Dos meses después de salir por la puerta de atrás en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, lesionado y sin poder discutir una corona que parecía segura, Juan Miguel Echevarría ha vuelto a ser noticia.
El saltador, sensación del atletismo cubano en la actualidad, ha asegurado al blog Deporcuba que ya prepara la temporada del 2019, en la cual su prioridad son los Juegos Panamericanos de Lima y el Campeonato Mundial de Qatar.
En diálogo con Lilian Cid, el camagüeyano develó que perderse la competencia en Barranquilla fue un trago amargo. “Quiero pedir disculpas al pueblo de Cuba porque sé que esperaba mucho de mí en los Centroamericanos. Yo también esperaba tener un gran resultado y aportar la medalla, pero, lamentablemente, por las cosas de la vida no pudo ser”.
Echevarría llegó a Colombia con la idea de realizar un salto que lo llevara a la cima regional, pero durante el calentamiento previo a la competencia se resintió de una lesión en su pierna de ataque y se decidió preservarlo en pos de evitar males mayores.
Aquel fue un momento de frustración, tanto para el joven atleta de 20 años como para su entrenador Daniel Osorio, quien asumió la responsabilidad. “Él sentía que si realizaba el salto podía romperse, por eso preferimos parar y ponernos en manos de los médicos”, refirió en aquella oportunidad el técnico, señalado en diversos ámbitos que pretendían forzara a su discípulo.
Tras el episodio, Juan Miguel desapareció de los focos y no participó en la final de la Liga del Diamante, aunque todavía no está claro si dicha ausencia se debió a la mencionada lesión o a un bloqueo temporal de la Federación Cubana de Atletismo y las autoridades del INDER, una especie de castigo por la decisión de no llevar al chico hasta el límite en Barranquilla.
Pero agua pasada no mueve molinos, y a esta altura ya las ausencias no tienen remedio. En este tiempo, Echevarría ha trabajado en las sombras junto a Osorio, enfocado en dejar atrás cualquier dolencia.
“Estoy bien, tranquilo. Estamos comenzando ahora, y vamos a ir despacio. Trabajando poco a poco, los resultados van a salir. Iguales o mejores que el pasado año. Asumo la nueva temporada con mucha concentración, como siempre ha sido mi característica. Estaré enfocado en las metas que tengo por delante, trabajando con las mismas variables que me hicieron grande…mucha disciplina, hacer bien el trabajo y esforzarme al máximo cada día para tener lo mejores resultados”, precisó a Deporcuba.
El 2018 ha sido el año despegue para el agramontino, quien ganó el Mundial bajo techo en Birmingham y rubricó los tres mejores saltos de la campaña (8.83 metros-8.68-8.66) sin tener en consideración el viento a favor. Además, rubricó siete estirones por encima de 8.37, detalle que confirma la estabilidad de su rendimiento.
Después de una campaña tan brillante, Juan Miguel asegura que no se ha desanimado. “Sigo de pie, con mucha fe, y recuperándome. Espero sigan disfrutando de lo que estoy haciendo.”
El principal rival del caribeño fue el sudafricano Luvo Mayonga, subtitular olímpico de Río 2016 y monarca mundial de Londres 2017, con quien sostuvo una dura porfía en diversas lides. “A Manyonga nunca lo he visto como un rival. Yo soy un atleta joven, recién cumplí los 20 años, y en él tengo un ídolo.
“Es una persona que ha demostrado que sabe enfrentarse a los problemas, que disfruta lo que hace y es muy sociable. Luvo tiene un buen carácter, se lleva muy bien con todos y eso me ha valido para tomar su actitud como ejemplo. He aprendido a disfrutar lo que hago, y también le agradezco por los consejos que me ha dado. Manyonga no es un rival, es un compañero que me ha ayudado a crecer”, confirmó Juan Miguel, una de las principales promesas del deporte cubano en sentido general.