Yoennis Céspedes lleva varios días visitando los campamentos de entrenamiento de los Mets de Nueva York en la Florida, donde decenas de jugadores buscan obtener la forma para afrontar el inicio de la temporada en las Mayores, y otros simplemente batallan por conseguir un puesto en el equipo de Queens.
El cubano observa desde la barrera los swings de sus compañeros, algo que él no ha logrado hacer en los últimos siete meses. En ese tiempo, la lucha de Céspedes ha sido por caminar sin dolor, lo cual finalmente ha conseguido en las pasadas jornadas.
“Creo que estoy lo suficientemente bien para tomar prácticas de bateo, pero no voy a arriesgar nada en este punto”, dijo Céspedes al periodista Mike Puma (New York Post) el pasado fin de semana.
Yoenis Cespedes sat on a folding chair near the cage and watched teammates hit today. Cespedes told me he believes he is good enough to take BP, but he won’t risk it at this point. He plans to start throwing Monday – his throwing program was pushed back from earlier in camp.
— Mike Puma (@NYPost_Mets) March 9, 2019
El estelar jardinero, dos veces Todos Estrellas, ganador del Guante de Oro y el Bate de Plata, fue operado en agosto del 2018 para remover calcificaciones de su talón derecho, y luego, en octubre, pasó por el mismo proceso con talón izquierdo.
Céspedes arrastraba desde hace bastante tiempo esas molestias, las cuales limitaron considerablemente su capacidad para mantenerse en la alineación. En total, se perdió 205 partidos entre el 2017 y 2018, los dos primeros años de un contrato de cuatro campañas y 110 millones de dólares con los Mets.
El antillano ha dado pasos de avance desde que confesara no estar ni al 50 % de sus capacidades hace justo un mes. Esta semana, por ejemplo, comenzó un programa de disparos que tiene muy satisfechos a los dirigentes de los Mets.
Mickey Callaway, quien asumirá su segundo año como mentor del plantel, dijo que Céspedes ha estado lanzando a 100 millas. “Parece como si hubiera estado tirando todo este tiempo”, abundó el director.
No obstante, tanto Céspedes como la gerencia de los Mets prefieren llevar su caso con cautela y sin saltarse ningún protocolo, por lo que no se espera que en la temporada del 2019 el patrullero granmese supere su cifra de juegos de los dos últimos años.
Los Mets confían en que pueda incorporarse al plantel en el mes de julio, en algún momento anterior al Juego de las Estrellas, o quizás después del receso de verano.
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La baja de Céspedes ha sido mortal para la novena de Queens, a la cual le ha faltado poder ofensivo y producción de carreras en el centro de su alineación. Dichos problemas esperan solucionarlos en alguna medida este año con la adición del estelar camarero Robinson Canó, quien llegó desde Seattle en un gran cambio.
Como parte de ese canje, en diciembre pasado, también se llevaron al cerrador boricua Edwin Díaz, quien formará una dupla imponente con Jeurys Familia en las postrimerías de los encuentros. Válido recordar que los Mets tienen una rotación abridora de lujo con Jacob de Grom, Noah Syndergaard, Zack Wheeler y Steven Matz.
La escuadra de Nueva York también ha añadido algo de profundidad a su infield con las contrataciones de Jed Lowrie, Danny Espinosa y Adeiny Hechevarría, pero son los jardines lo que más preocupa en la gerencia del equipo.
Michael Conforto, Juan Lagares y Brandon Nimmo se proyectan como los titulares el Día Inaugural, mientras Keon Broxton (adquirido en un canje con los Cerveceros) aparece de comodín en las praderas.
No obstante, la ausencia de Céspedes ha obligado a los Mets a abrir el espectro de búsqueda. Por ello, extendieron contratos de ligas menores a Rajai Davis, Gregor Blanco, Carlos Gómez y Arsimendy Alcántara, patrulleros de experiencia que pudieran cubrir espacios a tiempo compartido.