Uno de los acontecimientos deportivos más impactantes de los últimos días ha sido el anuncio de la próxima pelea de Saúl “Canelo” Álvarez, reconocido por muchos especialistas como el rey del boxeo profesional en la actualidad. El mexicano, cuyo récord en los circuitos rentados es de 62 victorias, dos derrotas y dos empates, se medirá el próximo 3 de mayo al cubano William Scull para unificar los títulos de la división de 168 libras.
En el Kingdom Arena de Riyadh, Arabia Saudita, el antillano expondrá su cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en la división supermediana, y también estarán en juego los cetros del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB), los cuales “Canelo” ganó en septiembre de 2022 contra Gennady Golovkin y después ha logrado retener en cuatro ocasiones.
Para el cubano será una oportunidad dorada ante un adversario de primerísimo nivel, lo cual le garantizará premios económicos considerables independientemente del resultado de la pelea. Pero, ¿quién es William Scull y cómo llegó a un combate de tanta trascendencia?
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Zorrilla, kilómetro cero
Zorrilla es un pequeñísimo poblado al este de Matanzas, muy cerca de San Pedro de Mayabón y de las fronteras provinciales con Villa Clara y Cienfuegos. En este pueblo perdido de Los Arabos, con menos de 2000 habitantes, nació William Scull en 1992 y allí también dio sus primeros pasos en el deporte.
Como muchos niños cubanos, de entrada se probó en el béisbol y era muy bueno, pero de la noche a la mañana todo cambió. Néstor Domínguez, un entrenador que buscaba nuevos chicos para su equipo de boxeo, irrumpió en un terreno de pelota donde estaba Scull y lo convenció para que diera el salto de los diamantes a los cuadriláteros.
En sus primeras pruebas, a pesar de no haberse puesto nunca unos guantes, el yumurino derrotó a un pugilista con más recorrido y sentó las bases de una carrera triunfal en el ring. Tenía solo diez años, pero ya se veía su potencial y Domínguez no dudó en “robarlo” para la escuadra provincial, en la que tendría asegurado entrenamientos, estudios, alojamiento y comida.
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Scull escaló entonces por el sistema deportivo cubano, hasta competir en los principales escenarios nacionales, como el torneo Playa Girón. En dicho evento, por ejemplo, logró derrotar al subcampeón olímpico Carlos Banteaux en la edición de 2014, en la cual también se enfrentó y perdió contra Emilio Correa, otro medallista de plata en los Juegos de Beijing 2008.
“En Cuba yo peleaba por la bandera, por ser la mejor figura del país. En Cuba combatí contra Emilio Correa, Carlos Banteux y muchos campeones”, recordó en una reciente entrevista con el colega Jorge Ebro.
A pesar de sus habilidades, el matancero no tenía la experiencia de sus rivales del patio en la división de 75 kilogramos y no logró ganarse la plaza en el equipo Cuba a ninguna de las principales competencias internacionales.
El salto al profesionalismo
Antes de cumplir los 24 años, la situación económica de William Scull no era la mejor. Sin demasiadas opciones de encumbrarse como figura principal de la selección nacional, salió de Cuba por vía legal y se asentó en Argentina, donde tuvo la oportunidad de trabajar con boxeadores de calibre como Lucas Matthysse, Omar Narváez y Sergio “Maravilla” Martínez. Allí creció poco a poco, hasta que le llegaron las primeras ofertas para carteleras profesionales.
En suelo argentino debutó en noviembre de 2016 contra Gastón Avalos, a quien tumbó temprano para su estreno victorioso en circuitos rentados. Después disputó otras ocho peleas en la nación sudamericana, saldadas todas con victorias sobre Victor Exner, Gustavo Benítez, Carlos Moyano, Emiliano Vivas, Christian Ríos, Miguel Gorosito, Martín Ríos y José Luis Yana. De estos enfrentamientos, dos logró terminarlos por la vía rápida.
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En noviembre de 2018 vivió su primer combate en Europa frente a Ivan Sakic, a quien también liquidó antes del límite en Alemania. Precisamente, en tierras teutonas desarrolló la mayoría de sus carteleras hasta el pasado año, a excepción de dos presentaciones en Argentina y otra en Estados Unidos.
Su récord profesional en este período de ocho años es de 23 victorias (nueve por nocao) sin derrotas. Sus triunfos más importantes en la categoría supermediana han sido los siguientes:
* 20 de julio 2019 vs. Sebastian Papeschi para ganar el título sudamericano
* 27 de febrero 2021 vs. Gino Kanters para ganar el título vacante de la Organización Internacional de Boxeo
* 28 de mayo 2021 vs. Dragan Lepei para retener el título de la Organización Internacional de Boxeo
* 26 de noviembre 2021 vs. Denb Díaz para ganar el título latino vacante de la Federación Internacional de Boxeo
* 19 de octubre 2024 vs. Vladimir Shishkin para ganar el título vacante de la Federación Internacional de Boxeo
“Canelo”, la oportunidad de su vida
Desde el pasado año el nombre de William Scull sonaba para enfrentarse a Saúl “Canelo” Álvarez. De hecho, FIB nombró al cubano retador obligatorio, pero el mexicano no aceptó el reto y decidió pelear con Edgar Berlanga, a pesar de que eso implicaba el fin de su reinado indiscutido en las 168 libras.
Tras esta decisión, Scull tuvo entonces la oportunidad de pelear por la corona vacante de la FIB en la división supermediana y no la desaprovechó. En octubre de 2024, en Falkensee, Alemania, despachó al ruso Vladimir Shishkin por decisión unánime de los jueces y quedó a la espera de que volviera a vincularse su nombre con “Canelo”.
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Después de rumores y una tensa espera, finalmente se anunció hace poco más de una semana el ansiado duelo para el cubano: “Cuando me confirmaron la noticia no pude dormir más. Me levantaron a las seis de la mañana y no pude dormir más. Era algo que estábamos esperando después de tantos años. En el momento te llegan muchas cosas a la cabeza de todo lo que pasaste y lo que has logrado. Ha sido un shock y todavía me estoy recuperando, pero ya me estoy concentrando”.
Sus palabras a El Nuevo Herald prueban la trascendencia del duelo que vivirá en mayo contra la leyenda mexicana, el cual le garantizará un buen botín independientemente del resultado. No obstante, para Scull lo más importante es seguir creciendo y dejar un legado triunfal: “Voy a pelear contra el mejor boxeador del mundo. La bolsa es obvio que la necesito para mí y mi familia. Me sacrifico para eso. Pero no miro tanto la bolsa. Quiero ganar la pelea, dar una gran guerra. Para que vean que William Scull siempre pudo. Después de esa pelea quiero todos los cinturones. Quiero seguir haciendo historia”.