Para un equipo que vio caer sus niveles de asistencia en más de un 50 % de un año a otro, cualquier detalle, cualquier movimiento, le puede servir para vender un rayo de esperanza a su apática base de fanáticos, hastiada de las derrotas y de los pasos impopulares de la gerencia.
Ese es el caso de los Marlins de Miami, que tras una temporada de 98 derrotas en el 2018 y un índice de asistencia en torno a los 800 mil aficionados –fueron más de un millón y medio en el 2017–, movieron fichas para firmar a los hermanos cubanos Víctor Víctor Mesa y Víctor Mesa Jr., hijos del otrora estelar jugador y polémico mánager, Víctor Mesa Martínez.
Los Marlins apostaron por la juventud, el talento y el impacto mediático de los Mesa, quienes recibieron, de conjunto, poco más de seis millones de dólares, bono considerable si tenemos en cuenta que los dos chicos llevaban casi dos años alejados de los diamantes.
La franquicia de Miami vio en los hermanos Mesa los rostros perfectos para liderar el escabroso proceso de reconstrucción en que se sumieron a finales del 2017, tras canjear a sus grandes estrellas (Stanton, Gordon, Yelich, Ozuna) y limpiar la nómina casi por completo.
Miami visualizó a Víctor Víctor, de 22 años, con posibilidades de impactar de inmediato en las Grandes Ligas, mientras Víctor Jr. (17), tendría que esperar un poco más y escalar por los distintos niveles hasta llegara a las Mayores en un lapso optimista de dos o tres campañas.
Sin embargo, cuatro meses después de la firma, ya los Marlins tienen malas noticias y saben que Víctor Víctor, diagnosticado con un esguince de primer grado de tendón de la corva derecha, no podrá completar los entrenamientos de primavera y, por ende, tampoco conserva opciones de estar en la novena el Día Inaugural.
#Marlins No. 2 prospect Victor Victor Mesa was diagnosed with a Grade 1 strain of his right hamstring after suffering the injury on Sunday. https://t.co/feUY2HAUlv pic.twitter.com/fwboX6vtx6
— Minor League Baseball (@MiLB) February 27, 2019
Víctor Víctor, un jugador de cristal
Uno no puede interpretar una lesión de Víctor Víctor como algo extraño, como un suceso aislado, porque el joven patrullero siempre ha arrastrado dolencias que han limitado considerablemente su tiempo en el campo.
En seis Series Nacionales en Cuba, el mayor de los hermanos Mesa vistió las franelas de Matanzas e Industriales, equipos que en esas campañas jugaron un total de 576 choques. De ellos, Víctor Víctor participó en 355 (incluyendo postemporada), y se perdió un gran total de 221.
Quizás en Estados Unidos hayan prestado mínima atención al asunto, pero este es un punto serio a la hora de valorar al pelotero. Si bien Mesa tiene herramientas para ser considerado uno de los principales prospectos del béisbol, su consistencia y durabilidad son una duda latente.
La tendencia de Víctor Víctor a “romperse” ha sido muy marcada, y algunos la vinculan con el hecho de que soportó cargas demasiado fuertes a una temprana edad, cuando estaba en proceso de crecimiento y desarrollo muscular.
Con el tiempo, ha mejorado el tono físico, pero su más reciente lesión frente a la mínima exigencia ha vuelto a despertar interrogantes sobre su fragilidad, aunque algunos prefieren mitigar las alarmas teniendo en cuenta que el chico jugó su último partido en Cuba el 4 de noviembre del 2017, hace más de 15 meses.
La recuperación está fijada en un par de semanas, plazo relativamente corto, pero el hecho de ser reasignado a las Menores y perderse los entrenamientos de primavera ya es un paso atrás para Víctor Víctor.
https://twitter.com/victorvmesa/status/1099489807531692032
¿Está vendiendo humo el mayor de los hermanos Mesa?
En lo personal, soy admirador del trabajo del clan Mesa, al margen de que no simpatice con algunos métodos de dirección del padre de familia. Me consta el trabajo serio y permanente de los hermanos por crecer y la exigencia de VM32, gurú del béisbol y entrenador recio donde los haya.
No obstante, nada nos garantiza que los jóvenes descendientes de la gran estrella villaclareña triunfarán en Grandes Ligas, donde más de un prospecto altamente valorado ha chocado con un muro de concreto.
Los hermanos Mesa llegaron a Estados Unidos en medio de considerables expectativas, escenario magnificado todavía más luego de su firma con Miami, equipo con sensación de urgencia de los Marlins y un grupo de fanáticos deseosos de encontrar, cuanto antes, estrellas que llenen el vacío de las salidas más recientes.
Víctor Víctor cuenta con un arsenal importante para robarse el show al sur de la Florida. Su defensa en el jardín central está muy por encima del promedio, con gran capacidad de desplazamiento y cobertura, sin obviar que tiene un potente y certero brazo.
En términos defensivos, el mayor de los hermanos Mesa está listo para devorar muchas pelotas en los espaciosos bosques del Marlins Park y competir con los mejores patrulleros centrales establecidos en las Mayores.
Igualmente, su velocidad e inteligencia en los senderos lo colocan con opciones reales de convertirse en uno de los corredores más desequilibrantes del circuito, como ya demostró en Cuba (Estando saludable, Mesa se robó 40 bases en 70 partidos).
Los mayores problemas de Víctor Víctor están en el plato. En su última etapa en Cuba dio un salto en disciplina, mejoró sus tasas de contacto y mostró algo más de poder, pero esos saltos todavía son insuficientes para triunfar ante el poderoso pitcheo de las Grandes Ligas.
El balance de su swing y la coordinación mano-ojo siguen siendo puntos con mucho margen de mejora, en los cuales deberá enfocarse durante su trabajo en las Menores.
De cualquier manera, lo más importante para Víctor Víctor es mantenerse saludable. Los Marlins, por su parte, deben manejar su evolución con prudencia, evaluar exhaustivamente su condición física y orientarlo. Solo así podrán evitar que sus sueños, los de la franquicia y los de los fanáticos, no se desvanezcan como una frágil pieza de cristal.
En mi infancia crie palomas buchonas,una vez compre un pichón que me costó cinco pesos,el padre de este pichón era un palomo conocido por los palomeros de Marianao,al palomo le decían el Aga,como al protagonista de una aventura, resultado,el pichón tenía un defecto y no salió como el padre,el caso de Víctor Víctor puede ser como el de mi pichón,muchas condiciones,un padre fenomenal,pero el hijo,más rollo que película.