejos de su mejor versión. “El misil cubano” está obteniendo sus peores resultados en una temporada: registra una efectividad de 4.70 y su promedio de corredores embasados por entrada (WHIP) se disparó a 1.43.
¿Qué está pasando con Aroldis desde el 2021? Sobre esa pregunta sacaremos tres conclusiones que guardan una estrecha relación.
1. Las lesiones
Desde el año pasado, Chapman ha realizado tres viajes a la lista de lesionados. Primero estuvo inhabilitado por problemas en el codo, después, a mitad de esta temporada, lidió con una tendinitis de Aquiles y, para colmo, quedó fuera del roster de los Yankees a finales de agosto último por una infección de un tatuaje en su pierna.
Si bien las lesiones son difíciles de controlar, como jugador sabes del riesgo que puede traerte un tatuaje a mitad de la campaña ¿Se había tatuado anteriormente en temporada regular y nunca había ocurrido una infección? Pues ya tiene la experiencia, lo malo, es que tuvo que perderse varios juegos importantes.
Las lesiones, también influyen en que el atleta tenga un bajo rendimiento, aunque, en el caso de Chapman, no le afectó en algunos aspectos. Ejemplo: La media de velocidad de la recta, tiende a desmoronarse después de algunas lesiones considerables. La media del holguinero no está lejos de la que mostró en 2021 (97.6 millas en 2022 y 98.3 en 2021). El problema fundamental ha sido el control.
2. El descontrol
Como mencionamos en el párrafo anterior, la principal problemática de Chapman es lo que muchas personas caracterizan como “el peor enemigo del lanzador”: el descontrol. Una muestra de eso, es el WHIP que revisamos anteriormente, pero, si observamos su tasa de bases por bolas (BB %) y el promedio de boletos por cada nueve entradas (BB/9) han sido los peores de su carrera desde que se convirtió en taponero a tiempo completo.
Este año, ese rendimiento lo ubica en los niveles más bajos de MLB. Por ejemplo, en la actual campaña, los únicos lanzadores que han trabajado al menos 30 episodios con un BB % sobre 16 % y BB/9 superior a 6.0 son Josh Staumont (Kansas), Amir Garrett (Kansas), Ryan Pepiot (Dodgers), Zach Jackson (Oakland), Jake Diekeman (White Sox) y… Aroldis Chapman.
“La falta de confianza genera resultados negativos de los jugadores” dice el gran Tony LaRussa. Eso no quiere decir que el mentor de los Yankees, Aaron Boone, no le haya dado chances a su taponero para recuperar la confianza, al contrario, solo que se ha visto obligado a sacarlo del noveno inning. Al menos, cuando lo ha utilizado en el octavo no ha permitido carreras. Veremos, como lo manipulan en su retorno de la lista de lesionados.
3. Los porcientos de ponches también han disminuido
Este punto va de la mano con el descontrol. Si lanzas más bolas y la mayoría de las veces entras en conteos desfavorables, los ponches deberían disminuir. Con Chapman, en efecto, esta tendencia ha provocado que su porciento de ponches por cada nueve innings (10.3%) sea el menor de por vida en una campaña, y también ha registrado el segundo peor resultado en las frecuencias de fallas de swing (32%).
Debemos tener en cuenta que su principal pitcheo secundario (el slider) no ha surtido el mismo efecto que en años anteriores. Por ejemplo, el slugging en contra que ha registrado es de .476, el mayor para cualquier envío esta campaña y, también, el más alto que ha registrado en una contienda con dicho lanzamiento.
Si juntamos todas las piezas del rompecabezas, podemos imaginar cómo será su agencia libre. Seguramente, no se parecerá en nada a la que tuvo en el 2016 cuando salió de un gran año y también con una edad más favorable.
Pero, sin dudas, tendrá conjuntos interesados, al fin y al cabo, es uno de los tres relevistas activos con 300 juegos salvados y todavía la velocidad de su recta puede seguir dominando, aunque, tenga que trabajar con su control. Esperen, aún puede dejar una mejor impresión cuando regrese, y, finalmente, si los Yankees llegan a la tierra prometida, puede usar la postemporada como la evaluación final para su agencia libre.
Si la situación de Chapman es compleja, la de Yuli Gurriel es más complicada. Después de una campaña de ensueño, en la que ganó el título de bateo y el Guante de Oro, el espirituano ha cosechado su peor temporada en el “Big Show”. Eso no es todo, consideremos que tiene 38 años y que está jugando para el mejor conjunto de la Liga Americana.
Los Astros le han dado varias oportunidades a Yuli y nada quita que lo quieran traer otro año para que agregue profundidad a la inicial. ¿Recuerdan lo que pasó en la temporada baja del 2020? “La Piña” había mostrado un bajo rendimiento, aun así, los siderales le dieron contrato por otro año con una opción de club para 2022.
Entonces, Gurriel respondió con un magistral 2021, pero, esta vez, ni la historia ni el contexto lo ayudan a obtener un trato tan asequible como el anterior. En la era moderna, 19 inicialistas con 38 años han sumado 120 juegos en una temporada defendido la inicial el 80 % del tiempo. De ellos, solo siete lograron tener una campaña productiva después de eso (al menos 80 empujadas).
Cap Anson lo hizo tres veces, Will Stargell dos, mientras Tany Pérez, Fred McGriff, Willie McCovey, Andrés Galarraga y Ernie Banks lo lograron en una oportunidad. Puse el tope de 80 impulsadas porque al menos es una cifra considerable para cualquier primera base. Ejemplo: En esta campaña hay seis jugadores que defendieron dicha posición y suman más de 80 remolques. Otros seis, están con una cifra entre 70 y 80 y tienen aún tiempo para llegar.
Aquí dejamos otros puntos negativos:
* Yuli siempre ha demostrado que es un bateador difícil de ponchar, incluso, desde 2016 hasta 2021 solo él y Andrelton Simmons tuvieron un SO % inferior a 11 % con al menos 2700 comparecencias en ese lapso. Sin embargo, en esta campaña, el SO % de Yuli ha subido a 12. 5%, lo cual representa el más alto de su carrera, aunque sigue estando en el top de la liga
* La tasa de golpes fuertes es la más baja de su carrera (35.3%). Entre 168 bateadores calificados, Gurriel se ubicó en el puesto 23 entre los que más disminuyeron su tasa de golpes fuertes. Eso, también ha propiciado que la media de velocidad de salida de sus conexiones sea la más baja de por vida (88.2 millas).
* En esta era, el bateo contra rectas es fundamental. Nuestro protagonista está dejando el menor promedio (.236) contra este tipo de envíos en una temporada completa, también, el menor SLG (.327). Si filtramos como le ha ido contra los lances de 95 millas o más tendremos dividendos similares: (BA.150 y SLG .217) los más bajos en un año completo.
* Contra lances rompientes tampoco le ha ido muy bien, ha promediado un average de .243 (segundo más bajo para una contienda) con un slugging de .417 contra ellos. Finalmente, tampoco se ha comportado muy bien contra los que observa fuera de velocidad (BA. 231 y SLG. 361).
* Las métricas defensivas tampoco nos ofrecen buenas cosas. Si no fijamos en las Carreras Defensivas Salvadas (DRS), su valor es negativo (-3) y el peor que ha cosechado en su carrera, al igual que en Outs Above Average (OAA/-7), métrica avanzada que permite saber cuántos outs ha ahorrado el defensor, basado la distancia recorrida y el tiempo empleado para fildear una bola, así como la velocidad de los corredores en turno.
En resumen, Yuli será el inicialista con más edad en la próxima agencia libre y no llegará en una buena posición. Pero, no olvidemos que puede mejorar un poco en la recta final de la temporada y en los playoff. No obstante, su futuro es muy incierto. En estos momentos, lo que parece muy previsible es que obtenga un contrato menor a los ocho millones de dólares que ha ganado en el 2022. De igual manera, el tiempo tendrá la última palabra.