Por octava ocasión en la historia (sexta en el presente siglo), Cuba no ganó el Campeonato Mundial de boxeo, que terminó el pasado fin de semana en Ekaterimburgo, Rusia. Pero más allá de no ocupar el lugar de honor en la vigésima edición de la lid, lo que preocupa es que, a menos de un año de los Juegos Olímpicos de Tokio, la armada de la Isla vio caer mucho antes de la final a la mayoría de sus exponentes.
La escuadra que comanda Rolando Acebal solo conquistó tres preseas –una de cada color– en las lejanas tierras rusas, donde compitieron en siete de las ocho divisiones convocadas luego de que el súper completo José Ángel Larduet decidiera abandonar el equipo en la base de preparación previa en Alemania.
Para muchos resulta un jarro de agua fría el desempeño de los pugilistas antillanos, quienes igualaron el total más bajo de medallas de la Isla en los Mundiales, desde que estos arrancaran en 1974, precisamente en La Habana.
Hay que remontarse al 2011, hace ocho años, para encontrar un rendimiento cuantitativo tan pobre. En la cita del orbe de Bakú, Azerbaiyán, solo Lázaro Álvarez y Julio César La Cruz consiguieron escalar a lo más alto del podio, mientras Yasniel Toledo quedaba en plata tras perder con el extraclase ucraniano Vasyl Lomachenko.
Aquel no fue un hecho aislado, porque en los Juegos Olímpicos de Beijing, los púgiles antillanos se quedaron por primera vez sin reinados desde México 1968, y en el Mundial de Milán, Italia, en el 2009, solo Roniel Iglesias se llevó el título (primera ocasión que no se ganaba más de una corona) y se dio la segunda menor cosecha histórica (1-1-2).
Ese momento, a finales de la década pasada, fue uno de los más críticos del boxeo cubano, que vio salir, casi de golpe, a campeones olímpicos y mundiales de la talla de Yan Barthelemy, Yuriorkis Gamboa, Guillermo Rigondeaux, Erislandy Lara, Odlanier Solís y después Yordenis Ugás, quienes han hecho carrera en el profesionalismo.
Aunque en la actualidad también se han perdido piezas valiosas –Johannys Argilagos, Robeisy Ramírez y el ascendente Osvery Morell–, no puede afirmarse que el equipo haya quedado al desnudo, pues todavía confluyen en el mismo varios titulares olímpicos y mundiales.
Es decir, no se puede establecer que el éxodo sea la causa fundamental del batacazo en Ekaterimburgo, el cual desvela a muchos entendidos por su cercanía con los Juegos de Tokio, donde Cuba, salvo algún movimiento muy puntual y la entrada definitiva de Dainier Peró en la división de +91 kilogramos, no presentará demasiados cambios.
A la cita bajo los cinco aros, Andy Cruz, flamante monarca en Rusia, llegará con el cartel de máximo favorito y líder de la escuadra, con el permiso de Julio César La Cruz. El agramontino sigue siendo un referente y pugnará por su segundo cetro olímpico, pero debe tener en cuenta que su más reciente derrota no es una simple casualidad.
Contrario a otros deportes de combate, el boxeo amateur y la AIBA –inmersos en una crisis generalizada que no vislumbra fin– no tiende a proteger a sus estrellas, por lo que en una pelea pareja o en una pelea que no abrume con su dominio, un hombre como La Cruz, provocativo y demasiado móvil, está expuesto al veredicto negativo de los jueces.
Del resto de los consagrados de la escuadra, Lázaro Álvarez (subcampeón ahora), Yosbany Veitía, Roniel, Arlen López y Erislandy Savón, han logrado victorias importantes en escenarios de nivel, pero el panorama de sus respectivas categorías se ha complejizado y, sin roce contra el boxeo euroasiático, volverán a tener los mismos problemas del Mundial en la capital nipona.
¿Hay margen de mejora para ellos ahora que ya todos pasan de 27 años? Probablemente sí. De los cubanos derrotados en el Mundial, solo uno (Veitía) cayó frente a un hombre que no subió al podio, cuatro (Roniel, Arlen, La Cruz y Álvarez) sucumbieron ante los eventuales campeones y Savón perdió con un medallista de bronce. Verdugos de nivel…
Pero la teórica progresión depende en gran medida de limitar cualquier déficit físico que, a la postre, pasa factura a la hora de mantener un intenso ritmo de pelea en el ring.
Además, esos mismos hombres podrán aspirar a mejores resultados en Tokio si se traza una ruta previa que incluya topes regulares con uzbecos, kazajos, rusos, ingleses, mongoles, indios, franceses, filipinos, alemanes, por solo mencionar algunos de los países con indiscutible potencial del otro lado del Atlántico.
Quizás, un resultado tan pobre a meses de los Juegos Olímpicos sea justo el toque de atención que necesitaba Acebal y compañía para afrontar el camino estival con más y mejores precauciones. Puños arriba.
Datos de Cuba en los Mundiales de boxeo
– Desde que comenzaron los Mundiales en 1974, Cuba ganó ocho de los primeros diez torneos, todos en el siglo pasado. Solo perdió en 1989 con la Unión Soviética y en 1999, la polémica edición que se llevó Estados Unidos en Houston.
– Del 2001 hasta la fecha se han celebrado otros diez Campeonatos Mundiales, pero Cuba ha ganado la mitad (cuatro) de los que logró en el pasado siglo, aunque no participaron en el 2007, cuando Chicago fue sede.
– De los últimos seis Mundiales en el año previo a los Juegos Olímpicos, Cuba solo ha ganado uno (Doha 2015). Sin embargo, los pugilistas de la Isla han facturado actuaciones muy destacadas en cuatro de las últimas cinco Olimpiadas.