Cuando arrancó la presente temporada de Grandes Ligas, muchos fanáticos cubanos tenían muy claro los equipos a seguir: los Astros de Yordan Álvarez y José Abreu; los Marlins de Yulieski Gurriel y Jorge Soler; los White Sox de Luis Robert, Yoan Moncada, Oscar Luis Colás y Yasmani Grandal; los Orioles de Cionel Pérez y Yennier Cano; los Rays de Yandy Díaz y Randy Arozarena…
Por la cantidad de jugadores de la isla representados, dichas novenas eran las principales apuestas de la fanaticada cubana. A poco más de un mes para que termine la campaña regular, el panorama no ha cambiado mucho, pero debemos añadir a la lista de preferencias a los Texas Rangers, que parecen encaminados a su primera clasificación a la postemporada desde el 2016 y cuentan con tres efectivos antillanos en su nómina.
Adolis García, Aroldis Chapman y el debutante Julio Pablo Martínez conforman un tridente caribeño de lujo, al cual podríamos bautizar como los Power Rangers cubanos de Texas, teniendo en cuenta toda la energía que han aportado a la novena tejana.
De ellos, el único que comenzó la temporada con los Rangers fue Adolis, quien le entraba al año con las credenciales de ser el máximo jonronero (58) y empujador (191) de la franquicia entre 2021 y 2022. Eso, lejos de ser una carga, ha sido una motivación más para el avileño, que ha mantenido el ritmo y lidera en 2023 a los Rangers en vuelacercas (30) y remolques (92).
2023 ha sido un año de reafirmación y progresión para Adolis. El cubano es líder en impulsadas de la Liga Americana, fue titular en el Juego de Estrellas, participó en el Derby de Jonrones, ha defendido en el jardín derecho al nivel de un Guante de Oro, ha disminuido su tasa de ponches y ha bateado con más paciencia. Todos estos factores le han permitido ganarse el cartel de estrella.
Cuando todavía queda más de un mes de temporada, Adolis va camino a convertirse en el cuarto cubano con 40+ vuelacercas y 120+ empujadas, algo que solo han logrado Rafael Palmeiro, José Canseco y Tany Pérez. Hasta el momento, suma su tercera campaña seguida con 27+ jonrones y 90+ impulsadas, racha de la que nada más pueden presumir dos antillanos: Palmeiro y Canseco.
Para Adolis, la temporada parecía ser una clásica aventura de llanero solitario, pero a mitad de camino se encontró con dos paisanos que no empezaron el año en Texas: el relevista holguinero Aroldis Chapman y el jardinero Julio Pablo Martínez.
El guantanamero ha sido el último en caer, luego de “quemar” las Menores: 38 extrabases, 12 jonrones, 56 remolques, 53 anotadas, 36 bases robadas y OPS de .993 en 72 partidos. Desde su irrupción en MLB hace poco más de una semana, no ha decepcionado. Julio Pablo eslabonó una cadena de 3 partidos multijits, anotó 3 carreras en un desafío y ha mostrado esa velocidad terrorífica que debe darle un valor añadido a la ofensiva de los Rangers.
Chapman, por su parte, llegó desde Kansas en el mercado de cambios y ha cumplido con las expectativas. En 16 partidos ha enfrentado a 64 bateadores y ha ponchado a 31, para una tasa de 17.4 ponches por cada 9 entradas. ¡Demoledor!
Esta semana, el zurdo trabajó en 3 partidos sin permitir anotaciones y con 5 ponches en su cuenta. No obstante, lo más llamativo es que, de los 46 lanzamientos que hizo en esas 3 entradas, casi la mitad (22) fueron a más de 100 millas (mph). De esta manera, Chapman llegó a 3 500 envíos de 100+ mph desde su debut en Grandes Ligas hace trece años.
La historia de estos picheos supersónicos comenzó exactamente el 31 de agosto de 2010, cuando más de 19 mil fanáticos en el Great American Ball Park de Cincinnati descubrieron a una nueva estrella. Chapman registró 103.2 millas frente a Jonathan Lucroy, después tiró 101 y 103.4 contra Craig Counsell y cerró con una recta de 102.1 ante Carlos Gómez.
Lo que ha sucedido después ya es patrimonio del béisbol cubano. Chapman ha sido seleccionado siete veces al Juego de Estrellas, ganó la Serie Mundial de 2016, le entregaron el premio Mariano Rivera como el Relevista del Año en la Liga Americana y ha logrado 318 salvados. Los Rangers esperan que todo ese palmarés juegue a su favor de cara a la fase decisiva de la presente temporada.
Un anillo para Yuli Gurriel
La temporada de Yulieski Gurriel en los Marlins no ha sido tan relevante como otras de su carrera en Grandes Ligas, pero sí ha estado marcada por algunos momentos especiales. Uno de ellos llegó esta semana en el loanDepot park de Miami, donde se enfrentó por primera vez a Houston, su ex equipo, y recibió el anillo de campeón de la Serie Mundial de 2022. Yordan Álvarez, Alex Bregman, José Altuve, Martín Maldonado, Justin Verlander y el manager de los Astros, Dusty Baker, le entregaron el premio al cubano, dos veces monarca de MLB con los siderales.
“Estaba muy ansioso por recibir el anillo, después que uno gana quiere que se los entreguen al otro día”, dijo Gurriel a los periodistas, ante quienes reconoció que mantiene fuertes vínculos con sus ex compañeros.
“Estamos conectados, nos hablamos bastante, todavía tenemos un grupo de chat. Son muy buenos y me pone contento seguir en comunicación con ellos”, añadió el espirituano.
El reencuentro entre los Astros y Gurriel estuvo marcado por los mensajes de elogio. Yordan Álvarez dijo a Yordano Carmona que siempre iba a recordar los mensajes de Yulieski desde el primer día que aterrizó en Houston, y resaltó la personalidad y el carisma del inicialista, ganador del título de bateo y el Guante de Oro de la Liga Americana en 2021.
Por su parte, el experimentado mentor Dusty Baker señaló que echan de menos a Yuli, a quien le hubiera encantado firmar de vuelta pese a contratar los servicios del estelar cienfueguero José Abreu para cubrir la primera base. “Le habríamos encontrado sitio”, apuntó el director de los Astros, quien elogió al cubano por su destreza, la fortaleza de sus piernas y su inteligencia en el campo.
Yulieski Gurriel vivió una aventura muy especial de 7 campañas en Houston, con quienes logró 305 extrabases, 400 anotadas, 435 remolques y 866 imparables en 801 partidos. “Estaré muy agradecido con la organización y, sobre todo, con los fanáticos de los Astros, que siempre me apoyaron y me dieron muestras de cariño. Quisiera que me recuerden como un atleta que se entregó y lo dio todo por el equipo”, señaló el espirituano de 39 años.
Rápidas de la semana
* En 100 viajes al plato entre el 15 de julio y el 11 de agosto, el cubano Jorge Soler conectó 4 jonrones. Esta semana, en solo 18 comparecencias, el slugger de Miami desapareció 4 veces la pelota contra los Astros y los Dodgers. “El Crudo” tomó Los Ángeles por asalto este viernes, con 2 bombazos de 399 y 441 pies para poner 2 veces delante en la pizarra a los Marlins, que cortaron una racha de 11 victorias seguidas de los Dodgers. Con esos 2 vuelacercas, Soler llegó a 166 de por vida y avanzó a la novena posición del listado histórico de cubanos, por delante de Yoenis Céspedes (165). Ahora el patrullero de Miami tiene 4 partidos con al menos 2 cuadrangulares esta campaña, líder entre todos los jugadores antillanos y tercero de Las Mayores, solo superado por Matt Olson (7) y Max Muncy (5). Con sus bambinazos de esta semana, Soler se coló en el grupo de 9 cubanos que han pegado más de 30 jonrones en al menos 2 campañas.
* Y para seguir por la senda de los jonrones, Luis Robert Jr. casi saca la pelota por encima de las gradas del mítico Wrigley Field el pasado martes. El patrullero de los White Sox pegó un enorme vuelacercas de 422 pies contra los Cubs en el duelo de la ciudad de Chicago. Ahora el avileño tiene 5 cuadrangulares frente a los Cubs en su carrera, 3 de ellos en el Wrigley Field y 4 para dar ventaja a los White Sox en choques empatados. Robert Jr. ha sabido hacerse sentir en el clásico de la Ciudad de los Vientos, una de las rivalidades más especiales de Grandes Ligas. El jardinero vive su mejor campaña en MLB, de hecho, es el único jugador del circuito con 30+ dobles, 30+ jonrones y 15+ bases robadas.
* Un total de 77 peloteros cubanos han logrado al menos un walk-off para decidir un partido en la historia de Grandes Ligas, pero solo 6 lo han hecho con el famoso squeeze play. El último en conseguirlo fue el jardinero de los Royals, Dairon Blanco, quien el pasado lunes dejó al campo Seattle con un toque de bola con corredor en la antesala. El camagüeyano se unió a José Cardenal, Tito Fuentes, Bert Campaneris, Yuniesky Betancourt y Joe Azcue como los únicos antillanos que han logrado un walk-off con un toque de bola. Blanco es el tercer hombre de las Mayores que materializa esta jugada en la presente temporada, tras su compañero de equipo Freddy Fermín y Michael A. Taylor (Twins).
* El matancero Cionel Pérez (Baltimore Orioles) no aceptó carreras y retiró a 4 rivales por la vía de los strikes en sus 3 apariciones de esta semana, pero su nombre apareció en los highlights por permitir un robo de home del eléctrico dominicano Fernando Tatis Jr. El pasado miércoles, en el Petco Park de San Diego, Cionel entró en acción en el séptimo episodio con Tatis en la inicial y no pudo controlar la situación. Antes de realizar su primer lanzamiento, el mantancero permitió que Tatis robara segunda y le abrió las puertas de la antesala con un error en tiro. Después, el dominicano siguió corriendo y se estafó el home ante un Cionel demasiado pasivo. De seguro el cubano estudiará muchas veces ese video como muestra de lo que no puede hacer cuando se encarame en la lomita con hombres veloces en circulación.
* El dominicano Julio Rodríguez (Seattle Mariners) está inmerso en una racha de 6 partidos seguidos bateando de jit, pero en realidad eso es insignificante. Lo grandioso es que lleva 3 duelos seguidos con al menos 4 imparables, algo que solo habían conseguido una docena de mortales en la historia de Grandes Ligas, y apenas 3 de ellos (Marcus Giles-2003, Rafael Furcal-2007 y Charlie Blackmon-2019) en el presente siglo. J-Rod se colocó a un juego de empatar el récord de Las Mayores, establecido hace casi un siglo por Mil Stock, quien logró hilvanar una cadena de 4 choques con al menos 4 cohetes en 1925, vistiendo la casaca de los Brooklyn Robins. Por cierto, Rodríguez consiguió 9 imparables seguidos durante su racha, con lo cual igualó la mejor marca de la franquicia, en poder de Raúl Ibáñez (2004) y Danny Valencia (2017).