Desde que se vistió con la camiseta de los Cocodrilos de Matanzas, Yamichel Pérez ha sido un lanzador de otro campeonato, de otra época…
Con el mismo repertorio de siempre, sin cargar armas adicionales, el zurdo espirituano ha mutado de pitcher promedio a un verdadero as en la novena yumurina, a la cual llegó en calidad de refuerzo suplente, cuando ya habían sido escogidos 20 serpentineros.
Pero al margen de esa tardía selección, Yamichel se ha enfocado en cumplir con los Cocodrilos, a quienes ha aportado ocho triunfos en línea. Ese performance lo coloca como el más genuino candidato a MVP de los matanceros en la segunda fase, la cual ha paseado con indicadores fuera de lo común, al alcance de muy pocos tiradores en el país.
En un reciente estudio publicado en el blog Baseball de Cuba, el analista sabermétrico Yirsandy Rodríguez nos dejó algunas pistas que ilustran el impacto de Yamichel en la suerte de los yumurinos, ya asegurados en la postemporada. Para tener una idea fiel de su dominio, les mostramos algunas de sus guarismos de otra galaxia.
– En la segunda ronda tiene efectividad de 1.26, WHIP de 0.98, dos lechadas y tres juegos completos (dos de ellos con menos de nueve innings). En todo el campeonato suma 13 victorias. Esos éxitos ya superan los que tenía en 36 aperturas antes de la Serie 59.
– Ha disminuido la tasa de líneas permitidas de 17.8% en 2018 hasta 13.6%. De admitir .349 BABIP (Average de bolas puestas en juego) hace dos campañas, sus rivales le promediaban .277 antes de su última apertura.
– De registrar una baja tasa de ponches (9.9%) hace dos temporadas, ahora ha conseguido elevarlo hasta el 14 %. Además, ha aumentado la frecuencia de rollings (54% este año, por 48.8% en 2018 y 48.6% en 2017).
– Los zurdos le habían conectado para .388 y .413 en la 56 y 57 Series, respectivamente. Sin embargo, estos números han bajado en las últimas dos temporadas: el año pasado, le promediaron .261 y, tras sus primeras 19 aperturas en este, le batean .267.
– Su tasa de ponches por boletos en la primera fase fue de 1.45 (32 estrucados y 22 pasaportes). Ese número ha subido hasta ¡5.86! en la segunda ronda, fruto de 41 ponches y –¡atención!– siete boletos en 57.1 entradas de labor.
¿Impresionados? No se preocupen, todos hemos quedado boquiabiertos con las salidas de Yamichel. En realidad, tras cada show en la colina, nos preguntamos cómo ha logrado semejante salto de calidad.
Y para no quedarnos con las dudas, OnCuba prefirió abordar directamente al zurdo espirituano, sin dudas la gran relevación del clásico de las bolas y los strikes.
Mucha gente se pregunta si estamos viendo a Yamichel Pérez, o si te has metido en la piel de un gran lanzador. ¿Tienes la sensación de estar en un sueño?
En realidad, han sido dos meses increíbles, pero soy el mismo de siempre. Solo creo que la preparación que hice antes de la Serie está saliendo mucho más ahora. Yo estuve bien con Sancti Spíritus en la primera fase, pero sin fortuna. Juegos detenidos por lluvia, otros que dejé ganando y después se perdieron y a veces falta de confianza de la dirección me impidieron tener mejores números.
Cuando me seleccionaron de refuerzo y me decidí a venir, me enfoqué en lanzar tranquilo, relajado, con la responsabilidad de ayudar al equipo, pero sin presión, pensando siempre en divertirme.
¿En algún momento pensaste no venir a Matanzas?
Yo no quería ser refuerzo de nadie. No era un problema puntual con algún equipo, no quería jugar con nadie. Lo tenía casi decidido, pero mi familia y gente cercana conversaron conmigo y me dijeron que aprovechara la oportunidad. Por eso acepté jugar con Matanzas.
¿No te gusta la vida del refuerzo?
Ya había estado con Industriales y, la verdad, es complicado, porque ves poco a la familia. A veces los jugadores del equipo se van a sus casas y uno tiene que quedarse. Nosotros estamos dedicados al béisbol, pero esa parte de estar en otra provincia, todo el mundo no la acepta. Además, pasar por el hogar tiene una tremenda importancia, te ayuda a oxigenarte.
¿Influyó en esa duda el hecho de haber sido pedido fuera de las primeras cinco rondas?
No, realmente da igual si te piden de primero, de último o de antepenúltimo. A veces los mejores refuerzos no han rendido nada y otros sin tanta publicidad han sido letales. Yo creo que ahora todos los directores tenían una estrategia, pidieron lo que necesitaban y después a otros que apoyaran por las ausencias del Cuba.
Yo entré ahí sin problemas, sin pensar que era un reemplazo, a fin de cuentas, ya llevo muchos años lanzando y he visto a todos los equipos y todos los bateadores de la Serie. De adelante o de atrás, eres un lanzador y tienes que hacer el trabajo sin subestimar a nadie. Por eso, me concentré en la idea de aportar en el rol que me dieran.
¿Cuánto ha incidido la mano de Armando Ferrer en tus resultados con Matanzas?
Me ha ayudado, sobre todo, por su forma de manejar el pitcheo. Tiene mucha fe en los lanzadores, particularmente en los abridores. Uno no siempre puede salir tirando ceros, a veces arrancas un poco más lento, pero después puedes reencontrar tu mejor versión. Si nos quitan enseguida entonces no hay chance de enseñar lo que tienes. Esa confianza, esa sensación de que se piensa que puedo resolver los problemas, es crucial para realizar el trabajo.
Este es un fenómeno muy común en Cuba, los abridores fallan en el comienzo y después se “arreglan”. ¿Por qué crees que pase?
Puede ser exceso de confianza, o alguien que no caliente bien, cada cual es un mundo. Lo que no cambia es que después de que empiezas mal, te vas cerrando, vas siendo más fino y responsable. Buscas otro enfoque, te concentras más y siempre intentas no repetir los errores que te golpearon al inicio. Esa sí es la muerte.
¿Qué explicación encuentra Yamichel Pérez para que su tasa de bases por bolas haya disminuido de forma dramática, y para que la correlación de ponches y boletos se haya disparo por los cielos?
Tengo dominio con todos mis lanzamientos, los estoy poniendo donde quiero. Atacar a los bateadores a veces me ha costado, pero ahora he intentado impedirles que sean agresivos. Es una cuestión de enfoque, más que nada, de cambiar el chip y tomar el control. Yo me concentro en tirar strikes y que me bateen. Algunas van a salir de frente, otras de lado. Si un día salen todas de lado, me jodí.
Esa mentalidad me la ha inculcado la propia dirección de Matanzas. Desde el principio ellos me hicieron ver algo que todos sabemos y no siempre explotamos. Un buen bateador es out seis o siete veces de cada diez, es decir, fallan más de lo que producen. Pero para que eso suceda, primero debes lanzar en la zona.
Entonces, he buscado en todo momento ser agresivo, sin avanzar mucho en los conteos, tratando de explotar siempre los puntos débiles de los rivales. En resumen, tirar strikes y dejar que la defensa, que es la mejor del campeonato, haga su trabajo.
La noticia de una lesión en el tu brazo ha provocado cierto pánico. ¿Sientes fatiga?
En estas últimas salidas me he sentido más el trabajo, bastante. Estoy bien, lo que ya acumulo una buena cantidad de innings. Físicamente, me veo fuerte, solo espero que no llegue la fatiga y pueda mantener el nivel.
Yamichel ha sido un puñal, pero todavía queda la parte más difícil del campeonato…
Es cierto, ahora vienen momentos de tensión, en los que uno tiene que pensar más y estar muy concentrado. Solo intentaré seguir relajado, evitar esa presión, porque ahí empiezan los problemas: no te puedes enfocar bien, los innings se enredan, no pones la pelota donde quiere. Yo solo quiero estar suelto en el box.