En agosto de 2013, el mundo beisbolero cubano se sacudió con la noticia de que el árbitro internacional –el mejor que quedaba en la Isla–Luis César Valdés había anunciado su retiro prematuramente.
“Estoy bien desmotivado desde el final de la 52 Serie Nacional, por cómo se manejó el criterio del arbitraje. No ha habido nadie que dijera: esos son los árbitros que tenemos, esa es la preparación que le damos. Abrieron fuego contra los árbitros y no nos permitieron la defensa”, me dijo entonces el nacido en el pequeño pueblo azucarero de San Juan de los Yeras.
César había acusado entre líneas a la Comisión Nacional de Béisbol de asumir una y otra vez la posición de Poncio Pilatos. Sin el apoyo visible de la entidad responsable de hacerlo, César colgaba el traje de impartir justicia y se vestía de “comentador” en una emisora de su provincia.
Un año después, luego de que Villa Clara pasara en el Nacional de un título a un puesto 12, se planteaba el ambicioso proyecto de dirigir una comisión que reagrupara a la pelota en dicha provincia. César quiso ser una especie de “superman” que corregiría los viejos males de la ciudad. Pero se quedó atascado en su propio sueño y cuando, al primer intento, solo tuvo fallos, César, el ex árbitro y cara pública de la pelota en Villa Clara, pasó al anonimato. Fue silenciado.
Pero por estos días, tomó un micrófono y calificó de “falsas” todas las reuniones y recorridos donde se garantizaban implementos para tal o más cual equipo de pelota.
“Si hubiese de verdad guantes, bates y pelotas, la gente no jugara fútbol”, arrancaba. Valdés también haría un aparte para analizar su vilipendiada profesión, que en Cuba lo menos que ha perdido ha sido la zona de strike.
“Me cuesta trabajo mirar en la comodidad de mi casa las cosas que pasan en el arbitraje cubano. Es doloroso, es penoso. El arbitraje en Cuba da pena y es porque los responsables no se han llamado a capítulo y no han puesto las cosas donde van.
Es verdad que se han retirado y nos hemos ido unos cuantos, pero eso no es justificación para que se ande así, sin cabeza, sin respeto propio, sin profesionalidad. Realmente nadie cree en ellos y todo eso viene desde la Comisión Nacional.
“Antes de irme, pedí que el arbitraje se separara de la Comisión, que tuviese independencia, para que funcionara, y nada se hizo. Dije que el béisbol cubano anda sin cabeza, porque quien lo dirige tampoco tiene cabeza para hacerlo”.
Y por ahí anda el arbitraje. Las Series del Caribe son un muestrario de ello.
Los árbitros cubanos que han ido a ese evento, ni respeto tienen para sí mismos. Los convocan para cumplir con el país, con el protocolo; horrible, los ponen en las rayas. Hay que decirle a Juan Francisco Puello, dirigente de la Confederación de Béisbol del Caribe, y a los que están al frente del arbitraje en el mundo, que si el árbitro cubano no tiene posibilidad de trabajar en una base o en el home en una Serie del Caribe, que no los inviten. Eso es vergonzoso, “árbitros de raya”, a eso llegamos. Tenemos que respetarnos nosotros mismos.
¿Qué pasó con la escuela del arbitraje cubano?
Pregúntaselo a los dirigentes. No lo sé. La quitaron y esa escuela no era un invento. En el mundo entero existen, en Grandes Ligas están los colegios para los árbitros. Ahora tenemos el Clásico Mundial y todos esos árbitros salieron de una academia. La escuela cubana –radicada en Villa Clara– con sus faltas y carencias, al menos garantizaba una especialización o superación.
Estábamos cuatro o cinco meses juntos, había una dirección, un seguimiento. Había que respetar ciertas reglas, para poner un árbitro por delante de otro en un juego. Pero todo lo acabaron y claro, cuando dan una entrevista, le dan la vuelta y no acaban de decir que lo que hicieron y hacen con el arbitraje no sirve.
Ya vimos cómo fue el final de la 56 Serie, todo el mundo trabajó en home, aquí es todo para todos. Eso no se había visto nunca. Yo soy de los que cree que el desarrollo no va ahí, en este país es para que sean dos o tres los que roten por ahí, como fue siempre. Yo crecí viendo a Alfredo Paz y a Iván Davis, después era Nelson, en un momento. Hoy quieren hacerlo masivo, y cada vez que ponderen la masividad, se perderá la profesionalidad.
Como siempre los únicos en el mundo que se tiran y critican a sus mismos compatriotas por supuesto Los Cubanos si si
Vivo en Estados Unidos y dentro de mi centro donde trabajo los Mismo los cubanos se piden la cabeza a los Mismo cubanos y después dicen que somos los más solidarios para con los demás , na lo qué hay es tremendo odio entre nosotros los cubanos e invidia tanto dentro de Cuba como los que vivimos en el exterior que vergüenza de nación nos falta la palabra de Dios y botar a la basura la política que es la que nos tiene divididos y con odio expresivo
100% de acuerdo con Cesar. Y seguira asi porque en Cuba no hay evolucion de ningun tipo ya que lo que hay es Revolucion y ya saben lo que produce la Revolucion : consignas. Mañana sale un oportunista y le dice a los medios : Ese Cesar es un traidor que no esta con La Revolucion y tiene problemas ideologicos, que si el enemigo, que si Fidel, que si Raul , y para terminar un Socialismo o Muerte y listo se resolvio el problema , Cesar queda silenciado y “despretigiado” y el arbitraje sobrecumpliendo todas las metas. Esa es Cuba chanito jajajaja
Exelente,sin pelos en la lengua,muy de acuerdo en cuanto a los implementos,los niños juegan futbol por que queda otra,los terrenos de beisbol en Suecia tienen mas calidad que los de Cuba,increible.
Pero no estaría mal que la periodista, seguro bien informada, le hubiese preguntado a César el por qué le entró a golpes al indefenso periodista Sigfredo Barros. ! Al César lo que también debe responder el César !
el arbitraje en Cuba está muy mal, es una verdad del tamaño de un pino… pero, César Valdés va a decir eso?… el peor árbitro detrás de home en mucho tiempo, tenía la zona más ancha que el estrecho de la Florida, y acumuló más errores en base que Rolando Méndez…… es muy fácil criticar a sus colegas, y criticar todo lo que se menea, por rencor más que nada, así cualquiera se lee cualquier artículo solo para buscar nuevos chismes (mérito de un periodista mediocre)…… pero César era un fraude detrás de home y como árbitro era un impositor dictatorial, tiránico, todo el mundo sabe que se ganó su puesto en Baltimore hace muchos años, no digo más… el lío es que ahora en Cuba cualquiera escribe de pelota
Maceira, pues coincido contigo, y esa es una pregunta que nadie hizo a César cuando ensangrentado dejó al viejo Sigfredo Barrios por poner en duda un out. ¿Dónde estaba la solidaridad del hombre?, en la nada, y el respeto al otro, y la imparcialidad. No sé porqué el periodista se acobardó y no acusó a César, y siguió cómo si nada pasara. Esa es la mejor pregunta que se pudo hacer. ¿César, quién te protegió en el incidente?, ¿cuáles son tus padrinos?… El triunfo, uno detrás del otro, llegó con cambios de automóviles, y hasta de vivienda. Ese fue el premio a o de Baltimore, a los “golpes” a Sigfredo, a la supuesta “imparcialidad” detrás del home, como si fuera un gorila frente a hormigas inofensivas.