“Cada día es una nueva oportunidad. Puedes aprovechar el éxito de ayer o dejar atrás los fracasos y empezar de nuevo. Así es la vida, con un nuevo juego cada día, y así es el béisbol.” Eso dijo en una ocasión uno de los mejores lanzadores de la historia, Bob Feller.
Ese pensamiento ha ido de la mano con el éxito de los Rangers en la presente postemporada. Solo tenemos que observar cómo perdieron cuatro de sus últimos seis juegos en la campaña regular para dejar escapar el título divisional. Mientras asimilaban ese golpe, tuvieron que viajar 5064 kilómetros de (Seattle a Tampa) para jugar en la Serie de Wild Card.
A pesar de todo, se recuperaron para barrer a los Rays en una serie que destrozaron su picheo con 11 carreras en dos partidos. No obstante, siguieron ganando para cosechar seis victorias seguidas jugando como visitador, la segunda racha más larga en la historia de la postemporada, solo superada por la de los Yankees (ocho) de 1996.
Diario de postemporada: Astros y D’backs, protagonistas en una jornada de película
La última prueba para el conjunto de Bruce Bochy ocurrió en la noche de ayer, cuando vencieron a los Astros 9-2 y ganaron su primer juego eliminatorio desde el quinto choque de la Serie Divisional en 2010. Este último triunfo tuvo un sabor especial por la derrota que le antecedió.
En el quinto juego, Texas perdió debido a una serie de factores en su contra, pero el punto de inflexión fue ese pelotazo de Adolis García en el octavo inning. Después que sufrió el impacto, su actitud hacia Martín Maldonado provocó que se vaciaran las bancas. Una entrada más tarde, los Astros terminaron remontando con un jonrón de José Altuve ante Jose Leclerc.
Por las cosas del béisbol, en el sexto partido, los Rangers se recuperaron con el respaldo de Nathan Eovaldi, un gran aporte del bullpen y la ofensiva. Las figuras de García y Leclerc serían fundamentales para obtener el éxito, el primero con grand slam lapidario en el noveno y el segundo con un gran cero en el octavo.
Eovaldi otra vez fue el killer
Es imposible no comenzar este análisis con Nathan Eovaldi, quien se apuntó su séptima salida de calidad en playoff (segunda contra los Astros en esta serie), instancia en la que ha sumado diez aperturas. El derecho lanzó 6.1 innings de dos carreras, cinco jits, tres boletos y cuatro ponches. De las 20 bolas que le pusieron en juego, solo tres fueron golpes fuertes (conexiones de 95 millas o más).
Hay varios momentos de la noche donde el nativo de Houston logró salir del atolladero. Por ejemplo, en el episodio inicial se le embasaron tres de los cuatro primeros bateadores que enfrentó. El último de ellos fue Yordan Álvarez, que remolcó el 1-0 con un sencillo. Por cierto, la estrategia de lanzarle pegado no ha dado mucho resultado, ha conectado dos sencillos impulsadores contra esos envíos en los últimos encuentros.
Nathan se recuperaría con siete picheos: con uno retiró a José Abreu en línea al campo corto y después ponchó a Kyle Tucker. “Se acomodó y como la mayoría de los buenos lanzadores, si no los atrapas temprano y les dejas llegar a las entradas intermedias, entonces se asentarán” dijo el manager de Houston, Dusty Baker, sobre la actuación de Eovaldi.
“Evo” se volvió a recuperar en el tercero cuando le dio base por bolas intencional a Yordan Álvarez para enfrentar a “Pito” Abreu con dos corredores en circulación. Al igual que en el primer inning, lo dominó con la curva y con una conexión por el campo corto.
El quinto episodio lo inició con un pelotazo a Martín Maldonado, pero después retiró a los tres primeros bateadores del lineup de los Astros consecutivamente: Altuve le hizo swing a una recta alta y pegada para batear un fly hacia tercera base, Michael Brantley sería ponchado gracias a dos splitters, y Bregman, quien estuvo en cuenta de 3-0, se dejó cantar el automático antes de fallar un cutter en el centro de la zona. Lo mejor fue que Álvarez no llegó a batear en esa entrada con el empate en sus muñecas.
En el sexto episodio, el dúo Álvarez-Abreu logró par de sencillos, y ambos se colocarían en posición anotadora por un rodado de Kyle Tucker a la inicial. El hondureño Maurcio Dubón pudo descontar una rayita con un fly de sacrificio al jardín derecho, pero después Jeremy Peña falló para cerrar la entrada.
Bruce Bochy dejó a su abridor en el séptimo inning con 82 picheos, aunque cuando Altuve le pegó sencillo con un out le aplicó la grúa por el relevista Josh Sborz, quien se apoyó en una doble matanza para colgar un buen cero. Sborz ha sido el apagafuegos fantasma de los Rangers, porque es el típico lanzador que rinde en postemporada mientras sus números han sido discreto en la temporada. El año pasado ocurrió algo similar con Seranthony Domínguez en los Phillies.
El siguiente dato resume muy bien el excelente historial de Eovaldi en octubre: Es uno de los nueve lanzadores en la historia de los playoff con una efectividad inferior a 2.90 y WHIP por debajo de 1.00 con al menos 65 innings lanzados. En esa lista hay varias leyendas de la postemporada, desde Curt Shilling y Madison Bumgarner hasta Bob Gibson y Mariano Rivera.
Framber Valdez, la otra cara
Al otro lado de la balanza tuvimos la versión de Framber Valdez, quien no ha podido asentarse, especialmente, después del Juego de las Estrellas. En esta postemporada, tres de las cuatro derrotas que han sufrido los Astros han sido en sus salidas. Ayer admitió tres anotaciones en cinco entradas para cargar con el revés.
En general, ha permitido 13 carreras en 12 innings en estos playoff. “Es frustrante saber que las tres oportunidades que me han dado las he perdido”, le dijo el serpentinero dominicano al colega Javier González de Pelota Cubana USA.
La mayoría de los lanzamientos que utilizó Valdez contra los derechos se concentraron en el exterior de la zona y allí los bateadores de Texas no lograron conectarle mucho, pero en dos de las cuatro ocasiones que lo hicieron fueron contundentes: dos cuadrangulares. El primero fue a la cuenta de Mitch Garver sin nadie en base, y el segundo fue de dos carreras, cortesía de Jonah Heim.
En la parte alta del octavo los Rangers aumentaron la ventaja con un doble de Garver ante Bryan Abreu. Un momento crucial en ese inning, fue cuando Evan Carter se robó la segunda base, lo que permitió que anotara con el biangular.
Abreu, quien es el mejor relevista de los Astros, fue sancionado con dos juegos tras “dar el pelotazo intencional” en quinto partido. De igual forma, aún la sanción no se ha concretado porque en la tarde de ayer su equipo apeló y la decisión final se dará antes del último encuentro.
“Eso podría ser un duro golpe. Pensé en usarlo dos entradas pero odiaría que la multa y la suspensión pasaran mañana y entonces no habría tenido a Abreu disponible ni el juego seis ni en el siete”, dijo Baker sobre la situación.
El octavo capítulo fue esencial para la victoria de los Rangers. Sborz permitió que se le embasaran dos de los tres primeros bateadores y su manager lo sustituyó por su relevista más confiable, José Leclerc, que venía de tener una actuación inestable el viernes.
Leclerc le otorgó boleto al primer bateador que enfrentó para llenar las bases, pero acto seguido dominó Dubón y con ocho picheos retiró por la vía de los strikes al bateador emergente Jon Singleton. En la noche, los Astros terminaron bateando de 8-1 con corredores en posición anotadora. En toda la serie han bateado para .143 cuando juegan de locales y en la carretera lo han hecho mucho mejor (.367).
Jaque mate de Adolis García
La escena quedaba lista para el jaque mate en el noveno inning. Rafael Montero no pudo retirar a ninguno de los tres bateadores que enfrentó, aunque uno de ellos se le embasó por un error de Altuve. Ryne Stanek entró a relevarlo y lo primero que hizo fue golpear a Corey Seager para poner marcador de 5×2. Acto seguido, ponchó a Carter antes de recibir el clásico puntillazo.
Fue una noche atípica para Adolis. Fue el jugador más abucheado y esos abucheos se duplicaban con cada uno de los cuatro ponches que se tomó. No obstante, el destino le dio la oportunidad de revancha en ese noveno inning con las bases llenas ante Ryne Stanek.
“El Bombi” habia fallado siete picheos en en el juego, pero casi todos fueron lanzamientos rompientes. Stanek le ensenó primero una recta alta que terminó en otro fallo. Esa agresividad de Adolis venció al relevista de los Astros, que solo le enseñó su recta de cuatro costuras. El segundo envío fue muy pegado y pondría la cuenta en 1-1. El próximo fue un picheo en lo alto de la zona que salió del bate a 110 millas. ¡Grand Slam!
La bola aterrizó en “The Crawford Boxes”, la peculiar grada del jardín izquierdo que tiene el Minute Maid Park. Con un trote tranquilo y sin zancadas en home, Adolis se convertía en el tercer cubano y bateador de los Rangers con un grand slam en la postemporada. También, es el quinto bateador en la historia de los playoff que conecta jonrón en un partido de cuatro ponches.
Lo de los cubanos ha sido de otro planeta en esta Serie de Campeonato. Entre Yordan, “Pito” y Adolis se combinan para 22 remolques y seis jonrones, es decir, el 40 % de las carreras impulsadas de la serie y el 31,6 % de los jonrones han sido a la cuenta de los bateadores cubanos. ¡Impresionante!
En el analisis que hicimos previo a la Serie de Campeonato dijimos que no era sorprendente ver a esta serie llegar al séptimo juego y así será. Por supuesto, ese partido tendrá una trama distinta y se juega con una presión diferente.
Por lo pronto, será el primer juego siete de una Serie de Campeonato de los Rangers. Por su parte, los Astros han jugado tres, de los cuales solo han ganado uno. En los anales de los playoff, los equipos que juegan los séptimos juegos de una serie en sus estadios tienen balance de 30-27, pero, los equipos que ganaron el Juego 6 para forzar un Juego 7 salieron victoriosos en 33 de 59 veces (56 %). Aún más impresionante, es que ningún equipo con un récord negativo en casa ha llegado a la Serie Mundial.
Los Astros tendrán en contra a Max Scherzer, que todo indica que aún no está al 100 %, pero eso no quita que pueda lanzar un buen choque, como ya hizo contra los Astros el juego siete de aquella Serie Mundial en 2019, tan solo unos días después que no pudo levantarse de la cama por un dolor en la espalda.
Por cierto, aquel Clásico de Otoño entre Houston y Washington es la única serie de postemporada en la que los equipos que jugaron de visitante ganaron los siete juegos ¿Casualidad? Esta serie de Campeonato puede ser la próxima.
Pero antes, la ofensiva de los Rangers deberá descifrar a un Cristian Javier que se ha ido creciendo en el momento más importante. También veremos cuál es el veredicto de la apelación de Abreu, un brazo vital para el bullpen de los astronautas.
Aún a la película le falta la mejor parte, en solo horas, tendremos al ganador de la Liga Americana ¿Baker o Bochy? ¿Los Rangers o los Astros? La batalla por el viejo oeste continúa.