El Salón de la Fama de Cooperstown dio a conocer sus exaltados de la clase del 2019, en la cual resalta la presencia latina y la enésima exclusión de grandes figuras del béisbol vinculadas al consumo de sustancias prohibidas, como Barry Bonds, Roger Clemens o Sammy Sosa.
Jeff Idelson, presidente del Museo y Salón de la Fama, anunció la inducción del cerrador panameño Mariano Rivera, del toletero puertorriqueño Edgar Martínez, y los lanzadores estadounidenses Roy Halladay y Mike Mussina.
El directivo precisó que Rivera recibió el 100 % de los votos de los 425 miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de América que participaron en la selección. De esta manera, el cerrador panameño de los Yankees de Nueva York se convierte en el primer pelotero de la historia exaltado a Cooperstown con apoyo absoluto.
Por debajo del 75 % exigido para entrar en Cooperstown quedaron Curt Schilling (60.9), Roger Clemens (59.5), Barry Bonds (59.1), Larry Walker (54.6), Omar Vizquel (42.8), Fred McGriff (39.8) y Manny Ramírez (22.8), algunos de ellos vinculados al consumo de sustancias prohibidas.
Al final se salvaron y consiguieron mantenerse con vida en la boleta grandes estrellas como Jeff Kent (18.1), Todd Helton (16.5), Gary Sheffield (13.6), Andy Pettitte (9.9), Sammy Sosa (8.5) y Andruw Jones (7.5).
Por el contrario, no alcanzaron el mínimo de votos necesarios (5 %) para mantenerse en la boleta, entre otros, Michael Young, Lance Berkman, Miguel Tejada, Roy Oswalt, Tedd Lilly, Vernon Wells y Kevin Youkilis.
Los exaltados
Edgar Martínez: Aunque nació en Nueva York, se le vincula mayormente al barrio Maguayo de Dorado, en Puerto Rico, donde realmente comenzó su vida en el béisbol. Desde allí emergió hasta convertirse en estrella de los Marineros de Seattle, con quienes jugó durante 18 campañas en las Grandes Ligas.
En ese largo período, Martínez participó en siete Juegos de Estrellas, ganó cinco Bates de Plata y culminó dos veces (1992 y 1995) con la corona de bateo. Durante su carrera pegó 2 247 inatrapables, 309 jonrones y 514 dobles. Además, terminó con 1 219 anotadas, 1 261 impulsadas e imponente línea ofensiva de 312/418/515.
El boricua pegó más de 160 jits en ocho temporadas, en seis remolcó más de 100 carreras, y en diez campañas tuvo promedio superior a 300.
Martínez es considerado por muchos como el primer bateador designado puro en la historia de las Mayores, teniendo en cuenta que jugó más de mil partidos en ese turno, y poco menos de 600 entre la antesala y la inicial.
Debutó en las Mayores el 12 de septiembre de 1987, con 24 años, en un duelo frente a las Medias Blancas de Chicago. Su carrera se extendió hasta el 3 de octubre 2004, cuando colgó los spikes tras un pleito contra los Rangers de Texas.
Esta era su última oportunidad de exaltación en Cooperstown, pues llevaba diez años en la boleta, pero nunca había alcanzado el 75 % de votos necesarios. En esta oportunidad recibió el 85.4 % de los votos.
Edgar Martínez es el quinto pelotero puertorriqueño inducido al Salón de la Fama tras Orlando Cepeda, Roberto Clemente, Roberto Alomar e Iván Rodríguez.
Mariano Rivera: El mejor cerrador de todos los tiempos dio tumbos en funciones de abridor en sus primeros años con las filiales de los Yankees de Nueva York, hasta que los Bombarderos del Bronx se percataron en 1996 de la capacidad del panameño para taponear los encuentros.
Desde ese momento, vivió dos décadas doradas como apagafuegos de los Yankees, con quienes jugó 19 temporadas y se consagró como líder en rescates de la historia. En total, Rivera salvó 652 partidos, el 89.1 % de las oportunidades que tuvo.
Seis veces recibió votos de Cy Young, participó en 13 Juegos de Estrellas, ganó cinco Series Mundiales (fue MVP en la de 1999 contra los Bravos de Atlanta), y en nueve ocasiones salvó al menos 40 duelos en una temporada.
Rivera fue el último jugador en las Mayores que portó el mítico dorsal 42 del gran Jackie Robinson. Ya el cerrador de los Yankees estaba en escena cuando MLB decidió retirar ese número en 1997, aunque nunca imaginó que también quedaría inmortalizado con su nombre.
Debutó en las Mayores el 23 de mayo de 1995, con 25 años, en un duelo frente a los Angels de California. Su carrera se extendió hasta el 26 de septiembre del 2013, cuando colgó los spikes tras un pleito contra los Tampa Bay Rays.
Esta era su primera aparición en las boletas de Cooperstown, y logró sortear la carrera con el apoyo unánime de los votantes, hecho sin precedentes en la historia del béisbol en Estados Unidos.
Mariano es solo el segundo pelotero panameño exaltado al Salón de la Fama. El primero fue el estelar Rod Carew, figura en las décadas de 60, 70 y 80 con los Mellizos de Minnesota y los Angels de California.
Roy Halladay: Por desgracia, Halladay no podrá ver su placa en Cooperstown, pues falleció en un trágico accidente aéreo en el 2017. Pero independientemente de este factor, el lanzador derecho acumulaba méritos para ser exaltado al Salón de la Fama en su primera aparición en la boleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de América.
Natural de Denver, Halladay tiró 12 campañas con los Azulejos de Toronto, y terminó su carrera con cuatro temporadas en los Phillies de Philadelphia. En ese trayecto, lideró su liga en juegos completos en siete oportunidades, lechadas e innings lanzados en cuatro ocasiones, y dos veces en victorias.
Culminó su paso por las Mayores con 203 éxitos, 2 117 ponches, efectividad de 3.38 y una ridícula relación de 3.58 ponches por cada boleto. En total, solo regaló 592 pasaportes en 2 749 entradas de labor.
Halladay ganó el premio Cy Young en dos oportunidades (2003 y 2010), con la particularidad de que consiguió el prestigioso premio tanto en la Liga Americana como en la Nacional. Primero se lo llevó con Toronto, y después con los Phillies en el Viejo Circuito. Además, dos veces culminó segundo en la carrera por este galardón.
En el final de su trayectoria, ya con los Phillies, lanzó un juego perfecto contra los Marlins de Miami (29 de mayo del 2010), y ese mismo año, durante la Serie de Campeonato frente a los Rojos de Cincinnati, tiró un partido sin jits ni carreras, tan solo el segundo de estas características en la historia de la postemporada en las Mayores.
Debutó en Grandes Ligas el 20 de septiembre de 1998, con 21 años, en un duelo frente a Tampa Bay. Su carrera se extendió hasta el 23 de septiembre del 2013, cuando colgó los spikes tras un pleito contra los Miami Marlins.
Roy Halladay obtuvo el apoyo de 363 votantes (85.4), y se convirtió en el sexto jugador de la historia exaltado a Cooperstown de manera póstuma. Anteriormente habían sido inducidos bajo estas circunstancias Christy Mathewson, Willie Keeler, Herb Pennock, Harry Heilmann, y Rabbit Maranville.
Esa lista no incluye a Lou Gehrig y a Roberto Clemente, quienes entraron en el Salón de la Fama tras selecciones separadas de la Asociación de Escritores de Béisbol de América.
Mike Mussina: Lanzó toda su carrera de 18 años en las Mayores en la División Este de la Liga Americana, y en diez de esas campañas, como miembro de los Orioles de Baltimore, tuvo que enfrentarse permanentemente a los Yankees de Nueva York y a las Medias Rojas de Boston.
Para el cierre de su trayectoria firmó con los Yankees y solo le quedó Boston como escollo de máxima categoría, aunque Toronto, Baltimore y Tampa siempre hacían daño. Pese a estos difíciles oponentes, Mike Mussina ganó 270 juegos en las Grandes Ligas y terminó con promedio de 638, entre los 50 mejores de la historia.
Nueve veces recibió votos de Cy Young, pero nunca logró ganar el premio, como tampoco pudo coronarse en una Serie Mundial. Llegó a los Yankees justo un año después de la tercera corona consecutiva de los Bombarderos a finales del siglo pasado, y se retiró justo la temporada antes de que el plantel del Bronx regresara a la cima.
No obstante, Mussina ganó al menos 11 partidos en 17 temporadas consecutivas, solo una vez (2000) tuvo récord perdedor, ganó siete Guantes de Oro, participó en cinco Juegos de Estrellas y, con 39 años, se convirtió en el lanzador más longevo en materializar una temporada de 20 victorias.
Debutó en Grandes Ligas el 4 de agosto de 1991, con 22 años, en un duelo frente a las Medias Blancas de Chicago. Su carrera se extendió hasta el 28 de septiembre del 2008, cuando colgó los spikes tras un pleito contra las Medias Rojas de Boston.
Mussina llevaba seis años en la boleta de Cooperstown, pero se había quedado corto para ser inducido. En esta ocasión, estuvo nuevamente cerca de salir de la carrera, pues obtuvo el 76.7 % (326 votos) de apoyo.