Las piezas del puzzle que faltaban cayeron en su sitio, y desde ya los gurús de la pelota cubana tienen en sus manos todos los elementos para lanzar los pronósticos de las semifinales de la 59 Serie Nacional de Béisbol.
Los managers de Camagüey, Matanzas, Las Tunas e Industriales escogieron a sus últimos tres refuerzos de cara a la instancia decisiva del campeonato, que comenzará el próximo 3 de enero con la novedad del regreso de los duelos nocturnos.
Contrario a pasadas ediciones, los mentores se decantaron por cubrir ciertas lagunas ofensivas y defensivas, y no se enfocaron tanto en fortalecer sus cuerpos de pitcheo, aunque en este último aspecto incidió la pobre camada de serpentineros disponibles, más allá de Lázaro Blanco, Raidel Martínez, Liván Moinelo y Miguel Lahera.
Con las nuevas adiciones, los cuatro contendientes se ven más sólidos y, sobre todo, con mayor profundidad en sus rosters, cuestión determinante para enfrentar partidos de mucho desgaste físico y psicológico.
¿Ganadores y perdedores? Sería muy precipitado establecer esas categorías ahora, por lo que nos centramos mejor en analizar las selecciones de los managers y qué le aportarán cada uno de los nuevos refuerzos.
Toros de Camagüey
Miguel Borroto quiere ganar la corona desde la lomita y realmente cuenta con el material para golpear a los rivales con su pitcheo. Con la llegada de Lázaro Blanco, el staff de los agramontinos es el más profundo de la postemporada , sobre todo por el nutrido grupo se abridores.
Blanco, Yariel Rodríguez, Josimar Cousín, Frank Luis Medina y Yadián Martínez forman una rotación envidiable, de la cual al menos uno se mudará a un bullpen que también tiene piezas sólidas. El punto más débil de este cuerpo de pitcheo es la escasa variedad de zurdos para enfrentar a la batería de Industriales, cuyas principales cartas son, precisamente, bateadores siniestros.
Al margen de los serpentineros, Borroto se enfocó en fortalecer su línea central y en dinamizar su ofensiva con dos bateadores versátiles y veloces, aunque el peso de la producción de carreras seguirá recayendo en los miembros que ya estaban en las filas de los Toros.
Lázaro Blanco (3.90 PCL/1.37 WHIP/.269/.324/.441)
No ha sido, ni por asomo, una temporada fructífera para el diestro granmense, que en las últimas campañas había estado prácticamente indescifrable. En la segunda vuelta salió visiblemente golpeado, con efectividad de 5.40 en siete aperturas, y un altísimo promedio de 6.97 carreras permitidas por cada nueve entradas.
No hay garantías de que el panorama pueda cambiar, pero la experiencia y ecuanimidad de Blanco fueron cartas decisivas en la elección de Borroto, quien probablemente le entregue la bola para romper el hielo en el regreso de los Toros a la postemporada, teniendo en cuenta, además, que ninguno de sus talentos del pitcheo se han enfrentado antes a semejante presión.
Blanco perdió uno de los partidos de comodines entre Granma e Industriales hace poco más de dos meses, y en los últimos tiempos no ha podido ejercer un dominio marcado sobre la tanda azul. Esto nos dice que es una apuesta riesgosa, pero si alguien estaba en condiciones de asumirla era Miguel Borroto, quien cuenta con el respaldo de un profundo staff de pitcheo.
Yoelkis Guibert (.301/.395/.484/25 extrabases/BABIP de .329)
No había en la nómina agramontina un jardinero central con las herramientas y el rendimiento de Guibert, quien aportará defensa por encima del promedio en el medio de las praderas, algo que este año no ha podido ofrecer Leonel Moas, el teórico titular de la posición en los Toros.
Además, el santiaguero se pinta solo para ocupar cualquiera de los dos primeros turnos del orden camagüeyano, que tampoco tenía abundancia de zurdos, más allá de Leonel Segura y el joven Loidel Chapellí, suplente en la mayor parte de la segunda ronda.
Poder ocasional, velocidad y grandes habilidades para embasarse son las principales cartas de presentación de Guibert, quien cubrirá un hueco inmenso en la novena agramontina.
Santiago Torres (.314/.406/.427/31 extrabases/BABIP de .337)
Al intermedista indómito le han llovido los elogios y por eso no extraña que haya sido seleccionado. Tiene una capacidad innata para entrar en circulación, y una vez en los senderos su velocidad mete constantemente en complicaciones a los rivales.
En Camagüey quizás sea el noveno madero, pero perfectamente puede ocupar turnos de más responsabilidad y asumir turnos decisivos, sobre todo contra Industriales, una de sus víctimas preferidas.
Solo en esta temporada, Torres bateó .500 (21 cohetes en 42 turnos) frente a los Leones, con nueve anotadas, igual cantidad de remolques, cinco dobles y par de jonrones. En 12 partidos con los azules, pegó más de un jit en nueve de ellos. Demoledor.
Cocodrilos de Matanzas
Armando Ferrer prefirió no irse con los cantos de sirena y dejó pasar a Liván Moinelo y Raidel Martínez, los dos mejores apagafuegos del país en la actualidad. Si bien el relevo era uno de los puntos flojos de los yumurinos, el estratega, al parecer, no se fía del tiempo de inactividad de los dos pinareños.
En su lugar, Ferrer apostó por profundizar su roster con dos bates zurdos que balancean una alineación plagada de derechos, quienes llevaron todo el peso ofensivo del equipo durante la temporada.
Además, cubrió los dos primeros turnos del orden con chicos de gran capacidad para embasarse, aspecto clave en pos de que su tanda gruesa tenga más opciones de producir. Por último, el alto mando yumurino encontró un cerrador de experiencia que fungirá de líder de un bullpen sin demasiadas garantías con Armando Dueñas, Yaniel Blanco y Naikel Cruz.
César Prieto (.348/.439/.475/22 extrabases/BABIP de .365)
Era una de las joyas de la noche y no lo dejaron correr demasiado. Ni siquiera las lagunas en el relevo matancero impidieron que Ferrer y compañía se lanzaran por el joven infielder cienfueguero, un bate zurdo de tremendo impacto para el tope de la alineación.
Su llegada cierra el cuadro de Matanzas, que ahora tendrá a Yasiel Santoya (1b), Yurisbel Gracial (3b) y Erisbel Arruebarrena (ss), además de los suplentes Dainier Gálvez, Aníbal Medina, Juan Miguel Martínez y Sandy Menocal. Muchas variantes a la mano para Ferrer.
Raico Santos (.344/.444/.462/28 extrabases/BABIP de .382)
Tras la sanción a Ariel Sánchez, los Cocodrilos quedaron con un déficit de zurdos en los jardines, algo que el alto mando intentará cubrir ahora con Santos, patrullero que, sin ser una estrella defensiva, mejora considerablemente las opciones de Ferrer en el bosque derecho.
El granmense puede encajar en los dos primeros turnos del lineup o puede ser un puente ideal si es colocado el noveno puesto. Tiene una alta tasa de contacto y ha mantenido una línea ofensiva relevante durante todo el año.
Miguel Lahera (2.56 PCL/1.27 WHIP/.224/.319/.301/
Todos pensaron que tras dejar pasar a Raidel Martínez y Liván Moinelo los matanceros se quedarían sin un relevista consistente para reforzar su bullpen, pero al final se encontraron con Lahera, quien será, sin discusión el taponero estelar de los Cocodrilos.
Cinco triunfos y ocho rescates durante la segunda ronda de la Serie avalan la selección del artemiseño, quien no tuvo mejores números porque la defensa de Cienfuegos lo abandonó en varias ocasiones (ocho errores en 178 lances).
Ahora estará respaldado por la mejor defensiva del campeonato, lo cual nos hará apreciar mucho más la capacidad de Lahera para mantener la pelota en el suelo (permitió 2.07 rollings por cada elevado).
Leñadores de Las Tunas
Si usted había considerado descartar a los Leñadores, es hora de que haga una nueva valoración y se centre en el poderoso orden ofensivo que tendrán los monarcas defensores del clásico doméstico.
¿Tanda derecha? Es cierto, en su alineación proyectada no debe haber ningún bateador zurdo, pero ese detalle al final puede jugar a su favor, pues dos de los principales abridores de su rival en semis, Matanzas, son Yamichel Pérez y Yoanni Yera, tiradores de la mal llamada mano equivocada.
Por otra parte, el manager Pablo Civil rescató a un taponero de alto nivel para su bullpen, que venía haciendo aguas y sin salvavidas a bordo. Además, sumó otro brazo derecho para su rotación, que no parece tan consistente como la de la Serie pasada, pero tiene a varios hombres de experiencia calificados para hacer el trabajo.
Raidel Martínez
Relevista probado en los Dragones de Chunichi y en los más diversos escenarios internacionales. Hay poco que decir sobre la calidad Raidel Martínez, el más veloz de todos los lanzadores que quedan en Cuba.
La única incógnita en torno al gigante pinareño es su estado de forma, teniendo en cuenta que no trabaja desde el Premier 12. Si llega con cierta carga de entrenamiento y puede sostener su velocidad con control, sería bálsamo para el relevo tunero, plagado de dudas y sin una figura representativa, más allá de Yoelkis Cruz en su nuevo rol de apagafuegos.
Yasniel González (.344/.452/.539/30 extrabases/BABIP de .378)
Nunca ha recibido demasiada atención, pero el mayabequense ha sido uno de los productores de carreras más estables de los últimos años. Bateador de poder ocasional, Yasniel debe encajar a la perfección en el orden tunero, presumiblemente detrás de los hermanos Alarcón, para quienes sería una excelente cobertura.
Ha tenido un año fantástico, aunque bajó ostensiblemente su producción de jonrones en la segunda mitad del campeonato. No obstante, es un bateador de elevados nato, lo cual puede tener un impacto decisivo en un campo abierto como el Mella.
Carlos Santiesteban (3.59 PCL/1.42 WHIP/.278/.338/.459)
Tuvo dos temporadas diametralmente opuestas en la misma Serie 59: una como abridor en Holguín y otra de comodín del pitcheo santiaguero en la segunda ronda. En la primera ganó siete partidos en 12 aperturas, tuvo WHIP de 1.17, efectividad de 3.05 y promedio de 2.11 boletos por cada nueve entradas.
Con las Avispas, fue abridor en cinco ocasiones y relevó siete encuentros, fluctuación que no lo benefició, pues terminó con WHIP de 1.67, efectividad de 4.75 y 3.00 bases por cada nueve episodios. Le batearon .324/.386/.446, números muy superiores a los .254/.313/.357 de la primera fase.
Presumiblemente, el mentor Pablo Civil colocará a Santiesteban como segundo abridor, detrás de Carlos Juan Viera, lo cual puede devolverle los bríos al holguinero, quien este año suma dos derrotas y una victoria frente a Matanzas, el rival de semifinales. Los yumurinos le batearon .245 en tres salidas, en las cuales permitió cinco limpias en 14 entradas.
Leones de Industriales
La fortuna se puso del lado de Rey Vicente Anglada, quien pidió primero en dos de las tres rondas de refuerzos. El alto mando azul aprovechó esa circunstancia para fortalecer el infield, una de sus prioridades después de una larga temporada en la cual no pudo estabilizar el cuadro, ya fuera por lesiones o irregular rendimiento defensivo y ofensivo.
Contrario a otras ocasiones, los capitalinos no blindaron exclusivamente su pitcheo, aunque sí se quedaron con uno de los principales relevistas del juego –si se encuentra en plenitud de facultades–, zurdo por demás, algo que claramente faltaba en el staff industrialista.
Ahora los Leones cuentan con Andy Rodríguez, Liván Moinelo, Pedro Álvarez y Yanieski Duardo para cubrir los roles de apagafuegos. Con semejante cuerpo de relevistas, a priori el mejor de la postemporada, los miembros de la rotación azul podrían enfocarse en caminar un máximo de cinco o seis entradas.
A Anglada quizás le faltó un abridor (¿Yasmani Insua?) que acompañara a Vladimir Baños, Erlis Casanova y Bryan Chi, aunque, a su favor, debe decirse que no había demasiadas opciones que superaran las que ya tiene en el equipo.
Liván Moinelo
El pinareño es, probablemente, el relevista más dominante de Cuba en la actualidad, tal cual ha probado en la Liga Japonesa y en los eventos internacionales. Sin embargo, como Raidel Martínez, tendrá un signo de interrogación hasta que se encarame en la colina y demuestre en qué condiciones se encuentra tras casi dos meses sin lanzar.
Si Moinelo está en condiciones, Industriales contaría con ese relevista zurdo que le ha faltado durante toda la temporada. Además, el vueltabajero formaría un envidiable tándem con Andy Rodríguez para matar los tercios conclusivos de los partidos, o quizás un poco más.
Dayán García (.341/.401/.447/26 extrabases/BABIP de .350)
El infielder artemiseño se toma un ponche cada 20.8 comparecencias al plato, o lo que es lo mismo, se poncha en el 4.8 % de los turnos, números excepcionales que encajan a la perfección en la dinámica de Industriales, el equipo con más baja frecuencia de estrucados (10.5 %) entre los contendientes de la segunda fase.
Dayán puede jugar como camarero o antesalista, lo cual le da un importante margen de maniobra a Anglada, quien está encantado con la seguridad que transmite su nuevo pupilo, autor de solo siete errores en casi 300 lances durante el campeonato.
De inicio, debe jugar en tercera, sustituyendo a Jorge Luis Barcelán, quien tuvo un año mediocre al bate y con el guante tampoco dejó buenos números, aunque dejó sensaciones positivas en distintos trances, con jugadas salvadoras.
Luis Vicente Mateo (.298/.352/.371/14 extrabases/BABIP de .326)
Esta selección será cuestionada por muchos aficionados hasta tanto se vea su rendimiento en duelos de mucha temperatura. Si responde a las expectativas, Mateo se meterá el Latino en el bolsillo y Anglada saldrá en hombros, pero si la apuesta sale mal, los parciales azules se lo recordarán al Rey eternamente.
El sureño es pura pimienta, el clásico revulsivo que puede sacar de paso a los rivales con un toque de bola o un corrido fugaz en los senderos. Sus números ofensivos no son impresionantes, aunque definitivamente sus cualidades con el madero superan las de los potenciales torpederos de la nómina capitalina.
En cuanto a la defensa, muchos son recelosos con la selección de Mateo por sus 22 errores (promedio de .954) en la campaña, pero debemos tener en cuenta que el chico logró uno de los mejores factores de rango* (6.24) entre todos los torpederos de la liga, superando, incluso, a Yordan Manduley o Erisbel Arruebarrena.
*Factor de rango: métrica desarrollada por Bill James, la cual pondera el total de outs realizados por un jugador en una determinada posición por encima del promedio de fildeo tradicional. Se calcula dividiendo la suma de los outs realizados con las asistencias, entre el número de entradas o partidos jugados.