Cuando Chicago White Sox y Houston Astros comiencen este jueves su batalla en una las Series Divisionales de la Liga Americana, por primera vez en la historia de MLB siete jugadores cubanos estarán involucrados en un mismo compromiso de postemporada, con el plus de que los siete podrían coincidir en un partido, incluso, como titulares.
Yuli Gurriel, Yordan Álvarez y Aledmys Díaz forman el tridente antillano de los Astros, mientras Yasmani Grandal, José Abreu, Yoan Moncada y Luis Robert marcan el ritmo de los “Cuban Sox”, dos novenas que han ido por caminos separados durante los últimos años en lo que a éxitos se refiere, pero que ahora tienen todas las herramientas para asaltar la cima del joven circuito y llegar a la Serie Mundial.
Houston ha logrado colarse en las Series de Campeonato por cuatro campañas consecutivas y ganaron el Clásico de Otoño en el 2017, mientras la franquicia del sur de Chicago ha atravesado por un lento proceso de reconstrucción –sumaron siete temporadas perdedoras al hilo entre 2013 y 2019– que vio sus frutos el pasado curso cuando llegaron a los duelos comodines.
Pero al margen de las diferencias en cuanto a resultados, hay un denominador común entre las dos novenas: su apuesta indiscutible por el talento cubano. Las gerencias de los Astros y los White Sox no han escatimado esfuerzos para hacerse con los servicios –ya sea por firmas o por canjes– de varias promesas de la Isla, alguno de los cuales ya brillan en MLB, mientras otros esperan por una oportunidad de ascender en sus sistemas de Ligas Menores.
Podría decirse que la guinda del pastel a esta inversión será el duelo que ambos sostendrán en una de las Series Divisionales de la Liga Americana, instancia a la que han llegado después de dominar inobjetablemente sus zonas en la fase regular de la contienda.
Chicago reinó de punta a cabo en el Centro y volvió a contar con apoyo decisivo de su armada cubana. José Abreu, Jugador Más Valioso del 2020, sumó su quinta temporada con 30+ jonrones y 100+ impulsadas, mientras Moncada, Grandal y Robert fueron protagonistas en distintos momentos del curso, aunque los dos últimos pasaron por largos períodos de lesiones que le impidieron brillar a plenitud.
En los Astros, Gurriel ganó el primer título de bateo de un cubano en 50 años y Yordan Álvarez culminó como líder del equipo en jonrones (33) y empujadas (104). Aledmys, por su parte, también se perdió un buen tramo de la campaña por una lesión, pero mientras estuvo saludable demostró que es una opción de garantías para cubrir distintas posiciones en el infield y los jardines.
Como ya habíamos mencionado, en un escenario idílico estos siete cubanos podrían ser titulares en alguno de los partidos de la Serie Divisional, lo cual representaría un récord para todos los países latinos que han tenido representación en el béisbol de Grandes Ligas. Ni siquiera República Dominicana y su impresionante armada han logrado reunir a tantos jugadores de posición regulares en un mismo duelo de postemporada.
De hecho, el récord en este sentido pertenece a Venezuela desde la Serie Mundial del 2012, cuando Detroit Tigers (Miguel Cabrera y Omar Infante) y San Francisco Giants (Marco Scutaro, Pablo Sandoval, Gregor Blanco y Héctor Sánchez) alinearon a seis morochos en sus respectivos conjuntos. Esa película se repitió en cada uno de los tres primeros partidos del Clásico de Otoño en aquella temporada.
Tras esa primacía, los propios venezolanos y los dominicanos tienen varios choques de postemporada con cinco jugadores de campo en los lineup titulares, mientras la marca cimera de Cuba es de cuatro, lograda seis veces el pasado año.
La primera de ellas sucedió el 29 de septiembre del 2020, cuando los White Sox colocaron como regulares a Abreu, Moncada, Grandal y Robert en el inicio del duelo de comodines contra Oakland. El mentor de Chicago, Rick Rentería, insistió con el cuarteto de antillanos en los dos siguientes partidos, aunque ello no le valió para superar a los Athletics.
Los otros tres casos de cuatro jugadores cubanos como titulares en un mismo duelo de postemporada se dieron el 11, el 13 y el 16 octubre, también del 2020. Randy Arozarena y Yandy Díaz partieron de regulares en Tampa, mientras Yuli Gurriel y Aledmys Díaz lo hicieron con Houston en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Esos récords deben quedar en el olvido pronto, porque es muy probable que al menos seis peloteros cubanos sean titulares en el inicio del mencionado pleito entre los Astros y los White Sox. Los cuatro exponentes de Chicago terminaron a todo tren y son habituales en los lineup del manager Tony La Russa, y lo mismo sucede con Gurriel y Yordan Álvarez en Houston, así que podemos frotarnos las manos.
Bienvenidos los tiempos dorados
Durante 40 años, entre 1972 y 2012, Cuba no tuvo más de cuatro peloteros en ninguna postemporada. Esa historia comenzó a cambiar paulatinamente en el 2013, cuando seis exponentes de la Isla (Brayan Peña, Yoennis Céspedes, Yunel Escobar, Yasiel Puig, Aroldis Chapman y José Iglesias) fueron incluidos en los rosters de play off, igualando la marca antillana de 1970 (Marcelino López, Mike Cuéllar, Luis Tiant, Tony Oliva, Leo Cárdenas y Tany Pérez).
El creciente éxodo de jugadores y el interés cada vez más marcado de las organizaciones de Grandes Ligas por firmar el talento cubano propiciaron este escenario, el cual se ha mantenido en los últimos años.
Por ejemplo, del 2018 al 2020 la cifra de peloteros cubanos llamados a las nóminas de postemporada fue siempre en aumento, con un tope de 15 exponentes el pasado curso, cuando los play off vivieron una expansión a 16 escuadras en el contexto de la pandemia y la campaña recortada a 60 partidos
En el 2021, si bien no se ha podido alcanzar el récord, hemos quedado bastante cerca en una postemporada con el formato tradicional de diez equipos que comenzó a utilizarse en el 2012. Hasta 13 jugadores han entrado en los rosters de los contendientes, incluyendo a Aroldis Chapman y Néstor Cortés Jr., quienes ya cayeron eliminados en el duelo de comodines ante Boston.
Esto supone un crecimiento considerable respecto a las décadas del 60 y 70 del pasado siglo, el otro período de notable representación antillana en el béisbol de Estados Unidos. En aquellos tiempos, hubo picos puntuales en 1965, 1969, 1971 o 1975, pero nunca se alcanzaron los niveles que tenemos hoy.
Para Cuba, lo mejor es que este no parece ser un boom casual. La Isla cuenta hoy con una base sólida de jugadores asentados en MLB, pero también dispone de una exquisita cantera en las granjas de la mayoría de las franquicias, la cual ya viene impactando con muy buen rendimiento en las Ligas Menores.
Muchos de esos jugadores cuentan con el potencial para eventualmente ascender y convertirse en jugadores de todos los días en la Gran Carpa, por lo que no descabellado pronosticar nuevos récords de cubanos una misma campaña (la cota actual es 30) y también en postemporada.
El que se queda que se mire en el espejo de estos grandes, el que regresa y apoya aquello, ya sabe como le ira. Solo decisiones personales. Libertad de decidir.