El mismo día que los Astros de Houston llegaron a 100 victorias por tercera temporada consecutiva, Yulieski Gurriel escribió un nuevo capítulo de leyenda en la historia de la franquicia y en su carrera profesional, que desde hace tiempo acumula méritos suficientes para considerarlo como el mejor pelotero cubano del presente siglo.
“La Piña”, apodo juvenil con el que se identifica en Houston, llegó este miércoles a 30 jonrones por primera vez en su trayecto por las Mayores, pero lo más impresionante es que se ha convertido en el tercer jugador más longevo en unirse al club de 30 vuelacercas, 40 dobles y 100 empujadas en una misma campaña.
Gurriel ha logrado esta impresionante línea con 35 años, y se suma a los también latinos David Ortiz (República Dominicana-Medias Rojas de Boston) y Vinny Castilla (México-Rockies de Colorado), quienes pusieron números igual de espectaculares cuando tenían 40 y 36 años, respectivamente.
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— Houston Astros (@astros) September 19, 2019
La virtud de crecer con el tiempo
El 2019 no ha sido un año sencillo para Yulieski, de hecho, detrás de todos sus records se esconde una enorme capacidad de adaptación y altas dosis de humildad para nutrirse, sin complejos, de los conocimientos de personas más experimentadas en el béisbol de Estados Unidos.
Solo así Gurriel ha logrado superarse cuando muchos fanáticos ya pensaban que debía entrar, por lógica, en la curva descendente de su carrera, la cual se iba a precipitar todavía más al enfrentarse a un nivel supremo de juego.
Al inicio de la campaña todas las pistas confirmaban el descenso. Para el 9 de junio, ya con dos meses de campaña en los hombros, Yuli tenía solo cuatro jonrones, 29 impulsadas y una línea ofensiva muy discreta (.253/.283/.382).
En ese momento, pensar que llegaría a finales de septiembre con .304/.349/.553, 30 jonrones y 102 impulsadas era imposible… pero sucedió.
La situación comenzó a dar la vuelta desde finales de julio, cuando Gurriel conversó sobre su mecánica con el estelar boricua Carlos Beltrán, quien fue compañero del cubano en su temporada de debut en las Mayores.
El puertorriqueño, ya retirado y actual asesor de Brian Cashman en los Yankees de Nueva York, le dijo a Yulieski que mirara la pelota con los dos ojos, un consejo simple que evidentemente lo ayudó a golpear la pelota con más fuerza.
Desde entonces, el espirituano ha sido uno de los motores de la ofensiva de los Astros, que también se ha apoyado en el aporte de José Altuve, Alex Bregman, Michael Brantley y George Springer, sus lanzas por excelencia, así como en el sensacional novato cubano Yordan Álvarez.
Pero sigamos con Yulieski, quien literalmente ha destruido la bola después del Juego de las Estrellas. En ese lapso tiene una línea de .346/.401/.664, con 16 jonrones y 52 remolques. Respecto a la primera mitad de la temporada, su OPS ha crecido casi en 300 puntos, lo cual habla muy claramente de un resurgir ofensivo impresionante.
Otro detalle clave –y que molestará enormemente a sus detractores– es su oportunidad. Yulieski ha pegado 16 de sus 30 bambinazos con hombres en los senderos, 10 han sido con corredores en posición de anotar y cinco han llegado con corredores en posición de anotar y dos outs.
Por si no fuera suficiente, de sus cuadrangulares, 12 han llegado con el partido empatado, siete en desventaja y 13 han sido con diferencia de tres o menos carreras en el marcador.
Si profundizamos más en su desempeño con compañeros en circulación, nos percataremos de que tiene una línea muy superior (.328/.371/.625) comparada con los turnos sin nadie en las almohadillas (.282/.328/.486). En pocas palabras, Gurriel ha respondido bajo presión, demostrando que es un bateador excepcional.
“La Piña” record
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Cuando el bate de Yulieski explotó a principios del verano, varias marcas comenzaron a temblar, precisamente porque todas parecían vulnerables ante el poder del madero antillano.
Por ejemplo, “La Piña” igualó el record de más carreras empujadas en un juego (ocho contra Colorado) para un pelotero de los Astros, que permanecía intocable desde el 20 de septiembre del 2007.
J.R. Towles, un receptor de vida efímera en las Mayores –solo cinco temporadas con menos de 430 turnos oficiales– masacró en aquella jornada a los Cardenales de San Luis, a quienes les pegó cuatro cohetes y un jonrón. Sin embargo, fue solo héroe por un día, porque en toda la campaña solo logró otros cuatro remolques.
Gurriel también impresionó con su cadena de al menos un extrabases en 11 partidos consecutivos como home club, al igual que con sus seis jonrones en cinco choques a inicio de julio, mes en el que pegó 12 vuelacercas en 24 encuentros.
No es de extrañar entonces que Gurriel se haya posicionado en los libros de records de los Astros, pero ya en apartados de máxima envergadura. Por ejemplo, Houston no tenía un pelotero de 35 años con al menos 30 jonrones desde que Jeff Bagwell, miembro del Salón de la Fama, despachara 39 bolas más allá de los límites en el 2003.
Además, Jorge Ebro nos recuerda que los Astros tampoco habían logrado combinar una campaña con tres jugadores de 30 vuelacercas o más desde el 2000, cuando Moisés Alou (30), Bagwell (47) y Richard Hidalgo (44) castigaron el pitcheo de las Mayores. Ahora han superado esa cifra Gurriel, Alex Bregman y George Springer.
Para Cuba, el rendimiento de Yulieski también ha marcado pautas, pues por primera vez en la historia la Isla tiene a tres jugadores con más de 30 cuadrangulares y más de 100 impulsadas. El espirituano se ha sumado a Jorge Soler (45-109) y José Abreu (33-119) como los protagonistas de esta gesta.
Para Cuba, el rendimiento de Yulieski también ha marcado pautas. El espirituano es el único que ha registrado al menos una temporada con 30 jonrones y 100 empujadas tanto en la Serie Nacional como en las Mayores.
Vistiendo la franela de los Gallos en la campaña 2009-2010, Gurriel pegó 30 bombazos en 344 veces al bate (uno cada 11.5), empujó 105 carreras y dejó una línea ofensiva de .363/.455/.686.
Con la actual temporada del yayabero, la Isla tiene a tres jugadores con más de 30 cuadrangulares y más de 100 impulsadas. Yulieski se ha sumado a Jorge Soler (45-109) y José Abreu (33-119) como los protagonistas de esta gesta.
Antes, Cuba solo había tenido dos duplas de 30-100 en una temporada. El recuerdo reciente es el de Yoennis Céspedes y José Abreu, quienes pegaron duro en el 2015. El granmense despachó ese año 35 pelotas más allá de los límites y remolcó 105 carreras con los Tigres de Detroit y los Mets de Nueva York, mientras el sureño de Mal Tiempo, en su segunda temporada en Estados Unidos, dio 30 jonrones y terminó con 101 impulsadas.
Los únicos cubanos que habían logrado algo similar en un mismo año (1998) eran Rafael Palmeiro (43-121 con los Orioles de Baltimore) y José Canseco (46-107 con los Azulejos de Toronto), los líderes de la Isla en vuelacercas y empujadas, aunque las marcas de estos dos sluggers llevan un asterisco por su vinculación al consumo de esteroides.
Un gran pelotero pero no el mejor de Cuba en en este siglo.”Pito”Abreu esta cosiderado el mejor de los Cubanos actuales en la MLB,en Cuba tambien era superior.