En el siglo de la leyenda de Usain Bolt, un crono de 9.98 segundos en el hectómetro nos parece algo común y corriente, terrenal. Pero en Cuba, recorrer los 100 metros planos en 9.98 es una barbaridad, una sorpresa…un récord.
Consciente de ello es Roberto Skyers, quien ha recibido un mar felicitaciones y menciones en los últimos tres días tras convertirse en el segundo cubano capaz de quebrar la mítica marca de los diez segundos en la prueba reina del atletismo.
Con 27 años, el chico, natural de Minas, en Camagüey, igualó el récord nacional de 9.98 –en poder de Silvio Leonard– en el Memorial Rafael Fortún, con sede en la pista homónima de la capital agramontina.
Tan sui generis es la marca para el entorno nacional que, en los últimos 42 años, pese a la tradición del atletismo, jamás habíamos escuchado sobre un cubano capaz de bajar de los diez segundos, algo habitual para muchísimos corredores a nivel mundial.
Muy distante quedaba el recuerdo de Leonard y su fugaz galopada en Guadalajara, el 11 de agosto de 1977, cuando también detuvo los cronómetros en 9.98. Esa fue una marca de calibre mundial, a solo tres centésimas del récord del orbe (9.95), en poder del estadounidense Jim Haines.
Antes de aquella carrera, en 1975, el cienfueguero había corrido 9.9 en Ostrava, pero con marcación manual, sin cronometraje electrónico. Al margen de este detalle, Leonard marcó un hito con el 9.98 y agrandó su leyenda con una plata olímpica en Moscú 1980, aunque después no bajó nuevamente de los diez segundos.
Vistiendo la casaca de su natal Camagüey, Skyers no solo emuló a Leonard, también batió dos veces su récord personal. Primero estampó crono de 10.02 en semifinales, mejor que el 10.11 que ostentaba desde el 2016, y luego, en una carrera sin tanto ritmo, llegó hasta 9.98, marca homologada por el cronometraje electrónico de la pista.
Este es un paso gigante en la trayectoria de Skyers, velocista puro que ha mostrado sus mejores credenciales en los 200 metros, no en los 100. De hecho, con solo 20 años ganó los Panamericanos de Guadalajara en el doble hectómetro, especialidad en la que es recordista nacional juvenil (20.24) y absoluto (20.02, en la cita continental de Toronto 2015).
Bajar ahora de diez segundos le da un nuevo aire a su carrera y prende la bombilla de la ilusión entre los seguidores del atletismo cubano, quienes casi habían perdido las esperanzas de contar con velocistas de categoría tras el paso por las pistas de la Isla del propio Leonard, de Enrique Figuerola, Andrés Simón, Leandro Peñalver, Hermes Ramírez o Pablo Montes.
El resurgir de Skyers, limitado en múltiples ocasiones por varias lesiones, renueva el sueño cubano en las pruebas de velocidad, máxime en un año intenso por los Panamericanos de Lima y el Mundial de Doha, pruebas ubicadas en el eje de la ruta de clasificación olímpica.
Pero la trascendencia del suceso no nos puede nublar la vista. Como ya mencionamos, Skyers ha lidiado con problemas de lesiones en varias oportunidades, y las mismas tienen que ver, al parecer, con el momento de esfuerzo máximo que realiza en carreras de mucha explosividad como los 100 o 200 metros.
Otro detalle, el 9.98 de Skyers llega en los albores de una temporada extensísima, la cual tiene sus principales compromisos fijados del mes de agosto en adelante. Esta es una tendencia del atletismo cubano, cuyos especialistas, comúnmente, se comen el mundo entre el fin del invierno y el principio de la primavera, pero después caen en las competencias cumbres.
Skyers no está de espaldas a esa realidad y su deseo es sostener el paso logrado en la pista del Fortún. Por ello, trabajará con cierta reserva, no se expondrá del todo ni correrá en cada lid, teniendo en cuenta las dolencias que siempre ha arrastrado.
De momento, bajar de los diez segundos es su gran conquista del 2019, pero el gran reto es repetirlo y entrar definitivamente en la historia como el único cubano con dos registros electrónicos por debajo de esa barrera.