Chris Sale (Lakeland, 1989) es el segundo lanzador que más ponches consiguió en Grandes Ligas desde el 2012 hasta el 2019. Después se lesionó y perdió toda la temporada del 2020 y parte del 2021, pero de la noche a la mañana no desaparece el toque mágico que lo llevó a ser uno de los siete serpentineros con al menos una campaña de 300 estrucados en el presente siglo.
Los números son bastante elocuentes: batearle a Chris Sale nunca ha sido fácil y mucho menos si eres un zurdo. En su carrera, los jugadores de la mal llamada “mano equivocada” le promedian solo .202, con un slugging anémico de .271 y 408 ponches ante 1307 hombres, lo cual significa que ha retirado por la vía de los strikes al 31.3 % de los zurdos que han aparecido en su camino.
Con el nivel de información que tienen hoy los peloteros de MLB, todos esos datos Yordan Álvarez los tuvo en sus manos antes de enfrentar al as de los Red Sox el pasado miércoles 20 de octubre. “Batearle a Chris Sale no es fácil y menos si eres un zurdo”, habrá dicho el poderoso tunero, justo antes de salir al diamante y devorar sus pitcheos en la ruidosa atmosfera de Fenway Park.
Jonrón por encima del Monstruo Verde, sencillo contra el Monstruo Verde y doble de dos carreras fue el gasto ofensivo de Yordan frente a Sale, quien muy pocas veces había recibido semejante castigo de un rival zurdo. Por ejemplo, si nos vamos a la historia, solo dos jugadores de esa mano (Eric Hosmer en el 2016 y Josh Reddick en el 2019) le habían pegado dos extrabases en un mismo partido.
Pero hay más. Los únicos zurdos con tres imparables ante Sale en un mismo partido eran Nori Aoki (17 de septiembre del 2014), de nuevo Hosmer (19 de julio del 2015) y David Ortiz (30 de julio del 2015), todos en fase regular, por lo que en postemporada nadie de la “mano equivocada” lo había molestado tanto como Yordan.
El slugger de los Astros se convirtió en el primer jugador cubano con al menos tres impulsadas, tres hits, dos anotadas y dos extrabases en un mismo juego de play off, y se colocó como el décimo pelotero más joven (24 años y 115 días) de la historia en lograr un partido de estas características, solo superado por estos hombres:
* Andruw Jones (19-180 en 1996)
* Carlos Correa (21-020 en 2015/23-037 en 2017)
* Fernando Tatis Jr. (21-273 en 2020)
* Jimmie Foxx (21-352 en 1929)
* Tony Kubek (21-358 en 1957)
* Evan Longoria (22-361 y 23-004 en 2008)
* Jack Barry (23-177 en 1910)
* B.J. Upton (24-056 en 2008)
* Dustin Pedroia (24-065 en 2007)
Yordan fue el percutor de la ofensiva de Houston, que se colocó a un paso de su tercera Serie Mundial en los últimos cinco años. Además, su despliegue contagió a otro cubano, Yulieski Gurriel, quien igualmente sacó el sable para desgracia de la multitud de Fenway Park.
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Bernie Williams y Derek Jeter son leyendas de los Yankees y dos de los bateadores con más sangre fría a la hora cero. Nada los intimidaba y en partidos decisivos eran implacables. Williams, por ejemplo, es el líder empujador (80) en la historia de la postemporada, mientras Jeter es el único que ha anotado más de 100 carreras (111) y ha pegado 200 jits en estos duelos de play off.
Por la rivalidad eterna y la enorme calidad de sus novenas, Red Sox y Yankees se vieron las caras más de una vez en postemporada durante los tiempos de Jeter y Williams, quienes tuvieron que enfrentarse a la presión del Fenway Park. De hecho, estas dos estrellas jugaron nueve encuentros en el feudo de Boston, donde consumieron más 40 viajes al plato y pegaron 11 imparables.
Esa era la mayor cantidad de jits en postemporada de un pelotero visitante en Fenway, al menos hasta este año, cuando Yulieski Gurriel los dejó muy atrás. El campeón de bateo de la Liga Americana en la presente campaña pegó seis cohetes en los tres duelos de esta semana en Boston, con los cuales llegó a 15 en su carrera frente a los Red Sox en su estadio.
Esto puede parecer un dato menor, pero en realidad llama muchísimo la atención lo bien que ha rendido “La Piña” en uno de los estadios más incómodos para los visitantes en todas las Grandes Ligas. En Fenway, Yulieski tiene línea ofensiva de .500/.516/.733, superior a la de grandes estrellas con el madero como Wade Boggs, Mookie Betts, Nomar Garciaparra o J.D. Martínez, por solo mencionar algunos ejemplos.
Gurriel reafirmó su “paternidad” ante Boston el pasado miércoles 20 de octubre, cuando se unió a Yordan Álvarez en una fiesta de batazos. Como su coterráneo, Yulieski también pegó tres jits y remolcó tres carreras, algo que dos cubanos de un mismo equipo nunca habían logrado en un partido de postemporada.
La cuestión es que ese rendimiento excelso le permitió al inicialista de los Astros igualar con Yasiel Puig como el cubano con más juegos multi jits (16) en la historia de los play off, además de reafirmarse como el peloteros de la Isla con más imparables (63), más impulsadas (33), más extrabases (20) y más anotadas (24) en octubre, el mes de las definiciones en MLB.
Todavía esa película no ha terminado. Tanto Yulieski como Yordan Álvarez tienen por delante el sexto partido por el título de la Liga Americana contra Boston, que necesita encontrar variantes para frenar a la dupla cubana si no quiere terminar su aventura en la postemporada del 2021.
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Los nombres de Yulieski Gurriel y Yordan Álvarez vienen sonando fuerte en la postemporada de MLB, al igual que lo hizo Randy Arozarena, otro miembro destacado de la armada cubana. Ellos forman parte del grupo de 13 jugadores de la Isla que fueron inscritos en los rosters de los diez equipos involucrados en la lucha por la corona, cinco de los cuales se mantienen con vida y a un paso de avanzar a la Serie Mundial.
Pero vamos a seguir en la cuerda de las marcas, enfocando ahora nuestra mirada en lo conseguido por Arozarena antes de que Tampa cayera eliminado frente a Boston. El pinareño fue protagonista en esta batalla, al punto de conectar al menos un imparable en todos los duelos de la serie. Además, remolcó el empate en el tercero y cuarto partido y dio esperanza a su equipo, que finalmente quedó dos veces al campo ante la productiva ofensiva de los Red Sox.
Randy extendió a nueve su cadena de choques con al menos un hit en postemporada, igualando la segunda mejor marca histórica para cubanos, en poder de Bert Campaneris (del 22 de octubre de 1972 al 16 de octubre de 1973). El vueltabajero quedó a un paso de igualar el récord (10) entre jugadores de la Isla, impuesto por Yoennis Céspedes (del 6 de octubre del 2012 al 10 de octubre del 2013).
Otro registro muy notable de Arozarena es su seguidilla de 18 partidos embasándose. Esa representa la mejor marca entre cubanos, muy superior a los 12 que consiguieron Yuli Gurriel (2018-2019) y José Canseco (1989-1990), y además es la mejor racha activa entre todos los jugadores de Grandes Ligas.
Arozarena comenzó esta cadena en el quinto partido de la Serie Divisional del pasado año entre Yankees y Rays. Aquel 9 de octubre, el pinareño no conectó hit, pero entró en circulación por un pelotazo. Desde entonces, Randy lleva 18 encuentros seguidos embasándose, y solo en tres de ellos no ha pegado imparables.
Los números del antillano en postemporada son impresionantes. En 28 partidos y 106 comparecencias al bate tiene una línea ofensiva de .348/.434/.772, con 11 jonrones (líder absoluto entre cubanos), 32 imparables, 23 anotadas, 16 remolques y tres estafas, incluido el robo de home del primer partido de la serie vs. Boston.
Además de sus logros individuales, Arozarena también ha aportado a la causa colectiva de Cuba. Por ejemplo, estuvo entre los jugadores antillanos que impusieron una nueva marca de hits en una misma jornada de manera combinada. El pasado 7 de octubre, Yoan Moncada (1), Luis Robert (2), Yandy Díaz (1), José Abreu (2), Yordan Álvarez (2), Randy Arozarena (1) dieron nueve imparables, y al día siguiente repitieron la misma cifra Yandy (1), Yordan (1), Arozarena (1), Robert (3), Abreu (2) y Yuli Gurriel (1).
De esta forma, superaron el récord anterior, implantado el 29 de septiembre del 2020, cuando Luis Robert (1), Lourdes Gurriel Jr. (2), Yuli Gurriel (1), Randy Arozarena (1), Yasmani Grandal (1) y José Abreu (2) se combinaron para ocho indiscutibles.
En el orden colectivo hay otras notas relevantes. Por ejemplo, en el duelo Astros-White Sox, cinco cubanos remolcaron al menos una carrera en un partido, lo cual constituye récord para todos los países extranjeros que han tenido representación en MLB.
Yordan Álvarez, Yuli Gurriel, Luis Robert, José Abreu y Yasmani Grandal fueron protagonistas de esta nueva marca, que deja en el olvido la anterior, en poder de República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico, naciones que habían logrado tener cuatro jugadores con al menos una impulsada en un mismo partido de play off.
Con todas estas marcas, poco a poco Cuba se va acercando a los niveles de protagonismo que un día tuvo en el béisbol de Grandes Ligas. Ya no se trata solo de una nutrida representación en los diamantes de Estados Unidos, sino de un impacto directo en los desenlaces de los partidos más importantes de la postemporada. Lo mejor es que todavía queda historia por escribir.