La selección cubana de boxeo se despidió este sábado con un único título en el Campeonato Mundial celebrado en la ciudad rusa de Ekaterimburgo. Solo los puños del ligero welter Andy Cruz impidieron que el colectivo antillano, gran favorito precompetencia, se fuera en blanco del certámen universal.
A la ronda final habían llegado apenas dos pugilistas de la Isla: el matancero Cruz (63 kg) y el pinareño Lázaro Ávarez (57 kg), con lo que ya se incumplía el pronóstico inicial de tres coronas. Pero el revés de Álvarez en otra controvertida decisión terminó por echar más sal en la herida, luego de las inesperadas derrotas de favoritos como Julio César La Cruz (terminó en bronce), Roniel Iglesias y Erislandy Savón.
Cuando la a priori descabellada idea de que los cubanos regresaran a casa con las manos vacías sobrevolaba la Ekaterinburg Expo, Andy sacó la casta y liquidó de forma unánime (5-0) al estadounidense Keyshawn Davis, a quien ya había derrotado en la final de los Panamericanos de Lima.
De esta forma, repitió su título del Mundial de Hamburgo (en esa oportunidad en 64 kg) y se confirmó como el hombre más en forma de la escuadra cubana y uno de los mejores pugilistas amateurs de la actualidad.
Tras su éxito, el ahora doble titular del orbe declaró sentirse contento por mantenerse en la cima, pero insatisfecho por los resultados de sus compañeros.
“La insatisfacción que me queda es que todos esperábamos otros oros, pero nos faltaron algunas cosas y más de una vez los jueces hicieron imposible la tarea”, comentó al sitio deportivo Jit.
Antes, Lázaro Álvarez perdió la oportunidad de lograr su cuarto cetro universal, al ser superado por el uzbeko Mikazizbek Mirzakhalilov en una pelea que apenas llegó al segundo asalto. Un corte en el rostro del cubano, provocado por un cabezazo no intencional de su adversario, hizo que el árbitro detuviera el combate y los jueces debieran decidir por lo visto hasta ese momento.
Entonces, aunque solo un imparcial votó inicialmente por Mirzakhalilov y dos lo hacían por Álvarez, otros dos que en principio consideraron igualada la pelea terminaron inclinándose por el uzbeko, lo que privó al cubano de subir a lo más alto del podio.
De esta forma, Cuba finalizó en el cuarto lugar de la justa, con apenas tres medallas, una de cada color (1-1-1), en una de las actuaciones más pálidas de una escuadra antillana en citas mundiales. Desde hacía 10 años, en Milán 2009, el equipo cubano no se marchaba con solo un título, pero incluso en aquella ocasión el performance fue superior al de ahora en una medalla de bronce (1-1-2).
Más allá de combates reñidos y polémicas decisiones, lo sucedido en Ekaterimburgo enciende las alarmas para el llamado “buque insignia” del deporte cubano. Después de arrollar en Lima 2019, varios de sus hombres no estuvieron a la altura, mientras otros mostraron exceso de confianza en un escenario que se preveía complicado, tanto por la cuestionada justicia arbitral como por la calidad de los rivales.
Finalmente, Uzbekistán (3-1-1) triunfó por países, por delante del anfitrión Rusia (3-0-1) y Kazajistán (1-1-4), dejando para Cuba (1-1-1) un sorpresivo cuarto puesto y una lección que deberá aprender de cara a los cada vez más próximos Juegos Olímpicos de Tokio.