Los Houston Astros llevaban 25 días sin perder un partido en Grandes Ligas y nada parecía indicar que iban a caer este viernes en la noche durante el primer duelo de la Serie Mundial contra los Philadelphia Phillies.
Tan pronto como en el tercer inning, ya los siderales ganaban 5-0 gracias a la producción de Kyle Tucker (cuatro impulsadas), el primer jugador en la historia de la franquicia con dos jonrones en un mismo partido del Clásico de Otoño. Para rematar, desde la lomita dominaba Justin Verlander, quien ganará el premio Cy Young cuando termine la temporada.
En esas circunstancias (ventaja de cinco o más carreras), los Astros tenían récord perfecto de 29 victorias sin derrotas en postemporada. Por si fuera poco, los equipos de Verlander habían ganado 117 partidos con solo dos fracasos cuando el tirador se encontraba arriba en la pizarra por cinco o más anotaciones.
Con razón, la atmósfera en el Minute Maid Park era apabullante para los Phillies, sin la chispa que los llevó a eliminar a Cardinals, Braves y Padres. Pero en el béisbol no hay nada escrito, y así lo comprobaron los casi 43 mil fanáticos presentes en el feudo hasta el momento inexpugnable de los Astros, que volvieron a perder (6-5) 25 días después, precisamente, contra el equipo que los derrotara el pasado 3 de octubre.
Lo mejor
En el primer partido de la Serie de Comodines, los Phillies perdían 2-0 frente a los Cardinals a la entrada del noveno inning. Con el viento en contra, fabricaron seis carreras, ganaron el partido y luego se llevaron el match frente a la novena de St. Louis.
En el cuarto partido de la Serie de Campeonato, los Phillies perdían 6-4 justo a la mitad del duelo contra los Padres, pero reaccionaron y pasaron seis veces por la registradora entre el quinto y el séptimo innings. San Diego vio como se le esfumaban las opciones de empatar una serie que Philadelphia liquidó al día siguiente para avanzar al Clásico de Otoño.
En el primer partido de la Serie Mundial, los Phillies perdían 5-0 al final del primer tercio contra Houston, pero lograron sacar el juego del congelador y romper el invicto de los siderales en la actual postemporada. El 63 % de los equipos que ganan el primer choque del Clásico de Otoño han terminado conquistando la corona. ¿Se unirán los chicos de Rob Thomson a ese club?
Es muy temprano para dar por sentado el éxito de Philadelphia, pero la realidad es que han dado pruebas marcadas de un notable instinto de supervivencia durante el presente mes de octubre, en el cual han demostrado contar con las armas suficientes para salir del ostracismo y rescatar juegos perdidos, al menos en apariencia. Este viernes, volvieron a repetir la fórmula y protagonizaron una remontada muy poco común en la historia de los playoffs de MLB.
Para tener una idea, los equipos que habían logrado una ventaja de cinco carreras en cualquier partido de postemporada, tenían balance de 589 victorias y solo 18 fracasos. Los Astros pasaron a formar parte del grupo de perdedores en choques con ese margen, sobre todo por la gran capacidad de reacción de los Phillies, que no creyeron en el ruido del Minute Maid Park ni en los pitcheos del próximo Cy Young.
Luego de que sus diez primeros bateadores fueran retirados en línea, Rhys Hoskins, Bryce Harper, Nick Castellanos y Alec Bohm reactivaron la ofensiva de los Phillies con cuatro cohetes que recortaron la diferencia a dos carreras y dejaron la mesa servida para que J.T. Realmuto empatara las acciones en la siguiente entrada, al conectar un doble a lo profundo del bosque izquierdo.
Hasta esos instantes de rebelión, Verlander había apelado más a la velocidad que al giro para maniatar a sus rivales. En teoría, esta táctica iba contra el guion, porque los Phillies tenían slugging de .517 contra rectas en los playoffs, pero al as de Houston le salió bien la apuesta. Sin embargo, a partir del cuarto capítulo modificó el plan y comenzó a tirar más rompientes en momentos decisivos, y eso le costó.
Las cinco carreras que permitieron a Philadelphia empatar llegaron por tres conexiones contra pitcheos quebrados de Verlander:
* Nick Castellanos remolcó la primera de los Phillies con sencillo al izquierdo ante una slider de 88.7 millas.
* Alec Bohm puso la pizarra 5-3 con un doble al izquierdo ante una curva de 82 millas.
* J.T. Realmuto igualó el partido con doble de dos carreras contra una curva de 81 millas.
Al final, los Phillies dieron una gran demostración de cómo hacer ajustes sobre la marcha y producir contra pitcheos que no habían sido sus preferidos durante la postemporada.
Lo peor
Justin Verlander tenía una cita especial este viernes en la noche, cuando se convirtió en el segundo lanzador de la historia con aperturas de Serie Mundial en tres décadas diferentes, igualando la hazaña de Roger Clemens. Pero al margen de este detalle, lo que verdaderamente pasaba por la cabeza del as de Houston era conseguir su primera victoria en el Clásico de Otoño tras varias salidas nefastas.
De inicio, parecía que Verlander iba a espantar los fantasmas tras completar tres episodios perfectos, en los que retiró a nueve bateadores en línea, cuatro de ellos por la vía de los strikes. Pero entre el cuarto y el quinto inning, la ilusión se vino abajo en el Minute Maid Park, que vio como su principal figura del pitcheo era castigado sin piedad por una ofensiva que ha encontrado la manera de sobrevivir una y otra vez en la presente postemporada.
Catorce bateadores de los Phillies pasaron por el cajón de bateo en esos dos capítulos, seis conectaron imparables, dos se embasaron por boletos y cinco pasaron por la registradora para igualar el duelo ante un Verlander desconcertado y muy vulnerable cuando decidió apostar por sus envíos rompientes.
El desenlace no pudo ser peor. Verlander demostró, una vez más, que se transforma en un simple mortal cuando los carteles de World Series aparecen en la pantalla. A tal punto ha llegado su decadencia en esta instancia que es el lanzador de más alta efectividad en el Clásico de Otoño entre todos los tiradores que al menos han completado 30 episodios.
El líder de la rotación de los Astros tiene un nefasto promedio de limpias de 6.07 en 43 innings de labor, y supera en la lista de los peores a Carl Erskine (5.83), Don Sutton (5.26), Gary Nolan (4.96) y Al Leiter (4.59).
La clave
El bullpen de los Phillies dio muchos dolores de cabeza a sus fanáticos durante la temporada regular, pero en los playoffs han sabido sacar los outs importantes para sellar actuaciones relevantes de sus abridores. Este viernes, afrontaron una prueba más exigente, pues tuvieron que entrar temprano en acción luego de una mala salida de su as, Aaron Nola.
Desde el quinto episodio, Philadelphia se encomendó a sus apagafuegos y la experiencia no pudo salir mejor. José Alvarado, Zach Eflin, Ranger Suárez, Seranthony Domínguez y Davis Robertson se combinaron para liquidar 5.2 innings en blanco, a ritmo de cuatro imparables, siete ponches y solo dos boletos.
Ahora los relevistas de los Phillies presentan efectividad de 2.81 y 60 retirados por la vía de los strikes en 48 episodios de labor, con un promedio de bateadores embasados por entrada (WHIP) de 1.10. Además, los rivales les batean .209 y han logrado seis victorias sin derrotas, el segundo mejor balance de un bullpen en postemporada durante la última década, solo superados por los Royals del 2015 (8-0).
El héroe
En el final del noveno, con dos outs, el partido empatado a cinco carreras y José Altuve en segunda base por los Astros, el novato dominicano Jeremy Peña conectó un elevado corto al derecho que estuvo a punto de definir las acciones. Por desgracia para los parciales de Houston, el cubanoamericano Nick Castellanos realizó un gran desplazamiento y consiguió un engarce salvador.
El patrullero derecho de los Phillies bien pudiera ser catalogado como el héroe del partido por esa jugada y por remolcar la primera carrera de su equipo cuando eran dominados por Justin Verlander. Sin embargo, es imposible no considerar para el premio al receptor J.T Realmuto, quien remolcó tres anotaciones y pegó el batazo decisivo del encuentro.
El máscara igualó las acciones en el quinto episodio con un doble de dos carreras, y en el décimo volvió a vestirse de largo al despachar un vuelacercas que puso cifras definitivas en la pizarra. De esta manera, Realmuto se convirtió en el cuarto receptor de la historia que conecta jonrón en extrainnings de un partido de Serie Mundial.
Antes solo lo habían logrado Hank Gowdy (1914), Tim McCarver (1964) y Carlton Fisk (1975). De ellos tres, solo Fisk no terminó celebrando el título de la Serie Mundial.
El villano
Entiendo que muchos aquí se vayan a decantar por Justin Verlander luego de desperdiciar una ventaja de cinco carreras. Si esa es su elección, nadie la puede cuestionar. En mi caso, le cuelgo el cartel al venezolano Luis García, quien entró fresco en la décima entrada para mantener el duelo igualado y cometió un error fatal contra J.T. Realmuto.
En conteo de tres bolas y dos strikes, y después de trabajar mayormente con cutters al receptor, García apostó por la recta para rematarlo, un error fatal si tenemos en cuenta que los Phillies habían conectado 12 de sus 16 jonrones sobre envíos rápidos en la presente postemporada.
García pagó cara su apuesta, porque Realmuto hizo un swing consistente y despachó una línea que se coló en las gradas del bosque derecho. El batazo dio ventaja a Philadelphia en el décimo episodio y enterró a los Astros.
La polémica
Según los famosos “libritos” del béisbol, cuando eres visitador y tienes la potencial carrera de la derrota en segunda base y la primera desocupada, debes darle base intencional al bateador en turno para buscar el out forzado. En esa situación se vieron los Phillies este viernes, pero el manager Rob Thomson no le dio boleto a nadie.
En el final del décimo, tras doble de Alex Bregman, pasaporte a Yulieski Gurriel y un wild pitch, los Astros colocaron corredores en segunda y tercera, con dos outs. Al bate estaba el cubano Aledmys Díaz, quien no fue transferido para buscar el out forzado en cualquier almohadilla.
Díaz tenía un OPS de .773 y 83 remolques con corredores en posición anotadora y dos outs en su carrera, al parecer nada impresionante para el alto mando de Philadelphia, que lo retó y consiguió el premio gordo. El antillano roleteó por la antesala y cedió el último out del juego.
“Una mala jugada que le salió bien”, consideraron algunos usuarios en redes sociales, donde enseguida se extendió el debate sobre la manera de actuar de Rob Thomson, quien nuevamente demostró ser un timonel osado y arriesgado.
Y hablando de managers, Dusty Baker también estuvo bajo análisis por demorar demasiado en la lomita a Justin Verlander. A juicio de muchos fanáticos, el veterano mentor debió usar antes su profundo bullpen cuando su abridor comenzó a afrontar problemas, mucho más si tenemos en cuenta el historial de Verlander en Serie Mundial.
Baker le restó importancia a esa decisión al finalizar el encuentro, pero lo cierto es que le costó caro apostar por su as y darles entrada a los relevistas después del quinto. Válido resaltar en este punto que los últimos dos equipos en desperdiciar una ventaja de cinco carreras en un partido de Serie Mundial son los Astros (primer juego del 2022 frente a los Phillies) y los Giants (sexto juego del 2002 frente a los Angels). El manager perdedor en ambos casos ha sido Dusty Baker…