El 5 de julio de 1969, por primera vez en la historia, dos cubanos conectaron al menos cuatro imparables en un mismo partido de Grandes Ligas. Tony Oliva y Leo Cárdenas, de los Minnesota Twins, castigaron con cuatro cohetes cada uno a Oakland e implantaron una marca que no tuvo sombra hasta el 14 de septiembre del 2017, cuando los cienfuegueros José Abreu y Yoan Moncada la igualaron en un partido entre Chicago White Sox y Detroit Tigers.
Pasaron 48 años entre esos dos encuentros y no pocos pensaron que, quizás, se necesitaría mucho tiempo para que se repitiera el suceso, pero Abreu y Moncada no estaban dispuestos a esperar tanto. El pasado miércoles 15 de junio, de nuevo contra los Tigers, los sureños de la franquicia del sur de Chicago volvieron a la carga y, por segunda ocasión, igualaron la añeja marca de Oliva y Cárdenas.
En el duelo de marras, Moncada pegó cinco indiscutibles —la misma cantidad que había conectado en sus diez juegos previos—, remolcó cinco carreras y logró par de extrabases en su mejor partido de la temporada y uno de los más productivos para un pelotero cubano en la historia.
De hecho, si revisamos los libros de récords, solo siete jugadores de la Isla habían materializado un choque de estas características en las Mayores. El primero en hacerlo fue Orestes Miñoso (Cleveland) el 21 de abril de 1959 contra Detroit, seguido por Tony Oliva (Minnesota), quien lo consiguió el 29 de junio de 1969, ante Kansas.
Los otros que fijaron una marca similar fueron José Canseco (1994/Texas vs. Seattle), Rafael Palmeiro (1996/Baltimore vs. Seattle), Kendrys Morales (2009/Angels vs. Oakland), Yoennis Céspedes (2015/Mets vs. Colorado) y Yasmani Grandal (2016/Dodgers vs. San Diego).
Este choque fue una bocanada de aire para Yoan Moncada, quien tenía una línea ofensiva de .141/.198/.222 (Average/Promedio de embasado/Slugging) antes de iniciar el duelo, con un 29.2 % de sus turnos terminando por la vía de los strikes.
Sin embargo, en siguiente partido el cubano tuvo que salir antes de tiempo por molestias en el tendón de la corva, suceso que corta una posible recuperación con el madero.
La otra cara de la moneda es “Pito” Abreu, quien tuvo un lento inicio de temporada (hasta mediados de mayo su OPS era de .584 y promediaba .197 con solo 12 remolques y tres jonrones en 32 partidos), pero ha ido tomando ritmo poco a poco. Desde el 16 de mayo hasta la fecha el inicialista sureño ha dado un giro brusco y en 28 encuentros suma 18 impulsadas, seis cuadrangulares, OPS de 1.060 y más boletos (21) que ponches (19).
Por cierto, esta semana Abreu fue muy cruel con Detroit, al punto de conectarle ocho cohetes en 13 turnos, con dos jonrones, dos dobles y slugging de 1.231. Esto no es nuevo, en realidad los Tigers son la presa preferida del “Fenómeno de Mal Tiempo”, que suma 113 impulsadas, 27 jonrones, 43 dobles, 91 anotadas y 186 jits contra ellos en su carrera.
Yordan Álvarez hace historia
Según las bases de datos de Baseball Reference, la lista de bateadores zurdos que habían pegado 150 extrabases en sus primeros 300 partidos de Grandes Ligas estaba compuesta por solo cuatro hombres: Chuck Klein, Ted Williams, Johnny Frederick y Hal Trosky, quienes lograron dichos registros entre los años 20 y 30 del siglo pasado.
Después pasaron por el Big Show verdaderos monstruos ofensivos que hicieron historia del lado izquierdo del plato, dígase Barry Bonds, Ken Griffey Jr., Lou Gehrig, Stan Musial, David Ortiz o George Brett, por solo mencionar algunos. Sin embargo, ninguno de ellos logró alcanzar los 150 extrabases en 300 partidos o menos.
Pero la espera no es eterna y, luego de más de 80 años desde que Ted Williams llegara a 150 extrabases en 255 choques, finalmente otro mortal logró dicha marca antes de los 300 juegos. Hablamos del cubano Yordan Álvarez, quien aparece semana tras semana en los resúmenes de los sucesos más relevantes en MLB.
El tunero de los Astros ha sido un auténtico fenómeno esta temporada, pero particularmente en junio ha sacado las garras sin piedad. Desde que inició el mes, Yordan lidera a todos los jugadores de MLB en average (.471), promedio de embasado (.548) y OPS (1.372), y es segundo en impulsadas (19), jits (24) y slugging (.824). En ese lapso, además, ha pegado nueve extrabases para alcanzar y superar los 150 de por vida.
Ningún pelotero del presente siglo había necesitado tan poco tiempo para conseguir los primeros 150 extrabases de su carrera. Ni siquiera los jugadores de la Era de los esteroides lograron dicha marca en tan poco tiempo. Yordan está, literalmente, rompiendo barreras, por eso no es de extrañar que algunos ya lo ubiquen como el mejor bateador del béisbol.
Lourdes Gurriel Jr., cuestión de enfoque
Hace solo unos días, el colega Francys Romero advertía en sus redes sociales que el jardinero cubano del Toronto Blue Jays, Lourdes Gurriel Jr., era el jugador de Grandes Ligas que más había mejorado de un año a otro en lo referido a perseguir lanzamientos fuera de la zona. Un tanto impresionado por el dato, salí a revisar las métricas y, en efecto, la evidencia saltaba a la vista.
El menor de los hermanos Gurriel hizo swing al 34.3 % de los pitcheos fuera de la zona que le realizaron en la temporada del 2021, pero en la presente campaña ese indicador había disminuido al 26.5 % tras completarse los duelos de este viernes. Eso representa una caída del 7.8 %, la segunda mayor en MLB, solo superado por el 8.7 % de Ramón Laureano (de 30.4 a 21.7).
Los números nos dejan claro que el espirituano ha sido mucho más disciplinado en el plato, aunque le ha faltado estabilidad en su rendimiento. Por ejemplo, Lourdes Jr. terminó abril con una buena línea ofensiva de .288/.330/.438 (Average/Promedio de embasado/Slugging), pero en mayo se desplomó por completo, al punto que su OPS cayó hasta .534, el cuarto indicador mensual más bajo de su carrera desde que debutó en MLB hace cuatro años.
Esos guarismos pudieron ser mucho peores, pero su paciencia en el rectángulo le ayudó a negociar ocho boletos en medio de una mala racha notable. Solo tres veces en su carrera “Yunito” había logrado al menos ocho bases por bolas en un mismo mes, una clara señal de que no todo estaba perdido.
Y, en efecto, hasta ahora junio va marcando un giro en el desempeño del patrullero, quien promedia .357/.390/.482 con 20 imparables, cinco extrabases y siete remolques. Aunque ha fallado en sus últimos ocho turnos, Lourdes Jr. consiguió una racha de diez partidos seguidos bateando de jit entre el 4 y el 15 de junio, lapso en el que su OPS se disparó a 1.150.
Esperemos que este sea el despertar definitivo de Gurriel, quien cruza los dedos para tener una buena segunda mitad de temporada, algo que ya consiguió en el 2021. El pasado curso, el antillano llegó al parón por el Juego de Estrellas con diez jonrones, 36 remolques y OPS de .710, pero después mejoró todos esos indicadores (11 vuelacercas, 48 empujadas y OPS de .889).
Aires de Salón de la Fama
La última semana no ha sido placentera para los Tampa Bay Rays. Desde el pasado sábado 11 de junio, han perdido cinco de los seis partidos efectuados, con barrida incluida en una visita a los Yankees, sus máximos rivales en el Este de la Liga Americana.
En medio la racha perdedora, el cubano Randy Arozarena no ha estado particularmente brillante, salvo por el choque del domingo 12 de junio, en el que mostró sus tremendas habilidades en el corrido de las bases. El pinareño recibió dos pelotazos, pegó un doble, anotó par de carreras, empujó otra y se robó dos bases en un alarde de picardía y explosividad.
Por segunda ocasión en su carrera Randy logró dos anotadas y dos estafas en un mismo partido, luego de conseguir un rendimiento similar el 2 de octubre del 2021 frente a los Yankees. Sus víctimas en esta oportunidad fueron los Twins, que intentaron sacarlo de paso, pero terminaron ellos asfixiados corriendo detrás del antillano.
Tan feroz fue su despliegue que hasta logró anotar desde tercera con un singular —y peligroso— deslizamiento en la goma tras un roletazo a la inicial de su compañero Taylor Walls.
In this inning, the Twins:
Tried to pitch Randy in (Hit him)
Tried to catch him off of 2nd (Threw it into center)
Tried to cut him down at the plate (Run scores) pic.twitter.com/FgQLH0wfqa— Tampa Bay Rays (@RaysBaseball) June 12, 2022
Sin embargo, de su estadía en Minnesota no hubo nada más destacado para Randy Arozarena que un encuentro tras bambalinas, alejado de los focos del diamante. En las entrañas del Target Field, el jardinero pinareño tuvo la oportunidad de conocer e intercambiar con otro hijo ilustre de la provincia más occidental de Cuba: Tony Oliva.
Mítico jugador de los Twins y uno de los mejores peloteros antillanos en la historia de MLB, Oliva compartió por breves instantes con Arozarena, quien no pudo ocultar su satisfacción por el encuentro. “Qué orgullo poder conocer al gran Tony Oliva, una leyenda viviente del béisbol de Grandes Ligas. De Pinar del Río y para el mundo”, apuntó el patrullero de los Rays en sus redes sociales.
“Gracias por la foto, la guardaré en mis recuerdos de vida”, añadió Randy en un mensaje acompañado por su imagen junto a Oliva, quien será exaltado de manera oficial al Salón de la Fama de Cooperstown el próximo 24 de julio en el terreno del Clark Sports Center, en las afuera de Nueva York.
El extraño dominio de Cionel Pérez
El zurdo Cionel Pérez se ha convertido en una de las piezas importantes en el bullpen de Baltimore, a pesar de que algunas estadísticas indican que no ha tenido un buen rendimiento. Por ejemplo, al matancero le batean .274 con elevado OBP de .372, consecuencia de su elevada tasa de boletos por cada nueve entradas (4.95). A eso súmenle que permite un jit por inning y su promedio de corredores embasados por cada episodio (WHIP) es de 1.55, nefasto para un relevista.
Sin embargo, Cionel ha sido una especie de funambulista, caminando sobre la cuerda floja todo el tiempo sin caer estrepitosamente al vacío, para fortuna de los Orioles, a quienes les ha aportado cuatro triunfos, un juego salvado y siete holds.
Gran parte de su éxito se ha basado en limitar al mínimo la producción de largo alcance en su contra, pues solo ha permitido tres extrabases en 86 comparecencias. Precisamente, este detalle ha incidido en su efectividad de 1.35 (tres carreras limpias permitidas en 20 episodios), la segunda mejor de los Orioles esta temporada.
Por cierto, ese promedio de carreras limpias de Cionel califica como el séptimo mejor de la historia para un lanzador cubano en los primeros 25 partidos de una temporada. ¿Quiénes han sido mejores? La respuesta se la dejamos aquí:
* Aroldis Chapman (0.30 en sus primeras 25 salidas del 2012)
* Raisel Iglesias (0.59 en el 2017)
* Tonny Fossas (0.66 en 1995)
* Orlando Peña (0.75 en 1974)
* Yoan López (0.86 en el 2019)
* José Ariel Contreras (1.23 en el 2010)
Yadier Molina, “El Marciano”
El puertorriqueño Yadier Molina ha jugado 19 temporadas en Grandes Ligas, ha ganado diez Guantes de Oro y cuatro Guantes de Platino, lo cual nos dice claramente que ha sido un defensor de élite, probablemente el mejor receptor de todos los tiempos en el béisbol.
“El Marciano”, como le llaman, ha sido cuatro veces líder en promedio de cogidos robando y, en su carrera, acumula un espectacular 40 % de corredores capturados en intentos de estafa (373 de 906). Sin dudas, no podemos quedarnos indiferentes ante la excelencia defensiva de Molina, quien ha pasado toda su vida con la camiseta de los Cardinals.
Por supuesto, no hemos colocado su nombre sobre la mesa sin motivo alguno. Esta semana, Yadier Molina se convirtió en el receptor que más outs ha logrado en la historia, superando en el conteo a otro estelarísimo hijo de tierras puertorriqueñas: Iván “Pudge” Rodríguez.
El pasado martes 14 de junio, en el duelo entre St. Louis y Pittsburgh, Molina pasó a comandar el listado histórico con 14 865 outs como receptor, dejando atrás a “Pudge”, autor de 14 864 outs en 21 temporadas de labor en MLB. Mucho más relegados están Jason Kendall (13 019), Brad Ausmus (12 839) y A.J. Pierzynski (12 600), quienes completan el Top-5 de todos los tiempos.
Con camino por delante en lo que resta de campaña, Molina va a dejar la varilla demasiado alta para sus perseguidores, los cuales, seguramente, tardarán años en alcanzar el número de outs del boricua, postulado como el primer “Marciano” con pasaje directo a Cooperstown.