No recuerdo un partido decisivo de la Serie Nacional de Béisbol en medio de unos Juegos Olímpicos, pero en la pelota cubana de estos tiempos cualquier cosa puede suceder. Este viernes, solo unas horas después de que un globo aerostático comenzará a sobrevolar París como una enorme bola de fuego y a modo de pebetero olímpico, Las Tunas y Pinar del Río saltaron a la grama del parque Julio Antonio Mella para el tercer choque de la final de la edición 63 del clásico de las bolas y los strikes.
Sin importar la atención que generan los Juegos y toda la expectación que existía por la ceremonia de apertura en la capital gala, los tuneros repletaron de esquina a esquina el feudo de los Leñadores, donde se presentaron más de 15 000 personas según el conteo oficial de los organizadores.
Ese apoyo lo sintió la novena dirigida por Abeysi Pantoja, que desde el mismo episodio de apertura atacó al veterano Bladimir Baños. El derecho vueltabajero solo pudo sacar un out y se retiró de la lomita tras permitir tres imparables, propinar un pelotazo y aceptar tres anotaciones que serían suficientes para enterrar las esperanzas pinareñas.
Yunieski Larduet, Roberto Baldoquín y Rafael Viñales fueron clave en la producción de la tanda oriental, que nuevamente demostraron estar en espléndida forma deportiva. Larduet pasó tres veces por la facturadora, Baldoquín pegó cuatro imparables y se apuntó un remolque, mientras Viñales terminó con par de cohetes y una impulsada, una muy buena noticia para los Leñadores si tenemos en cuenta que en los dos primeros duelos de la final solo había pegado un jit.
Los tuneros supieron conservar su ventaja y la ampliaron entre el cuarto y el sexto episodio hasta lograr definitiva pizarra de 5-2. Transitaron por todo el choque con tranquilidad, en gran medida por la gran faena monticular de Alejandro Meneses. El derecho caminó cinco entradas sin boletos y sin anotaciones en su contra, dominando sin muchas dificultades a la irreconocible ofensiva pinareña.
“La preparación para este tipo de enfrentamientos es muy importante, sobre todo porque son definitorios y a graderío lleno, pero resulta bonito disfrutar de la experiencia”, dijo Meneses en conferencia de prensa tras apuntarse el triunfo, el noveno consecutivo que logran los Leñadores en finales.
De esta forma, los tuneros igualaron un récord en poder de Industriales y demostraron que están listos para completar la barrida y superar la marca de los azules. Si finalmente lo logran, habrán conquistado su segunda corona consecutiva y la tercera de su historia en los clásicos beisboleros cubanos.
“Las victorias llegan, pues trabajamos para eso, los récords vienen solos, aunque pensamos muy poco en ellos para evitar presiones. Lo primordial constituye hacer nuestro el trofeo y saldremos a buscarlo”, destacó el mentor Pantoja, quien no ha perdido en finales.
Otro detalle que llama la atención de su equipo es que ha logrado 56 victorias en un sus últimas 66 presentaciones en el estadio Julio Antonio Mella, convertido en una plaza infranqueable. Con esos números, realmente suena a quimera que los Vegueros logren salir vivos del feudo oriental y forzar un regreso al Capitán San Luis.
Pinar del Río promedia solo .198 en la final, con apenas tres extrabases en 116 comparecencias al plato. Además, han remolcado a cinco de los 32 hombres que han tenido en posición anotadora, lo que demuestra que no ha sabido aprovechar las pocas oportunidades que han tenido en materia ofensiva.
En este sentido, no se le puede restar mérito al picheo de los Leñadores, en particular a los relevistas Rodolfo Díaz y Alberto Pablo Civil, quienes han sido los encargados de sellar cada una de las victorias tuneras. Esta dupla solo ha permitido una carrera limpia en 12 entradas durante la final, complementando a la perfección la labor de los abridores Eliander Bravo, Yadier Zamora y Alejandro Meneses.
Los lanzadores vueltabajeros han sido la otra cara de la moneda, acusando demasiada inestabilidad, tanto los abridores como los relevistas. Hasta ahora, pudiera decirse que una de las pocas notas positivas para Pinar del Río en la final fue el jonrón de William Saavedra este sábado, con el cual empató a Omar Linares como los líderes (27) en ese departamento en postemporada.
El inicialista de los Vegueros pegó su primer cuadrangular en playoff el 31 de marzo de 2011, en los cuartos de final de la Serie 50 contra Sancti Spíritus. Ese día castigó a Ángel Peña en la sexta entrada, y en el octavo repitió la dosis contra Yoen Socarrás.
Desde entonces, Saavedra ha sacado la bola del parque contra serpentineros de Cienfuegos, Ciego de Ávila, Industriales, Matanzas, Granma y Las Tunas. Su víctima favorita han sido los Gallos espirituanos (siete jonrones), seguidos de cerca por los Cocodrilos yumurinos (seis).