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El jueves, tres llegaron y tres quedaron. Aaron Judge, Cody Bellinger y Giancarlo Stanton, de los mejores bateadores de los Yankees, no pudieron hacer ni cosquillas al estelar Aroldis Chapman, otra vez verdugo en la que una vez fue su casa.
El viernes, tres llegaron y de nuevo tres quedaron. Paul Goldschmidt, Trent Grisham y Ben Rice ni siquiera inquietaron al zurdo holguinero, que silenció el feudo de los Bombarderos con par de ponches enfundado en la camiseta de los Red Sox, el eterno rival.
Así, Chapman llegó a 354 rescates en Grandes Liga y superó a Troy Percival en el listado histórico de juegos salvados, en el que ahora ocupa el puesto 13. A tiro tiene a Jeff Reardon (367) y Jonathan Papelbon (368), a quienes, con algo de fortuna, podría alcanzar esta misma temporada para enfilar entonces al Top-10 de todos los tiempos.
Son palabras mayores, pero ya nada sorprende del misil de Cayo Mambí, espectacular en 2025. Esta temporada suma 24 salvamentos y su efectividad es de 1.08, la más baja entre los relevistas de Las Mayores. Además, con sus dos ceros perfectos en el Bronx implantó un nuevo récord para los relevistas de Boston: 12 salidas consecutivas sin permitir jits. La anterior marca estaba en poder del japonés Koji Uehara (2013) y Brandon Workman (2019).
Ya no son aislados los comentarios que colocan al holguinero como el mejor relevista de la presente temporada, en la que ha conseguido los indicadores más espectaculares de su carrera en efectividad (1.08), promedio de corredores embasados por entrada (0.700), tasa de boletos por cada nueve entradas (2.5) y OPS de los contrarios (.377). Sin embargo, alguien puede discutirle el trono de los taponeros a Chapman en 2025… y también es cubano.
Otro demonio de la mal llamada mano equivocada
La última vez que un relevista cubano ganó al menos nueve juegos en una temporada de Grandes Ligas fue en 1967, hace más de medio siglo, cuando Minervino “Minnie” Rojas alcanzó una docena de triunfos con California. Desde entonces, lo más que había logrado un apagafuegos de la isla eran ocho éxitos (Diego Seguí en 1969), y en el presente siglo, solo Raisel Iglesias y Cionel Pérez llegaron a siete victorias en 2021 y 2022, respectivamente.
Pero esta campaña, el zurdo Adrián Morejón ha escalado a otro nivel con los Padres de San Diego, donde se ha convertido en un brazo imprescindible saliendo del bullpen. “Lleva mucho tiempo en esta organización (desde 2016) y es un caso de éxito de la franquicia. Sigue mejorando su juego, incorporando muchos aspectos diferentes: su mentalidad, su capacidad física, su uso de los lanzamientos y los lanzamientos en sí.”, dijo el manager Mike Schildt.
“Siempre ha sido un chico muy talentoso, sin dudas, pero ahora se ha convertido en un lanzador de élite. Es el mismo sin importar las circunstancias y se adapta a ellas”, añadió el mentor, quien no se ha cansado de elogiar la capacidad del cubano para sortear situaciones de presión.
Este año, el 70 % de los enfrentamientos de Morejón han sido contra los seis primeros bateadores de las alineaciones rivales, o sea, generalmente se ha cruzado con los mejores toleteros. Lo llamativo es que estos jugadores de élite exhiben una pobre línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging/OPS) de .167/.213/.213/.426 ante los envíos del tirador de Melena.
Si analizamos su rendimiento frente a peloteros que estuvieron en el Juego de Estrellas, la tendencia no cambia. En 50 comparecencias ante a estas luminarias solo le han pegado nueve imparables, para un anémico promedio ofensivo de .189, con solo un jonrón (de Cal Raleigh) como extrabase, tres boletos y 16 ponches.
Mantua-Melena-Cayo Mambí: la conexión cubana en el All Star de MLB
Entre todos los serpentineros de Las Mayores con al menos 50 salidas de relevo, el antillano tiene la mejor tasa de jonrones permitidos por cada nueve entradas (0.2) y es segundo en slugging oponente (.220) y en promedio de corredores embasados por inning (0.820), en ambos casos solo por detrás de Chapman.