Competir con frío y lluvia eran las condiciones precisas que hacían sentir “el peor de la competencia” al cubano Javier Sotomayor, considerado el mejor de todos en la historia de salto de altura y plusmarquista mundial desde 1993 con 2,45.
Por culpa de una torrencial lluvia quedó al margen de la pelea por la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney que ganó con sorpresa el ruso Serguei Kliugin al primer intento en que se elevó 2 metros y 35 centímetros.
Sotomayor iba perfilado con 2,32 pero no estaba seguro, ya veía nubarrones. Después del turno del ruso el cielo se rompió y nadie más pudo volver a intentar superarse.
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Al “Príncipe de las alturas” no le quedaba más tiempo en aquel verano de 2000. Tenía 33 años y la medalla de plata fue su consuelo.
Diecinueve años después el de Matanzas, convertido en secretario general de la Federación Cubana de Atletismo, se pasea por Lima como un espectador de excepción de las competencias de atletismo.
Hace un frío de calar los huesos con 14 grados centígrados pero una sensación térmica de 8 y una inusual pertinaz llovizna que cae como puñales en el escenario del atletismo de la Videna.
Con un abrazo fraterno felicita a su compatriota Luis Zayas por el oro obtenido en la final de salto de altura con un 2,30 que resulta ser su mejor marca personal.
“Para mí Sotomayor es un ídolo, es muy grande. Fue algo muy importante que él estuviese ahí conmigo, apoyándome y diciéndome las cosas buenas y malas. Con su apoyo y su energía positiva pude mejorar mi mejor marca”, declaró Zayas tras la competencia.
Sotomayor, de 51 años, admitió en una entrevista que le ha dado consejos a Zayas para mejorar algunos fundamentos técnicos: “la carrera, el ritmo, la forma de despegar, su concentración y la forma de motivarse”.
Parece mucho, todo, pero a los 22 años, el flamante medallista de oro panamericano tiene tiempo para mejorar su estilo.
Poco antes Liadagmis Povea, saltadora cubana de triple que ganó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos afirmó que el frío y la llovizna afectaron su desempeño “en un cuarenta por ciento”.
La escena de hace 19 años en Sydney y la experiencia del viernes pasado de Povea sirven a Sotomayor para elaborar una nueva conclusión que deben encarar los atletas de la isla: “Tenemos que acostumbrarnos a saltar en todas las condiciones”, dijo.
“Llegamos de tener una temperatura media anual de 32 grados y venir a competir en el frío perjudica un poco. Para algunos, el frío es perjudicial, como para nosotros. Pero si otros van a Cuba a competir, el calor les afectará”, explicó.
Un 23 de julio de 1993 Javier Sotomayor voló sobre 2,45 mts. en Salamanca.
A día de hoy ningún ser humano ha superado esa marca.#leyenda pic.twitter.com/xcQ7BO7WsD— Museo del Deporte ® (@DeporteMuseo) July 23, 2019
“De igual manera hay personas a las que las afecta la altura, a otras no. Entonces, hay que acostumbrarse a competir con todo tipo de condiciones”, recomendó el campeón olímpico, bicampeón mundial, tricampeón panamericano y tetracampeón en pista cubierta.
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Sotomayor admitió que para él las condiciones ideales de competición serían en la primavera europea pero, dado que en ese periodo no hay competiciones, en su época tuvieron que adaptarse al verano especialmente sofocante de allí, “que golpea más”.
“Todo tiene sus pros y sus contra. Es cuestión de adaptarse y saber aprovechar lo que aporta la ciencia y la tecnología, así como los nuevos sistemas y la forma de entrenamiento”, puntualizó el ganador en 1993 del premio Príncipe de Asturias de los Deportes entre nominados como Monica Seles, Michael Jordan y Carl Lewis.