El 5 de diciembre del 2021 será recordado como uno de los días más grandes en la historia del béisbol cubano, luego de que Saturnino Orestes Miñoso y Tony Pedro Oliva fueran exaltados como inmortales de Cooperstown por el Comité de Veteranos del Salón de la Fama del béisbol de Estados Unidos.
Tras muchísimos años de espera, finalmente el Comité de la Era de los Días Dorados (1950-1969) hizo justicia con estos dos estelares bateadores, que brillaron con luz propia en los diamantes de MLB hace medio siglo.
Miñoso recibió el 87.5 % de las papeletas (14 de 16) de los especialistas involucrados en el proceso de votación, mientras Oliva, Jim Kaat y Gil Hodges terminaron en el límite, justamente con el 75 % de apoyo requerido para entrar al templo de inmortales. Como detalle curioso –y triste–, Dick Allen volvió a quedar a un voto de ser elegido.
Las dos estrellas cubanas reunían méritos de sobra para estar en Cooperstown, pero nunca habían recibido el soporte necesario para inscribir su nombre con letras doradas en el santuario del béisbol norteño. Miñoso, por ejemplo, fue el primer latino negro en jugar en las Mayores, participó en 13 Juegos de Estrellas, ganó tres Guantes de Oro y la Serie Mundial de las Ligas Negras en 1947, como pilar indiscutible de los New York Cubans.
Además, desde 1920 hasta la fecha, Miñoso es el único pelotero que ha logrado los lideratos –en temporadas diferentes– de jits, dobles, triples, robos y bases recorridas. Además, integra junto a Joe DiMaggio y Goose Goslin –dos inmortales– un exclusivo grupo con los siguientes acumulados históricos: 2100+ jits, 360+ dobles, 90+ triples, 195+ jonrones, 1200+ anotadas, 1000+ impulsadas y menos de 600 ponches.
Desgraciadamente, Miñoso murió en el 2015 con 89 años, esperando por la llamada para abordar el vuelo a Cooperstown. No obstante, su viaje a la inmortalidad se había gestado desde mucho antes en el corazón de millones de jugadores y fanáticos que siempre defendieron –y defienden– su legado.
¿Pertenecen Orestes Miñoso y Tony Oliva al Salón de la Fama?
Tony Oliva, por su parte, es uno de los pocos jugadores con tres títulos de bateo y cinco liderazgos de jits en la Liga Americana, algo que solo lograron antes Stan Musial, Pete Rose y Tony Gwynn. Ahora ya podemos decir que tres hombres de esa lista (Musial, Gwynn y Oliva) están en Cooperstown, mientras Rose espera por la clemencia de MLB, que lo vetó hace más de 30 años por amaño de partidos cuando todavía trabajaba en la liga.
Tomando como referencia lo ocurrido en los últimos 100 años, solo 18 jugadores han ganado la corona de bateo en tres o más oportunidades, de los cuales 12 (Gwynn, Musial, Rogers Hornsby, Rod Carew, Ted Williams, Wade Boggs, Roberto Clemente, Harry Heilmann, Larry Walker, Paul Waner, George Brett y Carl Yastrzemski) habían llegado a Cooperstown.
Ahora Oliva se sube al tren con 83 años, exactamente desde una estación en Minnesota, donde es una verdadera leyenda tras sus espectaculares años con los Twins, la única camiseta que vistió en Grandes Ligas.
Cuba presume ahora de siete exponentes en el Salón de la Fama de Cooperstown, más que cualquier otra nación extranjera. Miñoso y Oliva se suman a los estelares Martín Dihigo (exaltado en 1977 por el Comité Especial de las Ligas Negras), Tany Pérez (2000 por el Comité Regular), José de la Caridad Méndez, Cristóbal Torriente y el ejecutivo Alex Pompez, estos tres últimos elegidos en el 2006, también por el Comité Especial de las Ligas Negras.
Detrás de Cuba, el otro país extranjero con más exaltados a Cooperstown es Puerto Rico con cinco (Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Roberto Alomar, Iván Rodríguez y Edgar Martínez), seguido por República Dominicana con tres (Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero), Panamá con dos (Rod Carew y Mariano Rivera) y Venezuela con uno (Luis Aparicio).