La presencia y el éxito de los peloteros cubanos en Grandes Ligas es indiscutible, pero más allá de los Yordan Álvarez, Adolis García, Randy Arozarena y compañía hay otro grupo de jugadores destacados que, aunque no nacieron en la isla, tienen raíces antillanas. Hablamos de la camada de cubanoamericanos que hoy triunfan en el mejor béisbol del mundo, en su mayoría bateadores de alto calibre.
Cuando revisamos su rendimiento de 2023 podemos llegar a la siguiente conclusión: ha sido una campaña buena pero no sobresaliente, aunque hemos tenido grandes historias como el resurgimiento de J.D. Martínez y la consolidación de Triston Casas, uno de los candidatos al premio de Novato del Año en la Liga Americana.
Al otro lado de la balanza se encuentra la caída de Alek Manoah. También, hablaremos de los resultados de Nick Castellanos y Nolan Areando; si bien no han sido impresionantes, se ubican sobre la media. Sin más, comenzamos con las mejores historias.
El resurgimiento de J.D. Martínez
En la pasada temporada baja, los Dodgers pusieron en práctica uno de sus modus operandi más conocidos en los últimos tiempos, contratar a jugadores veteranos por un campaña con la idea de hacerlos mejorar. Uno de esos fue J.D. Martínez.
El cubanomaericano no venía de un año tan discreto, pero sus números en la última contienda con los Red Sox estaban distantes de sus mejores resultados. No obstante, Los Ángeles apostaron por él, en parte, porque sabían que podían aprovechar su poder.
En 113 partidos disputados, su línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging) fue de .271/.321/.572 y según su OPS+ (134) ha sido un bateador mejor que la media por 34 puntos. Aún más impresionante, es que conectó 33 jonrones y remolcó 103 carreras, sus mayores cifra desde 2019.
¿Cómo J.D logró mejorar?
La clave está en la calidad de sus conexiones, retomando el nivel de su mejor temporada en 2018. Por ejemplo, este curso sus batazos tuvieron una velocidad media de salida de 93.3 millas, superior a lo logrado (93 mph) hace cinco años. Lo mismo sucedió con sus por cientos de Hard Hit (conexiones con una velocidad de salida superior a 95 mph) y los barrels (de conexiones con una velocidad de salida y ángulo de lanzamiento ideal):
* Hard Hit: 54.5 % en 2023 y 52.7 % en 2018
* Barrels: 17.5 % en 2023 y 16 % en 2018
Como vemos, la calidad de sus conexiones son las mejores para una temporada, aunque deberíamos tener en cuenta que en 2018 observó 2519 picheos y en 2023 vio 1865, es decir, 654 menos. De cualquier manera, es una muestra significativa.
Su campaña, sin dudas, es de mucho mérito. Si nos guiamos por su OPS+, quedó entre los 12 mejores de todo el béisbol. Además, todo lo logró en un reducido tiempo de juego. Entre los bateadores con 480 comparecencias al plato o menos, solo Aaron Judge (458) y Martínez (479) pegaron más de 30 jonrones.
El año de debut que consolidó Triston Casas
Los Red Sox tenían mucha esperanza en Triston Casas y al menos, después de su primera temporada completa deberían estar satisfechos con él. Para los que no conocían las raíces de Casas, sus abuelos paternos eran cubanos y se fueron de la isla en 1960. Triston nació en enero del 2000, pero perdió a su madre cuando tenía nueve años. Su papá, José, ha estado al tanto de su carrera todo el tiempo.
Sus habilidades siempre se vieron reflejadas desde que estaba en el High School, por eso, al terminar la preparatoria con solo 18 años fue drafteado en la primera ronda (2018) por los Red Sox.
Desde entonces, comenzó a ascender en el sistema de Boston y para 2020 ya era una promesa que integraba el ranking de los 100 mejores talentos de Las Mayores según Baseaball America, MLB Pipeline y Baseball Prospectus.
En 2022 tuvo su primera oportunidad en MLB, pero solamente jugó 27 juegos en los que dejó un OPS+ 114 y disparó cinco jonrones. Con su estatus de novato intacto para el 2023, los Red Sox lo pusieron en su lineup desde el Opening Day y no decepcionó.
Sin embargo, Casas no tuvo un arranque sencillo. Por ejemplo, en los dos primeros meses apenas bateó.193 y su OPS fue de .667. Pero, desde junio, su campaña comenzó a tomar otra forma: en 330 comparecencias dejó una línea ofensiva de .299/.397/.556/.953, con 18 bambinazos y 49 remolques.
Uno de los cambios positivos que hizo desde junio fue su desempeño contra lanzamientos rápidos (recta de cuatro costuras, recta de dos costuras, sinker y cutter):
Antes de junio: Average ofensivo: .191/Promedio ponderado en base (wOBA): .294
Desde junio: Average ofensivo: .336/ Promedio ponderado en base (wOBA): .462
* Contra lanzamientos rompientes también se notó una mejoría:
Antes de junio: .207/ .354
Desde junio: 245/.368
En resumen, Triston ha sido uno de los bateadores más consistentes de su equipo en 2023. Si nos guiamos por su OPS+ (129), fue el mejor de los Red Sox, incluso, por encima de Rafael Devers (126).
La caída de Manoah
La decepción de la temporada no puede ser otra que Alek Manoah. El rendimiento del derecho lo llevó en múltiples ocasiones a las Menores, para colmo, se rehusó a lanzar en Triple-A cuando los Blue Jays lo asignaron allí por su mala versión. Obviamente, eso no fue bien mirado por el mundo beisbolero.
Su aumento de efectividad fue abrupto (de 2.24 el pasado curso a 5.87 en 2023), al igual que su promedio de corredores embasados por entrada (WHIP), que subió de 0.99 a 1.74. Si quisiéramos resumir su campaña, podemos argumentar que tuvo una caída de su por ciento ponches, con un aumento de su tasa de bases por bolas y de jonrones.
Sus mejores envíos también disminuyeron su rendimiento. La recta de cuatro costuras no cambió mucho con respecto a la que lanzó en 2022: su punto de liberación y su extensión fueron casi idénticos, y tampoco tuvo una gran variación el movimiento vertical inducido. Lo más notorio es que ganó algo de movimiento horizontal y perdió un poco de velocidad (de 93.8 millas a 92.8) y la velocidad de giro de los picheos (spin rate).
A pesar de no utilizar tanto su recta de cuatro costuras en el tercio medio y superior de la zona, los resultados fueron negativos, pues los bateadores le conectaron con mayor facilidad.
En el caso de su slider, las principales variaciones fueron en su movimiento horizontal y en el porciento de velocidad de giro. Este lanzamiento perdió dos pulgadas de rompimiento horizontal y 68 de revoluciones por minutos (RPM).
Los resultados de igual forma fueron negativos, la tasa de swines fallados disminuyó de 31.8% a 28.6% respecto a 2022, y el wOBA fue de .245 a .343. A pesar de lo mucho que le batearon, Alek lanzó más este lanzamiento en la zona de strike (43.5% en 2023 y 37.5% en 2022).
Es lamentable como pudo variar la versión de Manoah de una temporada a otra. No muchas veces, vemos que el as de una rotación termine siendo enviado a las Ligas Menores.
Nick Castellanos en otra buena temporada
En este 2023, Castellanos consolidó su segunda campaña con al menos 29 cuadrangulares y más de 100 (106) remolques. Si bien su línea ofensiva no fue impresionante (.272/.311/.476/.788), terminó como un bateador por encima del promedio por 14 puntos, según OPS+.
Nick no tuvo un buen año de debut con los Phillies pero en este 2023 logró mejorar. Uno de sus cambios positivos, al igual que ocurrió con J.D., fue que mejoró la calidad de las conexiones. El porciento de Hard Hit subió de (35.1 % a 42.7%, y el de barrels de 6.6% a 10.5%.
Otro importante cambio fue en la dirección de las conexiones. Nick está haló más que nunca la Rawlings y eso le trajo buenas ganancias: 16 de sus 29 cuadrangulares viajaron en dirección al jardín izquierdo, su mayor cantidad en un año. Además, su wOBA en conexiones hacia el left field fue de .503.
Dos cosas más que quiero destacar. Su por ciento de swines fallados en este 2023 es el más elevado que ha registrado en una campaña (35.6 %), y eso es correlativo con su por ciento de ponches (27.6 %), que también es su mayor en un año.
Diario de postemporada: La gloria para un cubanoamericano de Hialeah
El otro punto es su defensa. No se guíe porque no haya tenido un error en 1252.1 innings, al fin y al cabo, las métricas avanzadas defensivas no le gusta el trabajo de Nick: Por ejemplo, según los Outs por encima del promedio (OAA) su desempeño es de -7 y según las Carreras Defensivas (DRF) salvadas es de -9.
Recordemos que OAA es una métrica de habilidad basada en rango que muestra cuántos outs ha salvado un jugador. Antes de 2020, OAA era una métrica exclusiva de los jardines. Pero se ha ampliado para incluir a los jugadores del cuadro. (La brinda Baseball Savant)
Por otra parte, el DRS cuantifica todo el desempeño defensivo de un jugador al intentar medir cuántas carreras salvó un defensor. Tiene en cuenta los errores, el alcance, el brazo de campo y la capacidad de doble jugada. (La brinda fangraphs)
Arenado tampoco tuvo su mejor año
¿Quizás está entrando Nolan Arenado en la curva del descenso? ¿O simplemente cayó en el mismo bache que casi todos los peloteros de los Cardinals en 2023? Como sea, aunque el antesalista cubanoamericano posicionó su ofensiva sobre el promedio, mostró el OPS+ (109) más bajo para una campaña completa desde su debut en 2013. Su defensa también retrocedió, pero todavía estuvo por encima del promedio. Por otro lado, sumó su octava temporada con al menos 90 remolques y 25 vuelacercas.
Quisiera ver su próxima contienda para ver si realmente está entrando en la etapa del declive. A pesar de que la caída en la calidad de las conexiones no es un buen síntoma, hemos visto como jugadores con más de 30 años se recuperan para volver a pegarle con más fuerza a la bola. Arenado es uno de los peloteros más duraderos de las Grandes Ligas, por tanto, se merece el beneficio de la duda aunque las proyecciones no estén de acuerdo.
El sistema de proyección ZiPS, creado y desarrollado por Dave Szymborsky, dicta que en 2024 Nolan podría quedar con un OPS inferior a .800 y un descenso notable de su producción de poder. Además, lo ubica con una cifra irrisoria de 60 impulsadas, el total más bajo de su carrera desde 2014.
Otros cubanoamericanos también vieron acción en esta campaña. Zach Neto, hijo de padre cubano, debutó con los Angels luego de ser incluido en los ranking de las mejores promesas de Baseball América (# 53), MLB Pipeline (# 89) y Baseball Prospectus (# 47).
En 78 partidos, sumó 303 comparecencias con OPS de 691, nueve jonrones, 33 impulsadas y cinco robos. Su defensa se ubicó en el promedio de la liga.
Por su parte, Romy González, hijo de padre cubano, jugó 44 partidos con los White Sox esta temporada pero su ofensiva no pudo destacarse mucho. En 97 comparecencias su OPS+ es inferior a la media por 45 puntos. Eso mismo le sucedió a David Villar, hijo de madre cubana, que en 46 choques con San Francisco quedó 50 puntos por debajo del promedio.