Aunque Cuba no logró clasificar al béisbol de los Juegos Olímpicos de Tokio, ya podemos decir que la Isla es el único país que ha ganado medallas en cada una de las seis presentaciones oficiales del deporte de las bolas y los strikes en el concierto estival, luego de que un pelotero, nacido en la Isla, se llevó la presea de bronce con República Dominicana en la urbe asiática.
Hablamos del lanzador Raúl Valdés, habanero, de 43 años, guerrero de mil batallas y trotamundos con una ruta de vuelo infinita. El zurdo ha defendido la causa quisqueyana en Tokio y ha recibido un premio mayúsculo en la recta final de su larguísima carrera, la cual ha tenido sus episodios más espectaculares, justamente, en tierras dominicanas.
Valdés fue llamado a la nómina caribeña desde el Preolímpicos de las Américas en Miami y, si bien no pudo estar después en el otro certamen clasificatorio de México (donde Dominicana obtuvo el boleto olímpico) por lesión, logró recuperarse a tiempo y asegurarse un pasaje a la capital asiática para su primera experiencia bajo los cinco aros.
En Tokio, ha vivido como un niño el sueño de participar en unos Juegos Olímpicos, con la satisfacción de haberse llevado el premio adicional de una medalla de bronce. Además, el cubano recibió la responsabilidad de abrir, precisamente, el duelo por el tercer lugar entre quisqueyanos y sudcoreanos.
Contrario a su primera salida en la lid, cuando permitió solo una carrera en seis entradas ante los propios sudcoreanos, ahora a Valdés no le fue del todo bien. En cuatro episodios de labor le anotaron cinco veces, con nueve jits en su cuenta, incluido un jonrón. En total, realizó 84 pitcheos, dio par de ponches y dejó el partido igualado.
Pero la fortuna le sonrió al serpentinero antillano, quien vio desde la barrera como República Dominicana martillaba a su contrario asiático en las postrimerías, con un racimo de cinco anotaciones en el octavo capítulo que dejó la pizarra con marcador final de 10-6.
Esta es la primera medalla de República Dominicana en Juegos Olímpicos, escenario dominado por Cuba, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Taipei de China y Australia, los únicos países que habían escalado al podio en las cinco competencias oficiales de este deporte entre Barcelona 1992 y Sydney 2000.
Raúl Valdés es uno de los 22 atletas nacidos en la Isla que compitieron por otras naciones en los Juegos de Tokio y el quinto que consigue una medalla. En esa tabla de honor resalta Pedro Pablo Pichardo (Portugal), campeón del triple salto con imponente marca de 17.98 metros, seguido por el boxeador Loren Alfonso Domínguez (Azerbaiyán), el luchador Abraham Conyedo (Italia) y el karateca Ariel Torres (Estados Unidos), ganadores todos de preseas de bronce.
A las puertas del podio quedó el voleibolista Yoandy Leal, quien perdió con Brasil el partido por el tercer puesto contra Argentina.
No podemos olvidar que, en el béisbol, el cubanoamericano Eddy Álvarez, hijo de cubanos, obtuvo la plata con la selección de Estados Unidos. Álvarez, además, es el sexto atleta en la historia que gana medallas en los Juegos Olímpicos de verano y en los de invierno.
Entonces podemos decir que Cuba ganó el oro en triple salto (m).
Realmente el título de este artículo debería ser : Cubano saborea el bronce en el béisbol olímpico pero no Cuba ya que no es el resultado ni remotamente se debe vincular con la mayor de las Antillas. Cada uno de estos atleta compite de forma individual o colectiva bajo la bandera del país con la que se presento en los juegos independientemente de la nacionalidad cubana que posean todos y que ninguno a perdido, el hecho de que muchos posean la ciudadanía de esos países y en muchos casos entonces la doble ciudadanía ya es otra historia. Pero por favor escriban algo de los meritorios resultados de Cuba con su delegación.