Incomprensiblemente, hay quien le ha perdido la paciencia a Leyanis Pérez, una chica que tiene solo 22 años y es medallista mundial al aire libre y bajo techo. No ha ganado el oro en una competencia mayor, es cierto, pero por su juventud, potencial y margen de crecimiento bien merece el beneficio de la duda, o mejor dicho, el de la confianza. Pero muchos prefieren apostar por una fórmula sencilla, cómoda y cada vez más recurrente: cuestionar a los atletas, exigirles como máquinas y no valorar otra cosa que los títulos. El championismo en su estado más puro…
Quizás Leyanis Pérez, la mejor triplista cubana del momento, no sea todavía consciente de que siempre va a tener sobre sí esa exigencia extrema. Quizás tampoco le preocupa, porque por su personalidad busca en cada salto ir un poco más allá y desafiar los límites.
La pinareña es, por naturaleza, inconforme, y no hay prueba más evidente de eso que su rostro contrariado después de lograr su mejor registro de la actual temporada y asegurar una plata en el Mundial bajo techo de Glasgow. Cualquiera estaría brincando, ella no.
Este domingo, en el Commonwealth Arena de la capital escocesa, Leyanis voló hasta los 14.90 metros en su cuarto intento, una marca con la que hubiera sido campeona del triple salto en cuatro de los últimos cinco Mundiales bajo techo. Enseguida fue hasta el borde de la pista para conversar con su entrenador, Ricardo Ponce, sobre los detalles que le impedían ir un poco más allá. Nada de celebraciones, solo enfoque en su próximo salto.
Ese espíritu me transmite cierta tranquilidad, confianza. Quizás Leyanis nunca sea campeona de un gran evento en el futuro, pero es persistente y tiene la voluntad de superarse. Para lograrlo, obviamente necesita mejorar cuestiones técnicas. Tampoco vamos a tapar el sol con un dedo. En Glasgow, por ejemplo, tuvo los mejores registros de la competencia entre el primer y el segundo paso, pero en el vuelo final hacia el tanque quedó por detrás de sus rivales más fuertes.
Esta no es una deficiencia nueva sino un detalle que viene arrastrando y que deberá solucionar para mejorar todavía más sus marcas. De momento, debe trabajar con tranquilidad porque ha logrado resultados y saltos estables en una zona de élite —podría decirse— casi siempre por encima de los 14.80 y los 14.90. Solo le falta un pequeño plus para tocar con sus pinchos los 15 metros, la barrera que en el triple femenino separa los buenos registros de las marcas doradas.
Esto, contrario a lo que muchos piensan, no se logra de la noche a la mañana. Un buen ejemplo es, precisamente, la ganadora de este domingo en el Mundial de Glasgow, Thea Lafond, quien llevaba al menos ocho años dedicados a la práctica exclusiva del triple y nunca había llegado a los 15 metros. Ahora, con 29 años, la chica nacida en Dominica dio por fin un salto de calidad y subió a la cima, vacante por la ausencia de la estelarísima Yulimar Rojas.
Lafond, como vemos, no salió de la nada. Su oro en Glasgow está respaldado por años de tropiezos, trabajo y esfuerzos, una fórmula que, combinada con el talento, suele dar frutos. En ese espejo se puede mirar Leyanis, que a su favor tiene la juventud y un potencial físico natural con el que no todas cuentan.
De momento, es satisfactorio verla con un bronce mundial al aire libre y una plata en la lid del orbe bajo techo, preseas que suma a su título panamericano de Santiago de Chile 2023. Hoy, su nombre aparece en la élite del triple salto, junto al de estrellas mundiales como la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk, la jamaicana Shanieka Ricketts, la española Ana Peleteiro y la propia Thea Lafond, todas por detrás de la inalcanzable venezolana Yulimar Rojas.
El imperio del triple cubano
Leyanis Pérez ha inscrito su nombre en la larga lista de saltadores cubanos con al menos una medalla en Mundiales bajo techo de atletismo. En Glasgow, la pinareña se convirtió en la decimosexta exponente de la disciplina con un podio en estas citas, que comenzaron en 1985.
Durante casi 40 años, los especialistas cubanos han logrado un impresionante global de 24 preseas, incluidas las que ganaron Yamilé Aldama y Pedro Pablo Pichardo compitiendo por otras naciones. En este palmarés resaltan las cinco coronas de Yargelis Savigne (2008), Aldama (2012 con Gran Bretaña), Yoel García (1997), Ernesto Revé (2014) y Lázaro Martínez (2022).
¿Quiénes son los 13 cubanos con títulos en Mundiales bajo techo de atletismo?
Lo más impresionante es que entre los campeones no figuran varias de las principales estrellas cubanas del triple, como Yoelbi Quesada, Yoandri Betanzos o el propio Pichardo, quienes quedaron a un paso de la cima en distintas incursiones. Eso habla muy bien de la profundidad de los equipos antillanos, que por lo general han tenido más de un exponente con opciones de podio al más alto nivel, de hecho, en seis ocasiones dos cubanos han terminado con medallas en el mismo Mundial bajo techo.
Son muchas las victorias del triple salto, una de las especialidades insignia del atletismo cubano. Y como algunos de estos triunfos quedan distantes en el tiempo, bien repasarlos todos y que queden en la memoria:
* Lázaro Betancourt Jr.: plata en 1985
* Lázaro Balcindes: bronce en 1985
* Jorge Reyna: plata en 1989
* Juan M. López: bronce en 1989
* Yoelbi Quesada: plata en 1995 y bronce en 2003
* Yoel García: oro en 1997
* Aliecer Urrutia: plata en 1997
* Yoandri Betanzos: bronce en 2004 y 2006, y plata en 2010
* Yamilé Aldama: plata en 2004 y bronce en 2006 con Sudán; oro en 2012 con Gran Bretaña
* Yargelis Savigne: oro en 2008 y plata en 2010
* David Giralt: plata en 2008 y bronce en 2010
* Mabel Gay: bronce en 2012