La Serie de Estrellas del Béisbol Cubano se celebró en Matanzas, del 28 de enero al 1ro de febrero, con la participación de dos selecciones nacionales y dos foráneas: Matanzas, campeón de la segunda Liga Élite, un conjunto de estrellas de las escuadras restantes de ese torneo, además de un equipo mexicano y otro de Venezuela.
Los participantes concuerdan en que la justa fue una excelente oportunidad para probarse a un nivel superior. Los peloteros cubanos aplauden la posibilidad del roce internacional contra lanzadores de mayor calidad respecto a los que ven en los lides domésticas.
Esta Serie podría dar comienzo a una tradición anual, pero habrá que ajustar detalles por el camino. La premura no es buena compañera, y esta justa mostró desaguisados que se habrían resuelto con mayor tiempo de preparación.
El primer aspecto importante para el futuro será mantener presencia internacional con equipos de calidad. Si bien los dos equipos extranjeros mostraron atisbos de brillo en determinados juegos, estaban muy por debajo de las selecciones cubanas.
El segundo es que con un evento planificado en el calendario del año pueden diseñarse trajes para el equipo de Estrellas. Es poco vistosa una selección cuyos peloteros muestran uniformes diferentes. Incluso, los de una misma provincia como Las Tunas, se vieron jugando algunos con el de visitador y el de home club. Hasta se dio el caso de Juan Carlos Arencibia, que salió al campo con una gorra de Las Tunas y una chamarreta de Sancti Spíritus. Le resta seriedad al torneo.
Otro punto a revisar es la estructura. ¿Por qué una semifinal cruzada? ¿Qué decide la fase clasificatoria si los cuatro conjuntos están clasificados a las semifinales, pase lo que pase? ¿No sería más factible que los dos primeros discutan el título; y los dos restantes, las medallas de bronce? Venezuela, sin ganar un juego en la fase clasificatoria, tenía opciones de llevarse la corona.
La confección de los equipos debe ser primordial. ¿Por qué traer a jugadores lesionados que no pueden aportar a sus conjuntos? ¿Había necesidad de privar al mentor Yuliesky González de dos lanzadores, con la presencia del lesionado Yuniesky García y el ausente Islay Sotolongo? Si sumamos que Dariel Góngora no pudo trabajar por enfermedad, se vio muy limitado el bullpen de las Estrellas.
La idea de hacer el evento en la sede del equipo campeón es positiva, siempre que las condiciones de la provincia lo permitan. Premiar siempre al anfitrión con los partidos del cierre es otro punto a favor de los organizadores.
Premiar a los mejores atletas del torneo élite en el marco de la Serie de Estrellas fue otro acierto, y con trofeos muy vistosos, a la altura de los protagonistas.
La competencia
La justa no mostró la calidad esperada. Lo reflejan los números colectivos de la fase inicial. La paupérrima defensa demostró el pobre trabajo realizado por los jugadores al campo en la Liga Élite.
El promedio general en la fase clasificatoria fue un discreto .960. Sólo el equipo de México tuvo números de la media con .974, seguido de los horripilantes .965 de Estrellas, .956 de Venezuela y .948 de Matanzas.
El bateo de las selecciones nacionales ascendió a un astronómico .320, lo que muestra la pobre salud del picheo en el país. Matanzas anotó 29 carreras en tres partidos y promedió .378. Estrellas no fue menos con 24 anotaciones y .351 de average colectivo. Los siguieron Venezuela (.281) y México (.264).
De los lanzadores sería mejor ni escribir. Sólo Matanzas terminó con un promedio de carreras limpias inferior a 5 (4.33). El promedio de corredores embasados por entrada (WHIP) fue de 2.00, con 51 ponches y 49 boletos otorgados. Huelgan los comentarios.
El mejor reflejo estuvo en el partido entre Matanzas y Estrellas, en el que se anotaron 30 carreras, con 33 jits y 4 errores. Vale destacar que en el duelo participaron jugadores de la segunda línea porque ambos directores preservaron a sus figuras para el partido del cruce, pero es una clara evidencia del descenso en la calidad de nuestro principal espectáculo.
La paridad entre tres conjuntos otorgó rivalidad (que no es sinónimo de calidad) a la justa. Matanzas, Estrellas y México terminaron con un triple empate en ganados y perdidos (2-1), y hubo que acudir al veleidoso desempate por la fórmula de TQB. Incluso la primera semifinal concluyó de manera espectacular con walk-off de 3 carreras de Denis Peña para dejar al campo a la selección azteca, cuando restaba solo un out para que concretaran la victoria.
Por cierto, Denis Peña conectó 2 cuadrangulares por el jardín derecho, como si fuera un bateador zurdo de poder. Otros peloteros ratificaron el excelente estado de forma en el que terminaron la Liga Élite como Yurisbel Gracial, Denis Laza y Ariel Pestano Jr.
Otra vez un buen torneo para peloteros que, sin ser mediáticos, cumplen con su trabajo como Carlos de la Tejera y Alexander Pozo. Desde la lomita, lanzadores como Yoenni Yera, Geonel Gutiérrez y Yadian Martínez ratificaron su valía.
Resultó grato que las dos selecciones cubanas, comandadas por los directores que discutieron el título en la Liga Élite, pugnaran por llevarse la corona. Y no por gusto dejaron sus mejores cartas para los días finales, lo que consiguió que hubiera el necesario morbo en la justa.
En la final, Matanzas no tuvo compasión con nocaut de 12-2 en cinco entradas. Los cinco primeros bateadores yumurinos (Yordan Manduley, Alexander Pozo, Yurisbel Gracial, Yordanis Samón y Yadir Drake) sumaron 11 imparables en 15 turnos, con par de tubeyes, 2 jonrones, 11 remolcadas y nueve anotadas. La Unidad de Élite cerró a todo tren.
La Serie de Estrellas del Béisbol Cubano parece una idea certera, aunque deberán buscarse variantes para hacerla más atractiva al público, que fue el gran ausente en el estadio Victoria de Girón.