Este lunes, al final de la tarde, se espera que no haya más de 15 grados Celsius en Philadelphia. Mientras avance la noche, la temperatura bajará como preludio de un invierno cruel. Particularmente van a sentir más el frío (quizá menos de 5 grados) todos aquellos que no estén alineados con los Phillies en el Citizens Bank Park, donde es posible que haya celebraciones por el paso de los anfitriones a su segunda Serie Mundial consecutiva.
Hay que saldar cuentas en el terreno, obviamente, pero los Phillies en casa suelen ser despiadados. En toda su historia de postemporada, que comenzó hace más de un siglo en 1915, presentan un promedio de ganados y perdidos de .580 (40-29) como locales. Pero si nos enfocamos solo en los dos últimos años podremos entender su supremacía: 14 partidos de home club, 12 victorias y solo dos derrotas, para un promedio de .857, el mejor entre los 17 conjuntos que han jugado al menos un choque de playoff en su estadio desde 2022 hasta la fecha.
La novena tiene mucha personalidad en sus predios. Son intimidantes con sus largas cabelleras, sus barbas tupidas y su mirada fría, la más viva estampa de un vikingo. Así saldrán este lunes al Citizens Bank Park para tratar de liquidar la Serie de Campeonato de la Liga Nacional contra los Diamondbacks, a quienes les asestaron un duro golpe (6-1) en la calurosa noche sabatina de Arizona.
En un duelo de ases entre Zack Wheeler y Zac Gallen, el primero se llevó la mejor parte con otra excepcional faena monticular. El líder de la rotación de los Phillies caminó 7 entradas a ritmo de 8 ponches, 6 imparables y una sola carrera en su cuenta por jonrón de Alek Thomas.
Wheeler dependió un poco más de lo habitual de su recta de cuatro costuras (la tiró el 55.6 % del tiempo con una velocidad máxima de 97 millas), del sweeper y de la curva, mientras utilizó menos su sinker y su slider, dos picheos de cabecera en su arsenal. La fórmula le dio resultados, pues de los 18 swines fallados de Arizona 13 fueron contra la recta, el sweeper y la curva.
Lo más importante para los Phillies es que el derecho volvió a ser muy dominante, siguiendo la línea que lo ha convertido en uno de los principales lanzadores del equipo en playoff desde el pasado año. En este lapso, suma ahora 10 aperturas con una efectividad de 2.48 y un impresionante promedio de corredores embasados por entrada (WHIP) de 0.73, el más bajo en la historia de la postemporada entre todos los serpentineros con más de 50 episodios de labor.
Según el periodista Anthony DiComo, los únicos abridores que en octubre han trabajado al menos 60 innings con efectividad inferior a 2.50, WHIP inferior a 1.00 y promedio de un ponche por cada entrada, son Wheeler y Bob Gibson, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown.
“Es genial. Es especial. Estoy orgulloso de ello. Son muchos grandes lanzadores que han trabajado en la postemporada. Muchos de ellos probablemente tienen más entradas y más trabajo que yo, pero trato de hacer lo mejor que puedo con mis armas”, dijo Wheeler tras el partido.
Y mientras el as de los Phillies colgaba ceros, la ofensiva del plantel se hacía cargo del resto. En la misma primera entrada, pegaron 3 indiscutibles y anotaron par de carreras, la primera impulsada por sencillo de Bryson Stott y la segunda por un doble robo perfectamente ejecutado que le abrió las puertas del plato a Bryce Harper.
Con diferencia de 2 se mantuvo el choque hasta el sexto capítulo, cuando Kyle Schwarber y Harper sacaron a relucir su fuerza con 2 jonrones descomunales de más de 440 pies. Schwarber enganchó una curva de nudillos de Gallen y la mandó a volar a 461 pies, con una velocidad de salida de 114.1 millas. Harper no quiso quedarse atrás y soltó un bombazo de 444 pies que salió disparado a 112.4 millas.
Y aquí nos detenemos para hablar de Schwarber, quien no para de impresionar por su poder. El designado de los Phillies se convirtió en el segundo jugador en la historia de la franquicia que conecta al menos 5 jonrones en una misma serie de postemporada. Antes solo lo había conseguido Chase Utley en la Serie Mundial de 2009, cuando perdieron en la batalla final contra los Yankees.
Su cuadrangular de este sábado a 461 pies es el quinto más largo de la postemporada en la era Statcast (desde 2015) y el séptimo de más de 460 pies que se conecta en los playoff durante ese mismo lapso. Les mostramos la exclusiva lista:
* 491 pies: Wilson Contreras (Cubs) vs. Alex Wood (Dodgers) en 2017
* 488 pies: Kyle Schwarber (Phillies) vs. Yu Darvish (Padres) en 2022
* 487 pies: Luis Robert (White Sox) vs. Mike Fiers (Athletics) en 2020
* 479 pies: Gary Sánchez (Yankees) vs. Eduardo Rodríguez (Red Sox) en 2018
* 461 pies: Kyle Schwarber (Phillies) vs. Zac Gallen (Arizona) en 2023
* 460 pies: Freddie Freeman (Braves) vs. Carlos Martínez (Cardinals) en 2019
* 460 pies: Freddie Freeman (Braves) vs. Framber Valdez (Astros) en 2021
Por si fuera poco, Schwarber se convirtió en el primer bateador zurdo con 20 vuelacercas en postemporada. Lo más impresionante es que ha logrado esa cifra en 251 comparecencias al bate. Los otros zurdos que lo siguen en el ranking de mejores jonroneros en playoff no fueron tan eficientes:
* Reggie Jackson: 18 jonrones en 318 comparecencias
* David Ortiz: 17 en 369
* Jim Thome: 17 en 267
Sin dudas, el poder de Schwarber ha sido determinante, tanto que ya es el jugador con más jonrones (11) en la historia de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, por delante del inmortal Albert Pujols (10). Además, él y Harper igualaron a Jayson Werth como los peloteros de los Phillies con más bambinazos en postemporada (11).
“Cuando crees en ti mismo y en la causa del grupo que tenemos y en el equipo que tenemos, puede ser muy difícil vencernos. Y todos creemos en nosotros mismos, de verdad. Creemos que podemos salir y jugar muy buen béisbol contra los mejores”, aseguró Schwarber.
Con esa mentalidad, los Phillies no dejan nunca de atacar. Este mismo sábado, pese a tener ventaja de 3 carreras, siguieron produciendo y abrieron aún más la brecha con otro jonrón de J.T. Realmuto con un corredor en circulación. De esta forma, Philadelphia ha pegado 23 vuelacercas desde el inicio de los playoff, la segunda mayor cantidad en los primeros 11 juegos de una postemporada, solo superados por los 24 que consiguieron los Astros en el mismo lapso durante la contienda de 2004.
De los antillanos involucrados en el duelo, el cubanoamericano Nick Castellanos se fue en blanco en 3 turnos con un boleto y un ponche en su cuenta, mientras Lourdes Gurriel Jr. pegó un sencillo en 4 viajes al plato. Veamos la velocidad de salida de cada una de las conexiones del espirituano:
* Primer turno: 99.1 millas-roletazo a segunda
* Segundo turno: 104.4 millas-sencillo de línea por segunda base
* Tercer turno: 97.7 millas-elevado a lo profundo del jardín central
* Cuarto turno: 102.9 millas-línea al jardín izquierdo
Como vemos, todas las conexiones del espirituano fueron Hard Hit (batazos con una velocidad de salida de más de 95 millas), más que ningún otro jugador en el partido. Sin embargo, eso sirvió de poco, porque los Diamondbacks no lograron producir mucho.
Ahora los Phillies están a una victoria de la Serie Mundial, al igual que los Astros, quienes podrían reeditar la final del pasado año. El Clásico de Otoño no repite protagonistas desde hace 45 años, cuando los Yankees y los Dodgers se vieron las caras en temporadas consecutivas (1977 y 1978) por la corona de Grandes Ligas.